Ruedas de poder —los chakras según el hinduísmo

Solitario que recorres el camino hacia ti mismo, repara en que ese camino pasa por ti y tus siete demonios… Solitario que recorres el camino de todo hombre creador, te quieres construir un dios con tus siete demonios.

Cuando uno se pone a examinar ciertas tradiciones orientales (hinduísmo, taoísmo, budismo principalmente), especialmente en sus vertientes esotéricas y de alquimia corporal (budismo Zen, tantrismo, yogas hinduístas), no puede menos que concluir que quienes les dieron vida tenían un profundísimo y casi total conocimiento del cuerpo, de la mente, del espíritu y de cómo estos tres elementos interactuaban, y que probablemente este tipo de sabiduría procede del mismísimo Paleolítico. Estos hombres sabían muy bien, además, cómo sacarle rendimiento a esa máquina perfecta (en potencia) que puede llegar a ser el cuerpo humano.

Lo que debe hechizarnos de estas corrientes orientales es pensar hasta qué punto Europa también poseyó una tradición iniciática similar, y hasta qué punto ésta fue perseguida por la civilización tecnológica y obligada a sumergirse. Ni India ni Tibet sufrieron este proceso, y la tradición ancestral permaneció allí casi inalterada durante mucho tiempo.

Si en la Edad Media, el Próximo Oriente (Egipto, Persia), maravilló a los europeos por su magia, hoy en día, el lejano oriente (India, Tibet, China, Japón) nos fascina de un modo similar, a pesar de la omnipresencia en nuestro mundo de la tecnología y de una ciencia mecanicista que pretende tener la respuesta a todas las preguntas existenciales del hombre.

INTRO
Muchas personas han oído hablar de los chakras. Muy desafortunadamente, a menudo la información proviene de fuentes del tipo New-Age que intentan orientar tal sabiduría para conseguir un rebaño pacífico y dócil de borregos cobardes, hipersensibles ante el dolor y el sufrimiento y blandos en todos los sentidos. En la Antigüedad, las enseñanzas sobre los chakras estaban restringidas a círculos selectos. Eran mantenidas en práctico secreto porque se daba por hecho que el conocimiento de este poder podría motivar su mal uso por parte de los impuros, y generalmente todo conocimiento esotérico era impartido de manera práctica en el seno de unos refinados rituales «chamánicos» llamados misterios, que eran deliberadamente cubiertos por un manto de secretismo. En las escrituras védicas quedaba bien claro que permitir que un miembro de las castas no-arias presenciase un ritual, escuchase una fórmula «mágica» o conociese pasajes de los escritos sagrados, eran motivos de despiadados castigos tanto para el ario como para el no-ario involucrados. El objetivo era evitar que este poder no llegase jamás a ser robado y desfigurado… que es lo que ha pasado actualmente.

Los avariciosos dirigentes de los grupos New-Age de hoy en día (que se creen por encima de milenios de depuración, lucha y perfeccionamiento, llegando a afirmar, sin pestañear, monstruosidades como que «el dinero es energía» y que al fin «hemos logrado dominar a la Naturaleza») han decidido que «la humanidad está ya preparada» para recibir las enseñanzas de alquimia interior, aunque la verdad es que jamás estuvo «la humanidad» menos preparada para el desarrollo espiritual. El objetivo que persiguen estos falsos gurús —amén de ganar muchísimo dinero a costa de espíritus débiles, inseguros y crédulos—es pervertir el conocimiento de alquimia interior para hacerlo agradable a los impuros y desagradable a los puros, y enganchar los espíritus bienintencionados al yugo de ideas aberrantes y nihilistas. Según estos apóstoles, el objetivo de las enseñanzas antiguas es conseguir «ser más feliz», lo cual ya nos revela la chatura hedonista de sus ideas. Los hombres de bien se alejan asqueados de tales doctrinas, y con razón; pero por extensión pasan a sentir rechazo por asuntos que realmente están unidos a su sangre y al conocimiento de la que ésta es portadora.

No hemos de hacer como los individuos que caen en el error de considerar a los chakras como entes exclusivamente espirituales que influyen en lo físico y que, por lo tanto, solucionando el lado espiritual se influirá completamente en el físico, acaso por efecto de arrastre, remolque o sugestión. No es así, puesto que del mismo modo que el espíritu influye sobre el cuerpo, el cuerpo influye sobre el espíritu, en una relación mutua y típicamente dualista. Como el sistema circulatorio, la relación entre el espíritu y el cuerpo es una carretera de doble sentido, los chakras son al mismo tiempo corporales y espirituales. En vista de esto se antojan ridículos los falsos iluminados, hombres y mujeres que pregonan al viento el amplio desarrollo de sus chakras cuando sus cuerpos a simple vista se ven feos, blandos, flácidos, decrépitos y desvencijados. Lo más probable, pues, es que tengan abierto un sólo lado de ciertos chakras, encontrándose el otro lado cerrado, tal vez girando en sentido inverso, y produciendo un desequilibrio neurótico. Además, tales personajes llevarán a los niveles altos toda la suciedad que acumularon en los niveles bajos, causando aberraciones terribles que pueden desembocar en malestares, perversiones y enfermedades variadas. Para eso es mejor ya ni subir de nivel, o concentrarse exclusivamente en el primer chakra hasta que se esté en condiciones de edificar por encima de él. Resumiendo sencillamente, un deportista sano que no tenga ni idea de lo que es un chakra, está más cerca de la perfección que un payaso endeble y mestizo que se sepa el nombre hindú de todos los chakras corporales habidos y por haber.

Y es que ¿cómo va a despertar su (llamémosla así) «fuerza interior», que es invisible, un hombre que no ha sido capaz ni de despertar su fuerza exterior, que es la que se puede ver? Quien no ha encontrado su lugar en la Naturaleza no encontrará jamás su lugar en el otro mundo; un obeso, un decrépito o un enfermizo son aberraciones para la Naturaleza, y en su vida ella les cederá un lugar. El hecho de que el Sistema sí lo haga no es una refutación a la Naturaleza, sino al Sistema mismo. No se empieza a construir una casa por el tejado, como tampoco puede crecer un árbol sin raíces. Es ridículo que un hombre degenerado en todos los sentidos pretenda cambiar su vida empezando por los chakras, porque el crecimiento, igual que la construcción, tras haber recibido la orden de las alturas, ha de venir de abajo a arriba, y se ha de hacer sobre cimientos duros, resistentes y sólidos. Los antiguos constructores de catedrales bien conocían estos hechos y lo que significaban: que un hombre deberá perfeccionar y endurecer primero su cuerpo mediante una vida dura, o la disciplina del ejercicio físico y del deporte para tonificar su organismo, cultivar su voluntad, agarrar del pescuezo a las fuerzas telúricas, despejar el sistema de canales de chakras y favorecer la relajación natural. También deberá limpiar y purificar su interior mediante una completa abstención de sustancias nocivas, alimentos degradados y conductas decadentes, so pena de que la suciedad se extienda por su cuerpo una vez iniciado el proceso de «cultivo» de chakras. El individuo en cuestión deberá también templar su espíritu y su carácter mediante prácticas que combinan tanto la dureza física como la dureza espiritual. Y la mejor de estas prácticas es la lucha física cuerpo a cuerpo, así como la participación directa en la guerra.

Como confirmación a todo este culto al perfeccionamiento corporal comenzando por lo físico, lo crudo y lo violento, tenemos el hecho de que el primer chakra a ser despertado es el más bajo, relacionado con la salud, el instinto de supervivencia y la potencia física, y por ende asociado al entrenamiento corporal, a la agresividad, a la supervivencia, a la fuerza y a la lucha. También en la mitología germánica, lo que existía antes de la Creación era un abismo llamado Wyrd o Ginungagap. Se decía que ni los seres más sabios sabían dónde hundía sus raíces el árbol Ygdrasil: el origen es lo profundo, lo oscuro. Lo primordial es una pesadilla terrible y siniestra. Pero los impulsos delirantes, furiosos, caóticos y destructivos, se transforman milagrosamente en fuerzas divinas en su ascensión, bajo el mando de la voluntad. Lo mismo sucede con Ygdrasil y con el tronco del mismo hombre (su médula espinal).

El deporte es uno de los modos de comenzar a cultivar el sistema de chakras, empezando por el primero, y progresando de abajo a arriba. En el deporte, el lado espiritual trabaja junto con el lado animal, el espíritu se encuentra con el animal, y si se persiste, termina por dominarlo. El primer chakra, como veremos, es llamado «raíz» en el hinduísmo, y como he dicho, un árbol sin raíces jamás se desarrollará, por mucho que la aproximación afeminada de los nuevaeristas pseudo-hippies quiera ignorar las esenciales partes oscuras y siniestras de la naturaleza del hombre, como la agresividad, la potencia, la ira, la ambición, el instinto de posesión, la voluntad de poder y la mentalidad de ataque y de defensa.

Un espíritu completamente sano y perfecto tan sólo podrá habitar en un cuerpo completamente sano y perfecto. Los antiguos griegos, y de entre todos ellos especialmente los espartanos, comprendieron esto a la perfección. Mens sana in corpore sano, repetían los romanos. No significa que un espíritu desarrollado no pueda habitar en un cuerpo mediocre, sino más bien que semejante cuerpo entorpecerá y contaminará el desarrollo del espíritu. Tampoco significa que un cuerpo bello tenga que sernecesariamente poseedor de un espíritu desarrollado, sino que está mejor preparado para recibirlo, es decir, que sugiere, que promete recibir un buen espíritu algún día —él o sus descendientes.

La vía a seguir consiste en tomar las riendas de lo bajo, es decir, «cabalgar el tigre», dominar a la materia y utilizarla a nuestro favor. Quien no sea capaz de desembarazarse de las cadenas que le impone su propio cuerpo torpe y poco práctico, con toda probabilidad tampoco será capaz de desembarazarse de las cadenas que le impone el monstruoso sistema de opresión materialista y estrangulación espiritual, o las que le impone su propio espíritu subdesarrollado. Shakespeare dijo que «nuestros cuerpos son jardines, para los cuales nuestras voluntades son jardineras». Y es que para tener un jardín hermoso antes hay que cortar las malas hierbas.

KUNDALINI

En la mitología y en los símbolos, siempre que se habla de una serpiente o de un dragón, hay implicaciones mayores. Los reptiles son animales antiquísimos y arcaicos. Hasta hace unos 65 millones de años, dominaban la Tierra acaparando todos los nichos ecológicos y evolutivos, y son además los antepasados más antiguos de los mamíferos y de las aves. La neuropsicología moderna describe «tres mentes» o diferentes estratos cerebrales. Existe un cerebro primitivo «reptiliano» (el subconsciente, los instintos, la supervivencia), otro, más evolucionado, y superpuesto a éste, que es el cerebro límbico o «mamífero» (las emociones), y otro, peculiar al ser humano, llamado neocórtex, relacionado con la racionalidad, la voluntad y el pensamiento. Estas capas cerebrales se superponen una a la otra: la más antigua, la reptiliana, ocupa el interior del cerebro (donde se albergan las glándulas pituitaria y pineal), la mamífera un nivel intermedio, y el neocórtex (relacionado con el Séptimo Chakra, el más alto), la corteza exterior, especialmente en la zona de la coronilla.

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Lo deseable es un equilibrio simbiótico entre esas tres capas para que cada una de ellas aporte sólo lo que tiene de positivo, pero es obvio que la actual civilización humana, totalmente desarraigada del orden correcto, está fomentando sólo el lado negativo de cada «estrato», volviéndolo en contra de nosotros. El cerebro reptiliano ha engendrado seres hedonistas, concupiscibles y egoístas. El cerebro mamífero da lugar a mentes sentimentaloides, concupiscibles e hipersensibles. Y el cerebro racional ha promovido el fenómeno sabihondo, ateo, cobarde y materialista.

La simbología reptiliana, en los signos y en las mitologías, nos está hablando de potencias antiguas que tienen que ver con el subconsciente, con la sombra y con la fuerza interior desconocida. El hinduísmo enseña que en el primer chakra duerme una fuerza, una energía vital que está relacionada con la Tierra: la serpiente Kundalini —Kundala significa «enroscado». Kundalini es descrita como una serpiente de dos cabezas, una blanca y otra negra. Representa la Naturaleza y, como tal, no es ni buena ni mala, sino que depende de cómo se utilice, cómo se dome y cómo se canalice. Según las enseñanzas yóguicas, Kundalini duerme normalmente, enroscada tres veces y media, cinco u ocho veces alrededor del primer chakra. Cuando se la despierta, se va desenroscando y asciende por los siete chakras, atravesándolos, revitalizándolos y abriendo cada uno de los dos aspectos de los cinco chakras intermedios, puesto que el primer chakra es donde nace, los siguientes cinco chakras son donde las dos serpientes coinciden, y el último chakra es donde se unen por última vez, para ser absorbidas por la fuerza celeste y solar del Ser Absoluto. Cada chakra es, pues, una intersección entre la serpiente blanca, la serpiente negra y el eje vertical. Cada uno de los 5 chakras intermedios tiene un lado luminoso y otro oscuro, como la misma serpiente Kundalini tiene doble cabeza, una blanca y otra negra. El primer chakra, en cambio, sólo tiene un lado «oscuro», así como el séptimo chakra sólo tiene un lado «luminoso».

Se explica también que existe Kanda, el huevo sutil donde está dormida la energía de Kundalini, y que es como una bombona de fuerza, el origen de las corrientes ascendentes, que tiende a impulsarlas hacia arriba. Kanda se encuentra también, naturalmente, en el primer chakra.

Interesantemente, es en el primer chakra ―el centro coccígeo, la base de la médula espinal― donde se fabrica el ADN, que como es sabido, presenta también una estructura en espiral, de dos cadenas enrolladas. Esto es un arquetipo que se repite en el mundo del espíritu y de la materia, de modo que «lo que es arriba es abajo, lo que es dentro es afuera», como reza la sentencia hermética.

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Una representación del ADN.

LOS CANALES DE ENERGÍA

Los chakras se hallan interconectados entre ellos y con el mundo exterior mediante una serie de canales que el hinduísmo llama nadis, por los que circula el prana (así se llamaba a la energía interior, los chinos la llamaron Qi o Chi, y los japoneses Ki). Hay miles de nadis, que parten todos de Kanda, pero nos interesarán los tres nadisfundamentales: Sushumna Nadi es el canal principal, que coincide con el eje vertical. Su recorrido coincide en su mayor parte con la médula espinal, partiendo del centro coccígeo y terminando en la coronilla. Ida Nadi y Píngala Nadi son los canales que se «enroscan» alrededor de Sushumna Nadi, entrando en él en siete puntos. Donde coinciden a la vez Sushumna Nadi, Ida Nadi y Píngala Nadi, esto es, la cabeza blanca y la negra de la serpiente junto con el eje vertical inmutable, se forman los chakras.

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En esta ilustración de un hombre meditando de espaldas, se aprecian los tres nadis. El eje vertical se corresponde con Sushumna Nadi, mientras que los dos canales en espiral son Ida Nadi y Píngala Nadi. Donde coinciden los tres canales, están los chakras, representados cada uno en su color asociado.

Para favorecer el flujo de energía en estos canales, es necesario someterse a un severo ascetismo en cuestiones de alimento y abstinencia, así como despejar, limpiar y purificar los nadis mediante unos procesos llamados shodana. Esto implica toda una vida de dedicación a esto, además de minuciosos ejercicios y prácticas de meditación. El hinduísmo enseña que para alzar a Kundalini, durante la meditación se dirige la concentración y la energía a un punto sobre el entrecejo, que es el sexto chakra, la glándula pituitaria o el «tercer ojo». Se crea así un calor que despierta a Kundalini, haciendo que se desenrosque paulatinamente y ascienda por los nadis. A medida que Kundalini se despliega, se abren unas «puertas» que permiten el acceso de Ida Nada y Píngala Nadi a Sushumna Nadi, favoreciendo la confluencia de energías a ésta última. La serpiente Kundalini entonces asciende, atravesando los distintos chakras, y llegando al séptimo chakra, donde tiene lugar la unión entre el principio masculino (representado por Shiva) y el femenino (representado por Shakti), entre cuerpo y espíritu. A la vez, una llama desciende sobre Kundalini, haciendo que se absorba en el séptimo chakra, poniendo su poder al servicio de la fuerza del espíritu (esto recuerda inevitablemente a la llama del Espíritu Santo que cayó sobre los apóstoles en el imaginario cristiano). Dicho así, el despertar de Kundalini puede parecer sumamente sencillo, pero dista de serlo, ya que es difícil mantenerla despierta, más aun despertarla a voluntad y hacer que ascienda a voluntad. Se dice que la mayoría de practicantes de yoga pueden dedicar toda una vida a la dominación de Kundalini, para intentar conseguir simplemente despertarla. Desgraciadamente, muchos practicantes de yoga no pertenecen a la raza que creó el yoga, y los que sí pertenecen a ella suelen ser seguidores de las doctrinas New-Age, con una cosmovisión aberrante, que ni siquiera se han molestado en revitalizar su cuerpo, su fuerza interior y su valor mediante el entrenamiento deportivo, o bien mujeres histéricas, dogmáticas y frustradas. No es de extrañar, pues, que muchas veces no obtengan resultados espectaculares, sino más bien, en el mejor de los casos, una tácita sensación de relajación, desconexión y equilibrio.

LA SIMBOLOGÍA DE LOS CHAKRAS

Todos los pueblos con una tradición sólida han tenido enseñanzas relacionadas con los chakras y la iniciación espiritual. En las mitologías, el siete es considerado un número «mágico» por excelencia precisamente porque representa el número de chakras corporales, de días de la semana, de colores del arco iris, de notas musicales, etcétera. Brevemente, daremos una pasada por encima a una serie de civilizaciones, y cómo, quizás a veces inconscientemente, plasmaron a su manera la simbología de la ascensión espiritual. Veremos en estas referencias que juegan un papel importante el águila, la serpiente (curvatura), la altitud (ascensión, cercanía al cielo) y la columna o el eje (rectitud y verticalidad).

  • En los mesopotamios:Los famosos zigurat o pirámides de Mesopotamia simbolizaban la montaña sagrada de siete pisos, cada uno con el color de uno de los siete cielos.  Por los zigurat se ascendía superando estos cielos, y llegando a la cima invisible, que era símbolo del eje polar terrestre (la línea recta formada por el Polo Norte y el Polo Sur).
  • En los egipcios:Las pirámides faraónicas y sus sistemas de pasillos, canales y laberintos interiores.
  • En los chinos: El taoísmo describe a su manera el sistema de chakras, de un modo perfectamente válido, e igual de detallado o más que el mismo hinduísmo. En otro artículo futuro me ocuparé del sistema taoísta.
  • En los hindúes:En sánscrito, la lengua sagrada indo-aria, chakra significa «rueda». Son descritos como remolinos, nudos, puertas, corrientes, esvásticas o calderos, que tienen la capacidad de girar en ambos sentidos. Constituyen, al mismo tiempo, puntos de succión y proyección de energías. En en presente texto, se da el punto de vista hindú.
  • En los persas:En algunos misterios persas, el adepto tenía que atravesar siete cuevas, cada una de las cuales representaba un «nivel» de iniciación que coincidía con un chakra determinado.
  • En los griegos: Platón alude a las «siete ruedas del destino», mientras que el discípulo de los misterios de Eleusis debía atravesar siete «barreras» iniciáticas.
  • En los romanos: En los misterios de Mitras (un culto militar de carácter solar, heroico y bélico que acabó siendo muy popular entre las legiones de Roma, y que fue perseguido por el cristianismo), los rangos jerárquicos eran siete, correspondientes a las «siete esferas planetarias que el alma tiene que atravesar para llegar a la morada de los bienaventurados». 
  • En los celtas:Entre los celtas, tenemos la simbología de los calderos o marmitas de los Tuatas de Danan, y su relación con el Grial, que se suponía era una metáfora de la iluminación de los dioses.
  • En el cristianismo:En este caso, más bien debemos hablar de corrientes heréticas en el seno del cristianismo. El Heptagrama (estrella de siente puntas) fue símbolo cátaro. Los templarios tenían siete grados jerárquicos. Santa Teresa de Ávila (en su día una hereje perseguida), habló de las «siete moradas» o de los «siete castillos» que uno debía atravesar hasta alcanzar la Divinidad, en un obvio paralelismo con los siete niveles de iniciación. También podemos resaltar la existencia de los «siete sellos» y las «siete iglesias» en el Apocalipsis.
  • En el Islam:Cabe destacar el templo corporal que losishraqiyun (maestros de Oriente, sucesores de los khosrovaniyumpersas) llaman «templo de la luz» (Haykal Al‑Nur), esto es, el cuerpo humano que envuelve los siete latifah (facultades sutiles), conjunto de «cielos interiores», cada uno con su propio color. Estos latifah son los chakras corporales. La orden de los asesinos, una sociedad sumamente interesante que se mantuvo enemistada con el poder islámico principal, también tenía siete grados iniciáticos. En el Corán, se establece que Alá recompensará al muyahidín caído en la guerra santa (Yihad), con siete palacios de jade, cada uno de ellos con siete harenes y cada harén compuesto por setenta y siete jóvenes vírgenes.
  • En la masonería:La pirámide de siete escalones ha sido apropiada por en el símbolo de los iluminados de Baviera, en cuya cima se halla el «ojo que todo lo ve», ahora presente en los billetes de dólar.
  • En nuestros días: Señalo el trasfondo de una serie japonesa de dibujos animados llamada «Dragon Z», que le sonará a cualquiera que se haya criado en los años 90, y en la que hay una fortísima carga simbólica. En dicha serie, las «siete bolas del dragón» equivalen a los siete chakras, y el mismo dragón representa a la serpiente Kundalini. En este caso, también se trata de una búsqueda idealizada, un volver a juntar lo que un día fue separado a la fuerza, como el cuerpo de Osiris o los fragmentos de la corona de Lucifer.

La Tierra también tiene sus propios chakras, zonas clave del planeta, así como sus propios nadis o canales de energía. En este caso, la médula terrestre, el Sushumna Nadi, es el eje polar (el Axis Mundi). Los «chakras terrestres» o «zonas místicas» son puntos favorables al cultivo de energías, donde antiguamente se construían templos, santuarios y monumentos de tipo megalítico, en una suerte de «acupuntura terrestre» cuyo objetivo era encauzar, canalizar, las energías telúricas, representadas por la serpiente, el dragón o el toro, mediante la geometría y la arquitectura sagradas. Generalmente, todos los emplazamientos de templos y santuarios han sido destruidos y vueltos a construir por invasores a lo largo de la historia, no tanto por el deseo de apropiación de la civilización a la que pisoteaban, sino como deseo de apropiarse del poder terrestre de la zona particular «a su manera».

Y precisamente porque la simbología de los chakras está relacionada con la del eje del mundo, a su vez lo está con la simbología del «árbol de la vida»: el sistema humano de chakras también conforma un árbol de la vida interior, un eje del mundo en miniatura, en nuestras entrañas, que hunde sus raíces en la Tierra y lanza sus ramas al cielo. Bajo esta óptica, la runa Heil (o Hagal, que representa el hielo, el mundo material y el árbol del mundo) y el bastón de Asclepios, son ejemplos elocuentes de simbología de chakras en Occidente. El dios Asclepios griego equivale al Esculapio romano, y poseía una vara asociada a la sanación y a la regeneración, que era denominada bastón de Asclepios o vara de Asclepios. Por dicho bastón, ascendía una serpiente, que se trata nada más y nada menos que de la versión helenística de Kundalini. Una runa Heil, un bastón de Asclepios con una serpiente, un cáliz con una serpiente ascendiendo por él (la copa de Hygeia —Hygeia era hija de Asclepios, diosa de la salud, y de su nombre procede la misma palabra «higiene»), o varios de estos elementos juntos, configuran el emblema de numerosos servicios sanitarios del mundo, y realmente la simbología farmacéutica y de la medicina está plagada de referencias esotéricas de este tipo. Asimismo, el símbolo del dólar americano ($) representa una serpiente enrollada entorno a una columna masónica, o el mismo bastón de Asclepios. Añadamos que, en India, la columna vertebral es llamada bastón de Brahma, en concordancia con la temática que estamos viendo.

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Arriba a la izquierda, un ejemplo de simbología de chakras presente en la vida cotidiana: una runa Heil, en cuyo interior se encuentra un bastón de Asclepios (la versión occidental del Bastón de Brahma). Nótese que ha sido preservado el color blanco asociado antiguamente a la runa Heil como signo de hielo. Arriba a la derecha, otro ejemplo: una copa de Hygeia, muy utilizada por las farmacias. Abajo, signo de la OMS (Organización Mundial de la Salud), organismo de la ONU, y por ende bajo control masónico. Ambos signos han heredado la tradición masónica del azul celeste como símbolo de pureza y del quinto chakra.

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Pero sin duda el símbolo más claro y sugerente en lo tocante a los chakras en Occidente, es la vara de Hermes o caduceo, muy directamente emparentado con el Irminsul, el arbol del mundo de los germanos, y asociado, naturalmente, al bastón de Asclepios, el bastón de Brahma y el arquetipo del estandarte. El Hermes griego y el Mercurio romano (dioses equivalentes, ambos representados con cabezas aladas) ostentaban caduceos. Odín, su exaltado equivalente germánico («Miércoles» viene de Mercurio, así como Wednesday en inglés viene de Woden’s Day, o «día de Woden»), también tiene un casco alado, posee la lanza Gungnir, cuya punta, al tocar a los elegidos, despierta en ellos la inspiración guerrera y poética: era su versión de la vara de Hermes. Se trata de dioses hechiceros y chamánicos, maestros iniciadores y dominadores de las fuerzas telúricas. En el caduceo, la vara propiamente dicha simboliza Sushumna Nadi, mientras que las serpientes simbolizan Ida Nadi y Píngala NadiEn el caso del Irminsul o Ygdrasil, la serpiente es el dragón Nidhog, y las alas son el águila. En el Ygdrasil hay una ardilla, Ratatosk, que transporta insultos y cotilleos entre el dragón y el águila, como símbolo de las corrientes de energía que manan de Tierra a cielo y viceversa. Las alas están asociadas también con las alas del casco de Wotan, de Hermes y Mercurio, o el farohar del mazdeísmo —el disco solar alado. El símbolo del caduceo es muy recurrente también fuera de Occidente: se encuentra en Mesopotamia, Egipto e India.

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Izquierda, el caduceo. Tras nacer en la base, las serpientes ascienden en espiral antes de unirse por última vez, tras lo cual quedarán sometidas a las alas del espíritu, convirtiéndose en una «serpiente alada», un dragón, o un águila con una serpiente en sus garras. Derecha, el Irminsul, «eje del mundo» para los germanos. Los estandartes también simbolizan una versión de esta simbología de eje. Los estandartes romanos a menudo tenían siete discos, uno sobre otro, en cuya base había una luna creciente, y en cuya cima, un águila (signo del dios Júpiter) sostenía unos rayos. Tanto caduceo como Irminsul como estandarte imperial están también emparentados con el arquetipo de la copa.

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Disco alado egipcio. Nótense las dos cobras.

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A la izquierda, disco solar alado asirio. A la derecha, farohar iranio.

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Representación hindú del sexto chakra.

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Emblema del Ejército del Aire de España.

La famosa pareja águila-serpiente es muy común en las diversas mitologías indoeuropeas. Se dice que sobre el hombro del rey Filipo de Macedonia, durante una campaña militar, descendió un águila que puso un huevo. Éste cayó al suelo, quebró, y de su interior salió una serpiente. Entonces recibió la noticia del nacimiento de su hijo Alejandro, destinado a ser el emperador helénico desde Grecia y Egipto hasta Afganistán e India. Toda simbología al respecto parece susurrar «alas arriba, serpiente abajo». Recordemos también el «Así Habló Zaratustra» de Nietzsche, en el que Zaratustra vaga siempre acompañado de su serpiente (la astucia) y su águila (su orgullo). La misma águila no es más que una forma perfeccionada de serpiente: hoy sabemos que las aves proceden de los reptiles, un águila no deja de ser una «serpiente evolucionada», y el águila guarda aun en su mirada una sabiduría como la guardada en los ojos de la serpiente. Los escandinavos, por su parte, decían que los individuos de ojos azules tienen «una serpiente en los ojos». En la mayoría de representaciones mitológicas, el águila está atacando a la serpiente, pero no la ataca para matarla, sino para dominarla, para utilizarla en su misión de reagrupar la luz en el círculo: para «cabalgar el tigre». El resultado de la pelea es el símbolo del águila con las alas desplegadas, sosteniendo en sus patas a una serpiente que, mordiéndose la cola, forma un círculo, en cuyo interior se halla una rueda solar u otro signo de luz. El águila del III Reich con un círculo en sus patas conteniendo la esvástica, representa esto mismo: el triunfo de la luz sobre la oscuridad, la inmortalidad sobre el eterno retorno, el espíritu sobre la materia.

LOS SIETE CHAKRAS CORPORALES

Pasaré ahora a describir los siete chakras del cuerpo, tomando como base las enseñanzas del hinduismo. Propiamente, el número total de chakras es nueve (el número predilecto de la mitología nórdica), puesto que un verdadero sistema de chakras tiene como punto más bajo el centro de la Tierra, cuyo símbolo es el sol negro, y como punto más alto el cielo, cuyo símbolo es el sol. Ambos son chakras no-corporales, y por tanto no los describiremos aquí, pero valga quedarse con la idea de que todo buen eje tiene sus «raíces» en el infierno y sus «ramas» en el cielo.

Los chakras están relacionados con zonas «clave» sobre las que una agresión física directa, como un golpe, puede producir graves malestares o hasta la muerte. Asimismo, su sensibilidad e influencia corporal hace que las zonas de chakras sean lugares preferentes para ciertos masajes. Debemos añadir que, aparte de los conocidos siete chakras, hay toda una infraestructura de «sub-chakras» o «chakras menores» que se reparten por todo el cuerpo, como por ejemplo en los pies o en las manos. El arte oriental de la acupuntura tomó buena nota de la distribución de todos estos chakras menores, mientras que los tradicionales rituales de «imposición de manos» (por ejemplo, entre los cátaros) se encontraban relacionados con la capacidad curativa y conductora de los importantes plexos nerviosos de las palmas de las manos.

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Un hombre meditando con sus siete chakras representados, cada uno en su color asociado, de los siete colores del arco iris en los que se descompone la luz solar primordial blanca-dorada.

Los animales también poseen chakras, aunque estén más densificados y materializados. Los animales son un tipo menos complejo de forma de vida, pero ello no significa que sean menos perfectos. De hecho, la mayoría de animales son más perfectos como animales que los hombres como hombres, porque su conducta al menos es natural e inocente, cumplen con su deber con la precisión del instinto. Sin embargo, en los animales, la médula espinal (que coincide con el eje de los chakras, o Sushumna Nadi) se halla en posición horizontal, o bien sensiblemente inclinada. Sólo el hombre (junto con el árbol, que según Leonardo da Vinci es el ser más perfecto después del hombre) posee un eje similarmente vertical. Podemos comprender, pues, la importancia mística y guerrera que los antiguos cazadores otorgaron al oso: este animal es capaz de ponerse en pie y, con ello, erguir su médula espinal, ponerla vertical y orientar su eje hacia el cielo. El oso simboliza el tránsito de la naturaleza más terrenal al lado espiritual, y viceversa, a voluntad. Es, por tanto, un símbolo del sacerdote-guerrero por excelencia.

ESQUEMA DE LAS DESCRIPCIONES

En cada chakra daremos una serie de explicaciones que nos servirán para entender la esencia y la naturaleza de cada uno.

Yantra: Es la representación gráfica de cada chakra según el hinduísmo. Tales representaciones son bellos dibujos en los que el chakra es plasmado como una flor de loto en cuyos pétalos están inscritas ciertas letras en sánscrito, rodeando una letra central que viene estampada sobre un mandala o dibujo asociado al chakra en cuestión.

Localización interior: Cada chakra tiene una localización precisa en el interior del cuerpo humano. Concretamente, están situados en el eje, relacionado con la médula espinal, y a la altura de las diversas glándulas del sistema endocrino.

Localización exterior: En la superficie del cuerpo, los chakras también tienen su representación, caracterizada por un punto de alta sensibilidad. En el primer chakra y en el último, este punto es uno solo, pero en los otro cinco chakras, hay dos puntos exteriores, uno frontal (en la zona delantera del cuerpo) y otro posterior (en la trasera).

Nombre hindú: Los brahmanes dieron a cada chakra un nombre bastante poético y sugerente.

Nombre según la ciencia moderna: Muchísimos siglos después de que los antiguos comprendieran perfectamente la naturaleza de los chakras, la ciencia moderna ha llegado a conclusiones similares, identificando numerosas «centrales» nerviosas conectadas a través de la médula espinal, con ramificaciones por todo el cuerpo, y fuerte influencia sobre las diversas funciones corporales. La ciencia moderna llama «plexos nerviosos» a los chakras. Cada plexo domina una zona corporal, aquella a la que llegan las ramificaciones nerviosas que parten del plexo correspondiente. Esa zona es el «radio de acción» del chakra, aunque sus efectos pueden extenderse por todo el cuerpo.

Glándula o glándulas asociadas: Hemos de entender que el asunto de los chakras no es exclusivamente espiritual ni exclusivamente corporal, sino que ha nacido como unión de ambos, y por ello influyen tanto sobre el cuerpo como sobre el espíritu. Y así como el espíritu tiene sus centros específicos de poder, su representación sobre el cuerpo se ha plasmado en las glándulas del sistema endocrino humano, segregadoras de sustancias capaces de modificar completamente la apariencia, la conciencia, la voluntad y la percepción. Cada chakra está asociado, pues, a una glándula o glándulas determinadas.

Esencias corporales asociadas: Puesto que cada chakra influye en ciertas glándulas, influirá también en la elaboración de las sustancias, muchas hormonales, que tales glándulas producen, y que son capaces de regir el estado de ánimo y el funcionamiento del cuerpo.

Órgano u órganos de acción: Del mismo modo que cada chakra está relacionado con glándulas, las glándulas influyen sobre órganos determinados, de modo que el chakra tiene un «campo de acción», en el cual los órganos caen bajo su influencia.

Funciones corporales asociadas: Debido a que los chakras influyen directamente sobre las glándulas y los órganos, incidirán directamente sobre las funciones relacionadas con tales glándulas y órganos.

Sentido asociado: Cada chakra está estrechamente ligado a un sentido determinado, e influye sobre la intensidad, la calidad, la nitidez y la fidelidad de la percepción del mundo físico por mediación de dicho sentido.

Deseo o deseos asociados: Cada chakra insta a algo o influye en un impulso, un deseo determinado, y no sólo en cuanto a la intensidad de tal deseo, sino también en cuanto a su pureza.

Elemento: Cada chakra está asociado a un elemento definido que de alguna manera ayuda a explicar metafóricamente la naturaleza del chakra en cuestión y a comprender su significado.

Animal o animales representativos: En la mitología hindú, cada chakra venía asociado a un animal, lo cual quería decir que las cualidades totémicas del animal representado se relacionaban con el chakra correspondiente. La cultura hindú, forjada en la selva, no es equivalente a la europea, donde los animales representativos, capaces de decirnos algo al respecto, serían otros. En Europa no hay elefantes, por ejemplo, y el significado simbólico que un elefante tenía para un hindú no es el mismo que el que tendría para un europeo. Cuando ha sido posible, he intentado dar equivalencias «europeas» a los animales simbólicos del hinduísmo.

Astro: Así como el esoterismo acepta que los astros de nuestro sistema solar influyen directamente sobre el estado de ánimo de las personas, se acepta también que el funcionamiento de los chakras está asociado a diversos cuerpos celestes.

Color o colores asociados: Cada chakra está asociado a un color o colores que ayudan a entender su esencia, y que proceden de los siete colores del arco iris. El mismo ojo humano sólo percibe los colores comprendidos en el arco iris, es decir, los que se hallan entre el rojo y el violeta. Los que están por debajo son denominados «infrarrojos» (mundo telúrico), y los que están por encima, «ultravioletas» (mundo espiritual). Además, se piensa que la contemplación meditativa de un color determinado (en forma de cartulina, por ejemplo) ayuda a estimular el funcionamiento del chakra asociado a ese color. Esto es conocido como cromoterapia.

Aromas asociados: Diferentes aromas ayudan a estimular el funcionamiento de un chakra determinado, y es una de las causas por las que los inciensos han sido siempre frecuentes en los ritos religiosos del mundo entero. La estimulación o sanación de un chakra por medio de los olores asociados a él recibe el nombre de aromaterapia.

Sonidos asociados: Ciertos sonidos, incluyendo tipos de música o de ruido ambiental de la Naturaleza, ayudan a despertar chakras determinados. Esto es la llamada musicoterapia.

Mantra: En el hinduísmo, un mantra es una sílaba sagrada que tiene un poderoso efecto de sugestión sobre la mente y que hace vibrar la bóveda craneal, la garganta, el pecho y el vientre con una vibración determinada, estimulando ciertas facultades. Muchos mantras se prolongan largamente y se repiten monótonamente, durante la meditación o durante un rito. De India procede el Mantra Yoga, que consiste en despertar los diversos chakras haciendo uso de los mantras.

Mandala: Un mandala es un dibujo simbólico que se observa durante la meditación para optimizar la concentración y la inmersión en un chakra determinado.

Número de pétalos: Como hemos dicho, en el hinduísmo los chakras se representan como flores, cada una con su número de petalos.

Alimentos: Es ya reconocido que los alimentos no sólo sirven para proporcionar energía y materia prima al cuerpo, sino que las sustancias liberadas por los alimentos influyen sobre nuestro cerebro. Y, del mismo modo, algunos alimentos influyen sobre diferentes chakras.

Arquetipo: Un arquetipo es una imagen mental, un símbolo con un amplio espectro de significados fuertemente sugerentes. El sol es un arquetipo, así como la luz, la oscuridad o un dios son arquetipos por sí mismos. En el caso de los chakras, el arquetipo contribuye a explicar el significado y la importancia global del chakra.

Tema central: Cada chakra está relacionado con un aspecto vital, un acontecimiento o una etapa en el camino de la ascensión espiritual.

Incluiremos después de estos elementos una explicación adicional sobre el chakra específico.

PRIMER CHAKRA

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Localización interior: En la base de la columna vertebral, el centro coccígeo.

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Localización exterior: En el centro del perineo, la zona musculada que se encuentra en el lugar más bajo del tronco, entre los genitales y el ano. En la disciplina taoísta, ésta es la zona que el practicante neófito varón presiona para evitar la eyaculación durante el acto sexual, cuando dicho practicante no ha dominado otras formas más perfeccionadas de continencia seminal.

Nombre hindú: Muladhara (raíz).

Nombre según la ciencia moderna: Plexo sacro (también llamado plexo coccígeo o plexo pélvico).

Glándulas asociadas: Glándulas corticoadrenales y suprarrenales.

Esencias corporales asociadas: La médula suprarrenal produce la adrenalina y la noradrenalina, cuyos efectos son bien conocidos: aumentan el pulso, la atención y la fuerza, además de adormecer el miedo y el dolor. Las glándulas suprarrenales producen glucortiroides (combaten las alergias y las inflamaciones e influyen sobre la presión arterial) y mineralcorticotiroides (regulan la presencia de sodio y potasio en los riñones, en la saliva y en el sudor). La corteza suprarrenal también ayuda a producir hormonas sexuales como la testosterona o el DHEA. Los efectos de estas hormonas suelen ser un aumento de la agresividad y de la libido, el refuerzo de la circulación, una condición general de potencia y un aumento de la masa muscular.

Órganos de acción: Los músculos genitales, el esfínter, el ano, las nalgas, las piernas.

Funciones corporales asociadas: Fabrica los glóbulos rojos. Por estar relacionado con el perineo, regula la defecación, la excreción y la eyaculación. Además, rige la calidad del esqueleto, de la dentadura, de los cabellos y de las uñas. Como se sabe, la apariencia y calidad de estos factores revela fácilmente la salud del individuo examinado. [2] El primer chakra está muy relacionado con las piernas y con los pies, que son nuestra conexión con la Tierra, nuestras propias raíces por decirlo de algún modo, además de nuestro medio de locomoción. También influyen decisivamente sobre la potencia sexual del varón, así como sobre la facultad de retener el semen —facultad de vital importancia para todas las disciplinas orientales. Cualquier deportista, artista o guerrero conoce la importancia de la abstención en los días anteriores a la actividad.

Sentido asociado: El olfato. Como es sabido, el olfato es el sentido físico que prevalece más fuertemente y que se marca más fácilmente sobre la memoria. Al provenir del aire que nos rodea, el olor penetra en nuestros pulmones y pasa a la sangre en cuestión de fracciones de segundo, difundiendo sus sustancias químicas o sus efectos por todo el cuerpo, incluyendo el cerebro, dando un rapidísimo efecto psicológico. Un olor agradable puede infundirnos placer y tranquilidad, mientras que uno desagradable nos puede hacer vomitar. Un sutil y familiar olor puede transportar nuestra mente a una época pasada de nuestra vida, o hasta evocar algún vago recuerdo de una vida anterior.

Deseos asociados: Poseer, luchar, destruir.

Elemento: Tierra.

Animales representativos: El elefante blanco, el toro o la serpiente. La bestia.

Astro: Saturno.

Color asociado: Rojo.

Aromas asociados: Rosa, jazmín, clavo y sándalo. Puesto que este chakra está muy relacionado con el olfato, la aromaterapia puede tener sobre él un mayor efecto que sobre otros chakras.

Sonido asociado: Tambores y sonidos de percusión en general.

Mantra: Lam.

Mandala: Cuadrado amarillo.

Número de pétalos: 4.

Alimentos: Proteínas y carnes.

Arquetipos: Sangre y suelo, el arraigo, el sol negro, la Madre Tierra.

Tema central: El instinto de supervivencia. Lucha, miedo, autopreservación y posesión.

La base de la columna vertebral funciona como una especie de bomba de energía, un depósito de fuerza juvenil que tiende a derramarse hacia abajo por medio de la eyaculación o la menstruación, o a impulsarse hacia arriba para que ascienda por la médula espinal. Aquí es donde duerme enroscada Kundalini, que representa esa energía. Ésta es la base de todo, el fundamento, el lugar donde comienza el proceso del despertar.

Este chakra es la conexión más cercana que tenemos con la Tierra, de la cual podemos extraer energía, y a la cual podemos dar energía (o que la misma Tierra nos la extraiga parasitariamente). Puesto que el primer chakra domina nuestras piernas y nuestros pies, es totalmente acertado decir que constituye nuestro centro de arraigo al mundo material, o nuestro afán de movimiento, nuestra seguridad de estar en nuestro hogar, nuestra patria. Sin embargo, cuando este chakra está desequilibrado, dicho amor a la Tierra nos separa completamente del cielo, la materia toma posesión de nosotros y el resultado es un excesivo apego a lo material, el miedo a la muerte, el desprecio de la violencia, la falta de arrojo y la cobardía ante la lucha, el tipo humano del enfermizo. Por el contrario, cuando funciona bien, el resultado es un individuo vigoroso y fuerte, de gran magnetismo, aspecto sano y activo, valiente, indiferente ante la muerte, dionisiaco y con gran seguridad y confianza en sí mismo. Un primer chakra sano produce, en suma, un tipo de hombre que ama a la vida pero no teme a la muerte.

El primer chakra influye muy directamente sobre la energía física, el instinto de supervivencia, la memoria, el mantenerse firme, el sano e intenso afán de violencia, el espíritu de superación, la actividad y la voluntad de vivir. Rige el ansia de poseer que, como casi todo, puede ser bueno o malo según cómo se utilice. Y, por encima de todo, es el chakra de la lucha y del valor, de la glorificación de los impulsos que incitan a vivir, a moverse, a destruir o a crear según dicten las leyes del tiempo.

Un buen funcionamiento de este chakra implica el amor a la Tierra, pero con suficiente equilibrio como para poder luchar, arriesgar la vida y sacrificarse. La lucha es la base de todo. Si todas las religiones indoeuropeas están impregnadas completamente de culto a la guerra es porque, tal vez de manera subconsciente, nuestros antepasados nos quisieron dar a entender que la lucha es el primer paso para la activación de nuestro poder. Sin el sufrimiento, sin lucha, sin sacrificio, sin esfuerzo y sin dolor, no tendríamos superación, ni heroísmo, ni nada de valor, nuestras vidas serían peor que vegetales, estaríamos permanentemente dormidos. Literalmente, la lucha es la salvación, el primer paso para el despertar de nuestra conciencia.

Según las adulteradas enseñanzas New-Age, cuando funciona bien este chakra, «se elimina la violencia y la agresividad». Esto es sencillamente una mentira con la peor intención, puesto que dicho resultado denotaría en verdad un pésimo funcionamiento del primer chakra. La violencia, la bravura y la agresividad son necesarias: la especie las creó para protegerse de las adversidades; en caso de que se extirpen, el resultado sería un tipo humano castrado, desarraigado de la Naturaleza y fácil de manipular: es el tipo humano que quiere crear el Sistema, el tipo humano del ganado.

En suma, el primer chakra es el chakra de lo material, efectivamente, pero no para que la materia nos domine a nosotros, sino para que nosotros dominemos la materia y la recreemos a nuestra voluntad, tomando las riendas de energías telúricas que podemos utilizar a nuestro favor, extrayendo energía de la Tierra para hacer que suba por nuestra médula e impregne nuestro cuerpo. Éste es el verdadero significado de «cabalgar el tigre», «matar al dragón», «matar al oso», «dominar el miedo» o «agarrar al toro por los cuernos». Esta filosofía afirma que el entorno es producto del hombre, no el hombre producto del entorno, y que, antes que perfeccionar el mundo, lo que hay que hacer es perfeccionar al hombre, porque la creación del hombre no ha sido completada, sino que ha sido dejada a medias, entorpecida. El hombre ya perfeccionado será la herramienta divina para perfeccionar al mundo.

El dios asociado a este chakra es Saturno —el Cronos griego y puede que el Ymir germánico— que, tras pasar por el aparato digestivo del cristianismo, se convirtió en Satán. Y es que ser representante de todo aquello que tiene que ver con el primer chakra lo hacía ser representante de una serie de instintos proscritos por el cristianismo.

Dos runas germánicas representan bien el significado de este chakra, la runa Yr (las raíces del árbol) y la Ur (lo primordial).

SEGUNDO CHAKRA

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Localización interior: En la zona del bazo.

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Localización exterior delantera: Bajo el ombligo, en el centro púbico.

Localización exterior trasera: Entre la quinta vértebra lumbar y el hueso sacro.

Nombre hindú: Svadistana (dulzura).

Nombre según la ciencia moderna: Plexo prostático (varón) o uterino (mujer).

Glándulas asociadas: Las gónadas (testículos y vesículas seminales en el hombre, ovarios en la mujer) y las glándulas suprarrenales.

Esencias corporales asociadas: En el caso de los testículos, ejercen de gónadas mediante la fabricación de espermatozoides, y ejercen de glándulas mediante la producción de hormonas, principalmente, la testosterona, hormona masculina por excelencia. En el caso de los ovarios, su función de gónadas es la de fabricar óvulos y su función como glándulas es la producción de hormonas. Tanto en el caso de los testículos como en el caso de los ovarios, las hormonas producidas son los andrógenos (como lo es la misma testosterona) y los estrógenos (estradiol y estrona). El segundo chakra también tiene influencia decisiva en la elaboración y la calidad de las esencias masculinas (como el semen) y femeninas (como el flujo vaginal).

Órganos de acción: Los órganos sexuales, los bajos abdominales, los intestinos, los riñones, los lumbares y la vejiga. También se considera que está muy vinculado con las manos.

Funciones corporales asociadas: Todo aquello que tiene que ver con la sexualidad y el sistema reproductor, incluyendo la menstruación femenina, la elaboración del semen y la altura de la libido y de la potencia sexual. También controla algunas fases de la excreción, por influir sobre los intestinos, los riñones y la vejiga.

Sentido asociado: El gusto.

Elemento: Agua.

Deseo asociado: Sexo, crear, construir.

Animales representativos: El pez o el cocodrilo.

Astro: Luna.

Color asociado: Naranja.

Aromas asociados: Bergamota, sándalo, vainilla y almendra amarga.

Sonidos asociados: Agua en movimiento —por ejemplo, una fuente, una cascada, lluvia cayendo, un río fluyendo o el oleaje del mar.

Mantra: Vam.

Mandala: Luna de plata en cuarto creciente o menguante, con las puntas apuntando hacia arriba.

Número de pétalos: 6.

Alimentos: Líquidos. Puesto que este chakra está muy relacionado con el gusto, lo alimentos pueden tener sobre él un mayor efecto que sobre otros chakras.

Arquetipo: La mujer atractiva.

Tema central: La sexualidad, la emotividad y la creatividad.

Como indica su nombre hindú, este chakra tiene que ver con todo aquello que endulza la vida, incluyendo el placer, la buena comida, el buen sexo, la potencia genital, la lujuria positiva y la alegría, aunque como chakra de las emociones, influye sobre la tristeza y las lágrimas. No deja de ser revelador que Freya, la diosa germánica de la belleza y del amor, sea la que derrame «lágrimas de oro».

Los bebés y los niños aprenden por primera vez a dominar la materia y sus funciones corporales aprendiendo a no excretarse encima, esto corresponde al primer chakra, y muchos no pasan de ahí. El segundo chakra supone el escalón posterior, implica dominar las fuerzas sexuales, y se manifiesta, para bien o para mal, en la adolescencia.

El segundo chakra tiene que ver, en suma, con la capacidad de disfrutar, y con la limpieza y pureza del placer que disfrutemos. De hecho, como señor sobre la zona abdominal y renal, el segundo chakra tiene incidencia directa sobre las cosquillas y la risa; pero concretamente se puede decir que es el chakra del sexo. Influye decisivamente en el concepto que se tiene de la sexualidad, en la actitud que se toma ante ella, en la capacidad de disfrutar de ella y en la limpieza espiritual de las relaciones sexuales que se mantengan. También es responsable de reforzar la identidad sexual del individuo, revitalizando la virilidad en los hombres y la feminidad en las mujeres. Juega, además, un papel de regulador de las relaciones sociales superficiales entre individuos, como las que se dan entre desconocidos, o en un ámbito poco familiar.

Otro papel del segundo chakra relacionado con su función sexual es el de estimulador de la creatividad en general, incluyendo naturalmente la capacidad de crear vida mediante la reproducción, pero también hasta cierto punto la creatividad artística. Mediante una obra de arte podemos saber si el artista que la creó era un individuo puro o un degenerado sexual.

Es interesante relacionar la asociación acuática que lleva este chakra con el baño del amor sagrado en los textos alquímicos medievales europeos, y con la «vía húmeda» de muchas tradiciones iniciáticas (como el tantrismo) que intentan cultivar y amaestrar las poderosas energías sexuales y transmutarlas en fuerzas más refinadas.

Ni falta hace decir que este chakra está completamente contaminado en la sociedad moderna. En lo referente a la alegría, se ha hecho apología de las diversiones y los placeres fáciles y plastificados, incluyendo las drogas, las conductas ridículas y un humor totalmente esclavo y desequilibrado. En lo referente al sexo, se lo ha convertido en un asunto de búsqueda obsesiva, malgasto de energía y lascivia sucia para los hombres, y ha hecho que la mayoría de mujeres se conviertan en prostitutas. La disponibilidad indiscriminada de la pornografía, además, ha pervertido la sexualidad de muchas personas, propiciando la aparición de vicios y desviaciones inconcebibles en mentes sanas. Mención aparte merece la homosexualidad, que tiene que ver con una inversión de la identidad sexual en algunos casos, o una simple contaminación de los instintos relacionados con este chakra.

El buen desarrollo del segundo chakra se manifiesta en la capacidad para dominar los impulsos sexuales, en la pureza del sentido erótico y en la firmeza del bajo vientre.

TERCER CHAKRA

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Localización interior: En la médula espinal, a la altura del páncreas.

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Localización exterior delantera: Sobre el ombligo, bajo la base del esternón. Boca del estómago o diafragma de los pulmones. Es uno de los puntos claves en el boxeo, donde un golpe certero y fuerte produce la expulsión del aire, el doblamiento del tronco y la interrupción de la respiración.

Localización exterior trasera: En la séptima vértebra dorsal.

Nombre hindú: Manipura (joya).

Nombre según la ciencia moderna: Plexo solar (también llamado plexo epigástrico).

Glándula o glándulas asociadas: El páncreas.

Esencias corporales asociadas: El páncreas produce dos hormonas, la insulina (reguladora del metabolismo) y el glucagón (eleva la glucemia y acelera la escisión del glucógeno). Actualmente, debido a la ingestión indiscriminada de carbohidratos y azúcares, el equilibrio de estas sustancias está gravemente perturbado.

Órganos de acción: El páncreas, los intestinos, los abdominales y el estómago.

Funciones corporales asociadas: La digestión, la combustión del alimento y su transformación en energía, el metabolismo.

Sentido asociado: Vista.

Elemento: Fuego.

Deseos asociados: Comer, querer, desear, dominar, imponer, conquistar.

Animales representativos: El carnero o el león. Recordemos que Hércules, héroe griego, participó tanto en la hazaña del vellocino de oro (una piel de carnero), como en la del león sobrenatural, cuya piel se puso tras matarlo con sus propias manos.

Astro: Marte y el Sol; este chakra está relacionado con el signo zodiacal de Aries.

Color o colores asociados: Amarillo. Puesto que este chakra está muy relacionado con el gusto, la cromoterapia puede tener sobre él un mayor efecto que sobre otros chakras.

Aromas asociados: Limón, lavanda y romero

Sonidos asociados: Música reposada y de tiempo uniforme.

Mantra: Ram (en inglés, ram significa «carnero»).

Mandala: Triángulo rojo con vértice hacia abajo.

Número de pétalos: 10

Alimentos: Hidratos de carbono (arroz, pasta, patatas, azúcar, etc.).

Arquetipo: El líder, el conquistador, el monje-soldado.

Tema central: Voluntad de poder.

El tercer chakra influye en la autoestima, el espíritu de acción, la mentalidad emprendedora y conquistadora, la vitalidad, el valor, la transformación personal y la sabiduría espiritual.  Como dominador de la alegría y de la ira, tiene mucho que ver con las emociones fuertes (que tanto se notan en la boca del estómago, como si hubiese un nudo) o con el vómito y, naturalmente, influye en el proceso de digestión de alimentos. También se ha dicho que el desarrollo completo del tercer chakra tiende a librar el cuerpo de cualquier tipo de enfermedades.

Un buen funcionamiento de este chakra otorga poder, sentimiento de ego, fuerza de voluntad, anhelo de someter a lo que está por debajo y una sana ambición. Todo esto nos lleva a la conclusión de que es el chakra clave en cuanto a la voluntad de poder. Podemos incluso hacer notar que aquel gran hombre, Napoleón, que era un iniciado, hizo un gran uso de este chakra, tal vez incluso abusando de él o utilizándolo de forma desequilibrada (su ambición tan renombrada), de tal modo que le produjo molestias, y en muchos retratos se le ve en la famosa posición de la mano derecha sobre el estómago. Al final de su vida, el trastorno de este chakra le dio cáncer de páncreas o de estómago, que como hemos dicho, son órganos estrechamente relacionados con el tercer chakra.

Podemos añadir que, tras el parto, y tras haber partido el cordón umbilical, se sigue manteniendo un tenue cordón umbilical espiritual, que se establece entre el tercer chakra de la madre y el del hijo. En poco tiempo, este enlace se va rompiendo. Lo contrario significaría una relación enfermiza de dependencia.

Además de esto, este chakra es también característico de las cualidades asociadas a lo militar: la voluntad de superar obstáculos y de alcanzar objetivos, el espíritu de sacrificio, la capacidad para manejar situaciones y organizar recursos.

En la civilización actual, este chakra también está claramente trastornado. Por un lado, hay personas con una ambición puramente materialista, que se matan a estudiar y trabajar con el único fin de ganar mucho dinero, aunque ni ello mismos saben para qué lo quieren. Y luego, por otro lado, hay personas que tienen el desequilibrio contrario, esto es, el dejarse dominar, el no saber decir que no, el no tener autoestima, el ser cobardes y perezosos.

El taoísmo ha dado a este chakra la importancia de ser una zona de incubación y transmutación de energías. Aquí es donde los deseos bajos se convierten en impulsos más elevados.

El buen desarrollo del tercer chakra se manifiesta en la voluntad abundante, en la vitalidad, en el ansia de poder, en la autoridad, en la capacidad de superar dificultades, en el buen apetito, en la capacidad para soportar el hambre y en la firmeza de toda la región abdominal y lumbar.

CUARTO CHAKRA

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Localización interior: En la médula espinal, a la altura del corazón.

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Localización exterior delantera: En el centro del pecho.

Localización exterior trasera: A la altura de la octava vértebra. 

Nombre hindú: Anahata (intacto). Curiosamente, los antiguos persas, vecinos de los hindúes, tenían una diosa llamada Anahita, a la que se le llamaba «incontaminable».

Nombre según la ciencia moderna: Plexo cardíaco.

Glándulas asociadas: Timo, paraganglios supracardiacos y glándulas mamarias.

Esencias corporales asociadas: Los paraganglios supracardiacos producen la noradrenalina, y el timo produce la hormona tímica, responsable del sistema inmunológico y de la segregación de linfocitos.

Órganos de acción: El corazón, los pulmones.

Funciones corporales asociadas: El sistema circulatorio, la sangre.

Sentido asociado: Tacto.

Deseos asociados: Amar y odiar.

Elemento: Aire.

Animales representativos: Antílope o paloma.

Astro: Venus.

Color asociado: Verde.

Aromas asociados: Rosa, menta y almizcle

Sonidos asociados: Música sagrada.

Mantra: Iam.

Mandala: Hexagrama azul.

Número de pétalos: 12.

Alimentos: Verduras, especialmente las plantas verdes.

Arquetipo: El caído, el inmolado, el sacrificado.

Tema central: El amor, el odio, la unión sagrada y el sacrificio.

Si el primer chakra representa la Tierra, el segundo la luna, y el tercero tiene connotaciones solares, el cuarto contiene tanto la luna como el sol, por ello es signo de la unión sagrada entre la copa y el contenido. Es el chakra de tránsito entre Tierra y cielo, negro y blanco. Es lo verde, el producto de la unión entre ambos (Naturaleza, Osiris) pero también es la sangre derramada en el sacrificio. Ante todo, éste es un chakra de intersección, de crucifixión, de reconciliación de contrarios, de guerra y de amor.

El cuarto chakra es muy especial en tanto que en su seno hay un cruce entre dos aspectos. Este chakra hace de puente entre los tres chakras más materiales y los tres chakras más espirituales. Es, por tanto, el centro de la cruz, allá donde tiene lugar el milagro, el encuentro entre lo material y lo espiritual. Este milagro sería el Grial, que según la mitología medieval era verde como la esmeralda caída de la corona de Lucifer, el color asociado a este chakra.

También es el chakra de la alegría, de la bondad y del amor, tal y como lo indica el hexagrama (llamado estrella de David o sello de Salomón en el judaísmo), que simboliza la intersección entre el triángulo apuntando hacia arriba (el principio masculino, celeste y espiritual) y el triángulo apuntando hacia abajo (el principio femenino, terrestre y material). El hexagrama (llamado «señal de Vishnu» en India) tiene un fuerte paralelismo con el signo masónico y con la runa Ing de los germanos. En tanto que el segundo chakra regula relaciones individuales de carácter superficial y social, el cuarto chakra se encarga de las relaciones más profundas y personales, como la amistad o el amor, entendido el amor en cuanto a minne. También influye sobre el concepto que se tiene de uno mismo, es decir, si uno se ama o se odia: el amor propio, el honor.

Y por cierto que este chakra, como todos, tiene un lado oscuro y un lado luminoso. El lado luminoso es el amor, el oscuro es el odio.Recalcaremos que tanto amor como odio no son buenos ni malos en sí mismos, sino que depende de cómo se utilicen.

Indudablemente, el cuarto chakra está relacionado con la runa Hagal, pues tiene que ver con un punto de cruce entre la parte baja del «árbol» (runa Yr) y la parte alta (runa Man).

El buen desarrollo del cuarto chakra se manifiesta en la capacidad para amar y odiar con fuerza, en la sensibilidad artística, en la fidelidad y en la capacidad de sacrificio y de entrega.

QUINTO CHAKRA

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Localización interior: En el centro de la garganta.

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Localización exterior delantera: En la base del cuello, en un hueco desprotegido al comienzo de la garganta. Cuando se aprieta, dificulta la respiración. Un golpe fuerte y preciso con las puntas de dos dedos en esta zona puede matar a la víctima.

Localización exterior trasera: A la altura de la tercera vértebra cervical, donde la médula espinal se convierte en bulbo raquídeo.

Nombre hindú: Vishuda (pureza).

Nombre según la ciencia moderna: Plexo laríngeo o faríngeo.

Glándulas asociadas: Tiroides, paratiroides, tiroideas aberrantes, salivales.

Esencias corporales asociadas: El tiroides produce la tiroxina y la triyodotina, y al elevar el metabolismo, ayuda en la quema de grasas corporales. La paratiroides produce la paratormona, reguladora del calcio corporal. El déficit de actividad de la paratiroides reduce el calcio en favor del fósforo (produciendo hiperexcitabilidad), mientras que el exceso de actividad hace que la paratiroides robe el calcio necesario al sistema óseo.

Órganos de acción: La boca, las cuerdas vocales, el cuello, el esófago, la tráquea, la laringe, la faringe, la nariz, la tráquea, los bronquios, los pulmones y los oídos.

Funciones corporales asociadas: El sistema respiratorio.

Sentido asociado: Audición.

Deseos asociados: Comunicar, compartir.

Elemento: Éter.

Animales representativos: El elefante blanco de múltiples colmillos (Aira-Vata) o el toro.

Astro: Mercurio.

Color o colores asociados: Azul celeste. No sólo es el color del cielo, sino que forma parte de la bandera de Israel, la masonería lo incorpora en muchos de sus escudos, y la misma ONU lo ha ostenta en su bandera. El color opuesto al azul celeste es exactamente el mismo color pardo utilizado por la SA nazi en sus uniformes.

Aromas asociados: Mirra, lila y eucalipto.

Sonidos asociados: Música cantada, cánticos.

Mantra: Ham.

Mandala: Círculo fucsia.

Número de pétalos: 16.

Alimentos: Frutas, especialmente las cítricas.

Arquetipo: El mensajero, el orador, el músico, el trovador, el poeta, el cantor, el artista.

Tema central: La comunicación y el arte.

Aquí es donde el héroe griego Aquiles atravesó al troyano Héctor con su lanza, en ese punto «donde la vida se escapa más rápidamente». El quinto chakra está estrechamente emparentado con el concepto de quintaesencia, quinto elemento, piedra filosofal, etc. Ello viene por el hecho de que los chakras anteriores están relacionados con la tierra, el agua, el fuego y el aire respectivamente. Cada uno representa una de las cuatro aspas de la cruz. Donde coinciden los cuatro, tiene lugar el milagro, la creación del quinto elemento, que es el éter. Por lo tanto, este chakra es el producto de la «crucifixión de elementos» que tiene lugar en el cuarto chakra.

A otro nivel, este chakra está relacionado con las diversas formas de comunicación (incluyendo la telepatía), pero muy especialmente con el habla, la capacidad de expresar conceptos y hacer que se entiendan. La voz es la materialización del pensamiento del espíritu, y no hemos de desestimar la frase de que «en el principio fue el verbo», frase que fascinó por ejemplo a los nazis alemanes. Siendo el chakra de la voz y del oído, el quinto chakra está, pues, relacionado con la música y especialmente con el canto.

Puesto que la comunicación implica la transmisión de pensamientos, implica también la transmisión de energías espirituales. El quinto chakra, pues, es el chakra del discurso, de la propaganda y de la oratoria, pero también de la escritura y de la capacidad de escuchar (no olvidemos que este chakra está relacionado con la boca, pero también con los oídos). Se asocia con la comunicación entre personas, con la frustración de la comprensión que se produce por el subdesarrollo de este chakra, con el pánico de hablar en público, y con «tener un nudo en la garganta» en las situaciones emotivas.

El desequilibrio de este chakra en el seno del Sistema es muy fácil de identificar: el desorden de palabras y frases, el hablar de trivialidades, el no controlar lo que se dice. La solución de este trastorno pasará por la adopción de un estilo lacónico y militar.

El buen desarrollo del quinto chakra se manifiesta en la limpidez de la voz, en la capacidad para el canto y en las cualidades de comunicación, expresión y escucha.

SEXTO CHAKRA

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Localización interior: El centro del cerebro.

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Localización exterior delantera: Dos dedos sobre el entrecejo.

Localización exterior trasera: Donde comienza la primera vértebra cervical.

Nombre hindú: Ajña (saber).

Nombre según la ciencia moderna: Plexo cavernoso o frontal.

Glándulas asociadas: Pituitaria (también llamada hipófisis) y el hipotálamo. La pituitaria está dividida en dos sub-glándulas, la adenohipófisis y la neurohipófisis.

Esencias corporales asociadas: La adenohipófisis produce las hormonas STH (hormona del crecimiento y de factor diabetógeno), TSH (estimula la producción de hormonas del tiroides), FSH (estimula las glándulas sexuales), LH (en la mujer, provoca la ovulación y la formación del cuerpo lúteo), LHT (en la mujer, responsable del mantenimiento del cuerpo lúteo y de la producción de leche de la glándula mamaria) y MSH (estimula los melanóforos, células de la piel que forman pigmento y que por lo tanto influyen en su color). Curiosamente, la raza nórdica humana se caracteriza tanto por su alta estatura como por su claridad de piel. En cuanto a la neurohipófisis, su función es almacenar y distribuir las hormonas producidas por el hipotálamo: la dopamina, la ADH (acción antidiurética y con tendencia a elevar la presión arterial), oxitocina (en la mujer, ayuda a la contracción de la pared uterina y regula la emisión de leche de la glándula mamaria, y por tanto está íntimamente relacionada con la maternidad y el parto) y RF (regulan la producción hormonal de toda la glándula pituitaria).

Órganos de acción: El cerebro, los ojos y el hipotálamo.

Funciones corporales asociadas: La función de la glándula pituitaria no sólo es la de producir esencias hormonales, sino regular el funcionamiento de todas las demás glándulas del sistema endocrino, haciendo de coordinador. Esto nos dará una idea del importantísimo papel de la glándula pituitaria.

Sentido asociado: La vista, además del llamado «sexto sentido», la clarividencia, la visión interior.

Deseos asociados: Entender, comprender, conocer, penetrar significado.

Elemento: La luz, esto es, todos los anteriores elementos purificados.

Animales representativos: Lechuza o mariposa. (Atenea-Minerva, cuyo animal emblemático era la lechuza, salió de la frente de Zeus-Júpiter). La lechuza es como el águila de la noche, capaz de desenvolverse en la oscuridad.

Astro: Neptuno.

Color o colores asociados: Índigo o añil.

Aromas asociados: Lavanda, menta y jazmín.

Sonidos asociados: Música mística.

Mantra: Om.

Mandala: Punto de luz.

Número de pétalos: 2.

Alimentos: Ninguno.

Arquetipo: El ermitaño, el profeta, el vidente.

Tema central: Intuición, inteligencia y clarividencia.

El sexto chakra es el de la inteligencia, la sabiduría, el conocimiento directo y por tanto la gnosis. Es el que gobierna todo aquello que se relaciona con el «poder de la mente» y el «sexto sentido». Se ha dicho que, tras la activación de este chakra, «no queda nada por buscar», y como sabemos, el Grial es símbolo de búsqueda. Tal vez esto implique que se ha descubierto el Grial; no que se comprenda (ello vendría en el séptimo chakra), sino que se conozca.

El sexto chakra ha sido llamado «tercer ojo» porque permite la percepción de cosas que los ojos físicos no pueden ver. Está relacionado con la inteligencia, la capacidad de aprendizaje, «la luz al final del túnel», la percepción del mundo astral, el concepto que se tiene de uno mismo y los dones de clarividencia, profecía, telepatía, percepción extrasensorial e intuición. Jörg Lanz von Liebenfels afirmó que los antiguos dioses gozaban de un poder eléctrico que emanaba de la glándula pituitaria (él lo llamó «electrón de los dioses»), y que a través de la mezcla con razas terrenales, se perdió esta cualidad sagrada.

El sexto chakra gobierna los mundos que nosotros creamos. Rige, pues, la imaginación, la reflexión, los sueños, los ideales y nuestros impulsos de creatividad artística. Como bien se habrá notado, los niños, que a tempranas edades están aun relativamente intactos, tienen más desarrollado el sexto chakra junto con todas las cualidades relacionadas con él, personificadas en la ágil imaginación infantil y los significativos sueños que se tienen de pequeño.

Curiosamente, se enseña que este chakra se estimula con la oscuridad.

La ciencia moderna afirma que la glándula pituitaria, está «atrofiada». Concretamente, está atrofiada por la falta de uso, e inutilizada por el abuso que se hace hoy en día del calcio. El ser humano es el único animal que sigue consumiendo leche después del periodo de lactancia, y encima leche de otros animales, lo cual parece antinatural. Por encima de esto, sospechosamente el Sistema recientemente nos ha saturado con marcas de lácteos e incluso de zumos «con extra de calcio».

La clave es despertar el hemisferio derecho del cerebro, que se corresponde con las facultades de instinto y la intuición espiritual, y hacer que trabaje conjuntamente con el hemisferio izquierdo, que es el lado exclusivamente material, lógico y racional de la mente, el único reconocido por la sociedad moderna. Éste, precisamente, es el meollo en cuanto a la corrupción del sexto chakra por parte del Sistema: el enfoque de él, cuando se hace, con una orientación puramente material y racional, despojada de espiritualidad. Es la típica inteligencia materialista fuertemente desarrollada, volcada en lo mundano, las cifras, el dinero y el peso muerto, sin tener en cuenta los factores metafísicos imponderables. El aborto más representativo de semejante desequilibrio es el comunismo y el siniestro cientifismo materialista de nuestros días, una corriente que enseña que todas las emociones humanas proceden de la materia.

La recuperación de esta cualidad y este poder que un día poseímos y fue exclusivamente nuestro, marcará un antes y un después en la historia.

Como curiosidad, la representación hinduista del sexto chakra es una flor de dos pétalos a los lados, y equivale a la representación persa del disco solar con alas, muy utilizada por la religión de Zarathustra, y equivalente a la noción de Hvareno, un don de los dioses que se representaba por un halcón o un disco solar, como el aura de los santos cristianos, el dios Horus, el fuego de Mitra, el sol, etc.

Este chakra es el subconsciente, emparentado con símbolos como las alas, los cuernos, la serpiente y la luna. Se ha dicho que es el «asiento del alma» y puede ser verdad, puesto que se enseñaba que el alma residiría en el séptimo chakra. Los dos últimos chakras forman una pareja sagrada, como luna y sol, cuernos y aura. Toda palabra de carga mitológica que incluya las partículas mani, mun, man, tiene que ver con este chakra.

El buen desarrollo del sexto chakra se manifiesta en la inteligencia, en la intuición, en las dotes de observación y en las cualidades consideradas «paranormales».

SÉPTIMO CHAKRA

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Localización: En el exterior del cuerpo, justo sobre la cima craneal. Su equivalente corporal se encuentra en la cima de la corteza cerebral.

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Nombre hindú: Sahasrara (multiplicado por mil).

Nombre según la ciencia moderna: Plexo coronario.

Glándula asociada: Pineal (también llamada hepífisis).

Esencias corporales asociadas: La melatonina (hormona reguladora del sueño y capaz de aclarar la piel) y la adrenoglomerulotropina (estimula la secreción de aldostesona). Aquí se fabrica también la Dimetiltriptamina (DMT), el alucinógeno natural más potente que se conoce. Algunos, como J. C. Gallaway, consideran que un aumento en la producción de DMT es responsable de los sueños, que no dejan de ser alucinaciones oníricas. Otros, como el doctor Rick Strassman, atribuyen a esta droga la «visión del túnel» y otras alucinaciones durante experiencias cercanas a la muerte. Parece claro que hay un aumento de secreción de DMT tanto durante el sueño como en momentos cercanos a la muerte, y que la ingestión de drogas con DMT producen sensaciones de «viajes interdimensionales», «luz al final del túnel», aumento de la conciencia de uno mismo, etc.

Órganos de acción: La glándula pineal, la corteza cerebral y la piel.

Funciones corporales asociadas: Se cree que dicha glándula se rige por la luz, influyendo decisivamente en los ciclos de sueño-vigilia.

Sentido asociado: 

Deseos asociados: Elevar el espíritu, ser inmortal y ascender a un plano superior.

Elemento: Pensamiento.

Animal representativo: Elefante, águila.

Astro: Urano.

Color o colores asociados: Violeta (color considerado divino y regio en Roma). Dorado o blanco como fases posteriores, que se refieren a la consecución de la luz primordial dorado-blanca de la que derivan los siete colores del arco-iris. Recordemos que el haoma, bebida sagrada de la mitología persa (comparable al néctar de los dioses griegos), es dorado, y que el soma, su equivalente hindú, es blanco.

Aromas asociados: Loto.

Sonido asociado: El silencio.

Mantra: M.

Mandala: Rueda de mil radios.

Número de pétalos: 1000.

Alimentos: Ninguno.

Arquetipos: El iluminado, la unión mística, la inmortalidad, el sol, la esvástica.

Tema central: El entendimiento, la iluminación.

El séptimo chakra constituye el chakra corporal más alto. Los mil pétalos o los mil radios de la representación del séptimo chakra equivalen en el plano físico a los mil nervios de la zona de la coronilla, y a una configuración cerebral con forma de pétalos en la corteza cerebral. Por otro lado, el séptimo chakra está muy relacionado con el aura. Las representaciones de «santos» con un disco luminoso tras la cabeza implican referencias a individuos de iniciación consumada.

Antiguamente se pensaba que en el séptimo chakra reside el alma, y que con la muerte, el alma salía del cuerpo a través de la bóveda craneal. Si contemplamos algunas estatuas de Buda, observaremos que se le representa con la bóveda craneal ampliamente desarrollada. Ello tiene mucho que ver con las suturas de la cima craneal, suturas que sólo poseen los recién nacidos y los más avanzados adeptos en disciplinas de meditación y alquimia interior. En los demás individuos, las suturas se van soldando y cerrando con el tiempo.

Del mismo modo que el primer chakra echa raíces en la Tierra, el séptimo chakra es la copa del árbol, cuyas ramas se elevan hacia el cielo. También es la copa de la bebida sagrada, la corona de la flor, que brota del cráneo tras haber desarrollado el tallo de los chakras, o las alas y cuernos divinos de la cabeza en algunas mitologías: en Egipto, el dios Nefertem era representado con una flor de loto saliendo de su coronilla.

El séptimo chakra regula el concepto que se tiene de la Divinidad —si es que se tiene—, de la inmortalidad, del alma y de la vida, y también influye en la intensidad del interés y de la curiosidad que se tenga en los asuntos del espíritu, así como en la avidez en la búsqueda de la sabiduría espiritual. El séptimo chakra configura lo que podríamos llamar la «religión personal» de cada individuo, la mitología mental que nos construimos en privado, nuestra propia weltanschauung personal —concepción del mundo o cosmovisión. Es nuestra conexión con el cielo, esto es, con el mundo del espíritu. También influye fuertemente en la libertad espiritual, lo cual denota un espíritu aristocrático. Los espíritus dogmáticos e intransigentes denotan que no tienen un espíritu libre, sino que están esclavizados por conceptos aberrantes.

Es preciso explicar algunas cosas sobre la melatonina, hormona segregada por la glándula pineal. Como explica la ciencia moderna, la melatonina aclara la piel, y además inhibe el envejecimiento del organismo. Pero hay otros hechos interesantes. Es una hormona que se produce principalmente en las horas de sueño, y la oscuridad estimula su síntesis. La producción de la melatonina llega a su máximo durante la infancia, alrededor de los 7 años. A partir de esta edad, involuciona y degenera, como en el caso del sexto chakra, y ello causa la aparición de la pubertad. En algunos países (Estados Unidos, por ejemplo) la melatonina se vende ampliamente, pues tiene reputación de ayudar contra la vejez, el insomnio y el jet-lag ―o trastorno del sueño por culpa del desfase horario producido en los vuelos largos. Sin embargo, meterse melatonina no es la solución porque rebajaría aun más su producción por parte de la glándula pineal. Lo ideal, en todo caso, sería estimular la producción corporal de melatonina de forma natural por medio de una reactivación del séptimo chakra.

La melatonina puede tener mucho que ver, además, con elamrita hindú y budista, el «néctar de la vida y de la inmortalidad» que se decía descendía desde el séptimo chakra por la garganta en momentos de profunda meditación, impregnando al cuerpo y revitalizando su juventud. Pues la bebida sagrada se obtiene en la montaña sagrada del norte. Y el séptimo chakra es la cima de la montaña, es el Polo Norte: nuestra cumbre.

El buen desarrollo del séptimo chakra se manifiesta en el ansia de la busca de lo eterno, en el sentimiento religioso y en el ideal de divinidad que se tenga.

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NOTAS:

[1] Equivalente al Júpiter romano, el Zeus helénico, el Taranis celta, el Thor o Donnar germano, el Perun eslavo o el Perkunnos báltico. 

[2] Durante la época de tráfico de esclavos, lo primero que se examinaba en el esclavo era la dentadura, pues se sabía que denotaba la salud. Todos los ganaderos saben también que la dentadura de un animal revela su salud.

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