Las primeras Runas Eslavas

Las Runas de Lány (República Checa): la inscripción más antigua entre los eslavos. Un nuevo estándar para el análisis multidisciplinario de huesos rúnicos

Apuntes

•Un hueso con runas incisas descubierto en un contexto eslavo temprano lo convierte en el primer escrito entre los eslavos.

•El hallazgo desafía la presunta dicotomía aguda entre las tribus germánicas y los primeros eslavos en Europa Central.

•La runología, la datación por radiocarbono y la microscopía SEM de uso-desgaste autenticaron el hallazgo.

•El análisis de ADN antiguo enriquecido con objetivos permitió identificar el hueso como Bos taurus.

Resumen

Cuando la administración romana y las legiones se retiraron gradualmente de las provincias exteriores después de la caída del Imperio Romano Occidental, crearon un vacío de poder llenado por varios grupos. Se suele considerar que el dinámico Período de Migración que siguió a continuación terminó cuando los lombardos germánicos supuestamente abandonaron Europa Central y fueron reemplazados por eslavos. Sin embargo, actualmente se discute si interactuaron las tribus eslavas y germánicas o cómo. Aquí informamos del primer hallazgo arqueológico directo en apoyo de un contacto: un fragmento de hueso fechado en ~ 600 d.C. grabado con runas germánicas pero encontrado en Lány, Chequia, un asentamiento contemporáneo asociado con los eslavos. Documentamos y autenticamos este artefacto utilizando un enfoque combinado de análisis de uso y desgaste con microscopía SEM, datación directa por radiocarbono y análisis de ADN antiguo del hueso animal. estableciendo así un nuevo estándar para la investigación de huesos rúnicos. El hallazgo es la más antigua forma del alfabeto fuþark encontrado en cualquier contexto no germánico y sugiere que los presuntos antepasados ​​de los hablantes eslavos modernos encontraron la escritura mucho antes de lo que se pensaba.

1. Introducción

Los primeros informes escritos sobre los eslavos, denominados Sclavini o Antes, describen sus ataques al Imperio Bizantino a principios del siglo VI (Curta, 2006, Haury y Dewing, 1914-1928). Para el 800 d.C., los eslavos se habían asentado en vastos territorios de Europa, como atestiguan los hallazgos de su cultura material (Barford, 2001; Brather, 2008; Gojda, 1991). En Europa Central, las primeras menciones de los eslavos incluyen a Sclauos en la escritura de fundación del monasterio de Kremsmünster, 777 d.C. (Kremsmünster, Stiftsarchiv Urkunden 0777-0778), Boemanos Sclavos en los Annales Fuldenses, 805 d.C. ómnium orientalium Sclavorum, id est… Beheimorum, Morvanorum en Annales Regni Francorum, 822 d.C. y Sclavos Marganses en los Annales Fuldenses, 855 d.C.; Wolfram, 1995). Si esta eslavicización fue el resultado de la difusión cultural o de la migración humana sigue siendo objeto de controversia, particularmente para Europa Central, donde estuvo ponderada con diversas reminiscencias políticas y nacionalistas (Curta, 2001, Pohl, 2003).

Según algunos antropólogos, los análisis paleodemográficos no proporcionan evidencia de una migración masiva de eslavos (Mielnik-Sikorska et al., 2013; Piontek, 2006). Sin embargo, según muchos lingüistas, la lengua eslava se hablaba en muchos territorios europeos en el primer milenio d.C., donde los hablantes eslavos se superpusieron al sustrato de la lengua germánica, romana o griega más antigua (Birnbaum, 1993; Gołą; b, 1992; Koder, 2020; Lindstedt y Salmela, 2020). Si bien tal cambio de idioma podría haber sido el resultado de la llegada de una nueva población (Heather, 2009), también podría haber sido el resultado de un cambio de idioma, durante el cual un grupo etnolingüístico persuade a otro para que cambie de idioma a través de la fuerza o el prestigio (Blench, 2004).

Si bien la genética demostró ser poderosa para desenredar la difusión cultural de la migración humana en varios casos (por ejemplo, Hofmanová et al., 2016; Narasimhan et al., 2019), hasta ahora no ha sido concluyente con respecto a la supuesta expansión de los eslavos. A una escala muy local, se encontró que un aislado de lengua eslava en Alemania estaba genéticamente más cerca de los hablantes eslavos que de los alemanes locales (Veeramah et al., 2011), indicativo de al menos cierta migración durante la propagación de las lenguas eslavas. A escala continental, se encontró que los hablantes eslavos modernos comparten más haplotipos entre sí que con otros europeos. Inicialmente, esto también se interpretó como evidencia de una expansión demica (Hellenthal et al., 2014; Ralph y Coop, 2013), pero podría ser igualmente consistente con un tamaño de población bajo (Al-Asadi et al., 2019; Ringbauer et al., 2017).

Sin embargo, en algunas regiones, un reemplazo físico de la población después del Período de Migración es más evidente. En el norte de Alemania (Schleswig-Holstein), por ejemplo, los anglos, los jutos y otras tribus germánicas que inicialmente habitaban la región que dejaron durante el Período de Migración (Brugmann, 2011), como lo confirman las antiguas investigaciones de ADN para su migración a las Islas Británicas (Schiffels et al., 2016). Según lo confirmado por la paleobotánica y la arqueología (Wieckowska et al., 2012; Wiethold, 1998), la región permaneció no ocupada o estuvo escasamente ocupada durante al menos 200 años, después de lo cual fue colonizada por varios grupos. Algunos de ellos están relacionados con los eslavos sobre la base de hallazgos arqueológicos y registros escritos de períodos posteriores, así como evidencia lingüística (toponomástica) (Herrmann, 1985).

En otros lugares de Europa Central, la discontinuidad es menos obvia. En la región central del Danubio, por ejemplo, los asentamientos germánicos, ávaros y eslavos se sucedieron muy de cerca en el tiempo (Koontz, 2015; Urbańczyk, 2004). Sin embargo, el conjunto arqueológico asociado con los primeros eslavos (la cultura de Praga) es distinto del de las comunidades germánicas que anteriormente habitaban Europa Central (Barford, 2001; Biermann, 2016; Brather 2008; Gojda, 1991; Parczewski, 1991). Según la definición de M. Parczewski (2004) según los hallazgos de Ucrania y Polonia, los asentamientos típicos eslavos tempranos i) están ubicados en el borde de un río valles, ii) permitían un estilo de vida autosuficiente y iii) consistían en pequeñas chozas de piso hundido con un horno de piedra o barro y construido en planta cuadrada. Además, iv) la cremación era el rito funerario predominante, v) no existían otras artesanías bien desarrolladas que no fueran los rudimentarios trabajos en hierro y la cerámica hecha a mano sin decorar del tipo de Praga.

Hasta la fecha, ningún hallazgo arqueológico se acepta generalmente como evidencia de un contacto directo entre las tribus germánicas y los primeros eslavos en Europa Central (Brather, 2004). Aquí informamos de un hallazgo arqueológico novedoso en apoyo de un contacto directo: un fragmento de un hueso con inscripción rúnica de finales del siglo VI encontrado en un asentamiento eslavo (Fig. 1). Las runas son una escritura alfabética, llamada fuþark, usada entre las tribus germánicas. Si bien existen muchas inscripciones en fuþark joven, solo hay alrededor de 430 inscripciones existentes en fuþark antiguo (usado hasta ~ 700), de los cuales solo 17 contienen abecedarios completos, incompletos o abreviados. Menos de 100 inscripciones que abarcan desde finales del siglo III hasta principios del siglo VII componen el corpus del sur de Alemania. La mayoría de ellos se encontraron en objetos metálicos en tumbas del siglo VI (Del et al., 2020) y contienen nombres personales (Nedoma, 2004). El hallazgo reportado aquí representa seis de las últimas ocho runas del fuþark más antiguo, lo que lo convierte en el primer hallazgo que contiene la parte final del fuþark más antiguo en inscripciones del sur de Alemania, y el único encontrado en un contexto no germánico.

Figura 1. El hueso rúnico encontrado en Břeclav-Lány. A) Distribución de inscripciones rúnicas del sur de Alemania de los siglos VI y VII d.C., ubicación de las tribus germánicas alrededor del 568 d.C. y los primeros asentamientos eslavos. B) El hueso con inscripción rúnica de Lány. C) Cerámica tipo Praga del mismo pozo que B.

Si bien la runología se ha centrado generalmente en la interpretación de las inscripciones rúnicas en términos de caracteres rúnicos, formas lingüísticas y función del texto (Barnes, 2013; Grimm y Pesch, 2015), mostramos aquí que la ciencia de los materiales y el análisis científico tanto de las inscripciones como de la Los objetos inscritos pueden proporcionar información adicional valiosa. El material orgánico de los huesos con runas inscritas, por ejemplo, nos permitió fechar con precisión el hallazgo mediante la datación por radiocarbono y determinar la especie animal mediante análisis de ADN antiguo (ADNa). Además, utilizamos microscopía electrónica óptica y de barrido (SEM) para autenticar la inscripción mediante análisis de uso y desgaste. Es probable que dicho análisis establezca un nuevo estándar en el campo.

2. material y métodos

2.1. Microscopía SEM y análisis de uso y desgaste

El análisis de uso-desgaste es un grupo de métodos dedicados a la identificación y determinación de rastros superficiales en objetos arqueológicos móviles. Los rastros observados en la superficie del artículo podrían resultar del uso funcional, transporte, manipulación o impacto accidental durante y después de la deposición. El análisis de uso-desgaste es capaz de diferenciar entre trazas intencionales y aleatorias, o trazas de diferentes edades. Estudiamos la superficie del artefacto descubierto utilizando tanto un microscopio óptico de luz reflejada como un microscopio electrónico de barrido (SEM). Se utilizó microscopía óptica para inspeccionar las diferencias de textura en la superficie, identificar posibles impactos recientes y rastros de fabricación y uso. Se utilizó microscopía electrónica para inspeccionar la estratigrafía de las trazas.

2.2. Runología

Runología es el término que se aplica al estudio de las runas (Fig. S3) e inscripciones rúnicas que incluyen estudios del objeto, caracteres rúnicos, formas lingüísticas y función del texto. Investigamos el artefacto rúnico de la siguiente manera: Primero, examinamos el objeto inscrito desde un punto de vista arqueológico, enfocándonos en el contexto del hallazgo, su modo de uso, procedencia y la datación del elemento rúnico. En segundo lugar, identificamos a los personajes mediante autopsia a simple vista y microscopio. Esta evidencia epigráfica arroja una base filológica verificable que generalmente se da en forma de transliteración. En tercer lugar, comparamos los personajes con las inscripciones rúnicas existentes para identificar los puntos en común y las peculiaridades de las runas grabadas. Cuarto, interpretamos la secuencia rúnica usando métodos de lingüística histórica. Como resultado fonológico, morfológico, Del análisis (e interpretación) semántico y sintáctico obtenemos formas lingüísticas que constituyen un texto de diversa extensión (o, en ocasiones, un abecedario). En quinto lugar, utilizamos el contexto cultural para determinar la función de la inscripción y su marco histórico-social (Düwel, 2008; Düwel y Heizmann, 2006).

2.3. Datación por radiocarbono mediante espectrometría de masas con acelerador (AMS)

Las muestras del hueso rúnico y de dos huesos de ganado adicionales del pozo de asentamiento 25 (Poz-99473, Poz-98266, Poz-98267) fueron datados con éxito en el Laboratorio de Radiocarbono de Poznan (mediciones AMS 14C en blancos de grafito en espectrómetros 1.5 SDH-Pelletron Modelo) gracias a su contenido relativamente alto de colágeno óseo (5,3% –7,1% col.). Calibramos la fecha utilizando el software OxCal – v 4.3 Número de compilación de la interfaz web: 114 (Bronk Ramsey y Lee, 2013), con la aplicación de la curva de calibración InCal13 (Reimer et al., 2013). Después de la calibración, determinamos la edad calendario de los huesos a niveles de probabilidad de 68,2% y 95,4%.

2.4. Análisis de ADN de los huesos de animales

Identificamos las especies animales del hueso inscrito en runas tanto morfológicamente como mediante un análisis de ADN. Con el fin de minimizar el muestreo destructivo, una pequeña parte del hueso extraído para la datación con 14C se envió a una instalación de ADNa dedicada (Mainz, Alemania). Las características óseas de la muestra (costilla) fueron muy desfavorables para la conservación del ADNa (Pinhasi et al., 2015). En consecuencia, y a pesar de aplicar varias modificaciones al protocolo de extracción (con y sin paso previo a la lisis), la secuenciación superficial preliminar a través de MiSeq no produjo suficientes secuencias endógenas para permitir el análisis taxonómico (o cualquier otro) de la muestra. Por lo tanto, preparamos una mezcla de bibliotecas indexadas de forma independiente y las enviamos para el enriquecimiento taxonómico del objetivo al Centro Australiano de ADN Antiguo (ACAD).

2.4.5. Análisis filogenéticos

Alineamos la secuencia del mitogenoma (sin el bucle d) de todos los taxones seleccionados para el diseño del cebo y la secuencia de referencia de Sapiens reconstruida (Tabla complementaria 2, SI Fig. S4-S6). Construimos una secuencia de consenso del 75% a partir del mapeo contra el mitogenoma del ganado taurino (profundidad ≥ 3) utilizando Geneious R11 (Biomatters). Esta secuencia de consenso se incluyó en dos alineaciones de secuencias múltiples separadas utilizando conjuntos de datos de mitogenoma de ganado previamente publicados, con o sin el bucle d (Achilli et al., 2008; Bro-Jørgensen et al., 2018). Realizamos análisis filogenéticos bajo un marco de máxima verosimilitud (ML) implementado en RAxML v8.2.11 (Stamatakis, 2014). Los taxones externos fueron el búfalo de agua (Bro-Jørgensen et al., 2018) y el yak (Achilli et al., 2008), respectivamente. En todos los análisis, utilizamos el modelo de sustitución GTRGAMMA. Los análisis de ML incluyeron una búsqueda del mejor árbol de puntuación entre 500 réplicas de bootstrap.

3. Teoría

El descubrimiento de un hueso con inscripciones rúnicas de Lány (Břeclav, Moravia / República Checa) desafía la opinión predominante de que el fuþark más antiguo fue utilizado exclusivamente por poblaciones de habla germánica. La costilla de ganado con una inscripción rúnica se encontró durante una excavación junto con cerámica que, por analogía con Ucrania (Baran, 1988), tradicionalmente se considera parte de la cultura material de los primeros eslavos (Profantová, 2012).). El descubrimiento se realizó en una región donde se cree que los eslavos llegaron al final del Período de Migración después de que las tribus germánicas se hubieran ido y el uso de una lengua eslava se confirmó históricamente a partir del siglo IX (en el llamado Gran Imperio Moravo).). Este hallazgo abre una nueva puerta para estudiar la continuidad parcial y el intercambio entre poblaciones históricas en Europa Central. Interpretado dentro de su contexto más amplio, también cuestiona la marcada dicotomía entre la parte germánica y eslava de Europa tal como la presentan historiadores, arqueólogos o lingüistas y abusada por políticos a lo largo del siglo XIX y gran parte del XX.

4. Resultados

El fragmento de hueso reportado, una costilla, se origina en Břeclav-Lány en Moravia del Sur, Chequia. Fue un ejemplo típico de un asentamiento eslavo temprano de los siglos VI-VII d.C. según la definición de M. Parczewski (2004) y estuvo habitado continuamente hasta el siglo IX, como lo atestigua la datación directa y la continuidad tipológica en el registro arqueológico (Macháček et al., En prensa). Esta continuidad tipológica desde la cultura de Praga hasta el período Middle Hillfort es una característica de muchos sitios eslavos tempranos (Profantová, 2012), incluido el cercano Pohansko, el centro de la política de la Gran Moravia, con una eslavinidad bien acreditada basada en fuentes escritas esta continuidad hasta su caída en el siglo X (Macháček, 2010).

El fragmento de hueso inscrito con runas (Fig.1: B) fue descubierto en la sección superior (0-25 cm) del Pozo 25 (profundidad 70 cm), junto a otros huesos de animales y cerámica del tipo de Praga (Fig.1: C). Este pozo no se puede excavar por completo debido a los árboles adultos. Lo más probable es que fuera el resto de una choza de suelo hundido (Fig. 2). Los hallazgos arqueológicos del pozo consisten en cerámica hecha a mano y cacerolas de barro (Fig.1: C), que se han asociado con festines competitivos y el surgimiento de líderes políticos entre aquellos conocidos por las fuentes escritas como Esclavones / Slavs (Curta, 2017).

Figura 2. Yacimiento arqueológico de Břeclav-Lány (Moravia, Chequia). Área excavada (2015-2017) con características de asentamiento asignadas a fases cronológicas y la ubicación del hueso de ganado con inscripción rúnica.

Fechamos la sección interna del hueso (Poz-99473) que contenía 7,1% de colágeno con AMS y OxCal v4,3 a 585-640 AD (68,2% CI, 95,4% CI 555-650 AD). Confirmamos la datación del pozo usando dos huesos de ganado sin inscripciones de niveles ligeramente más bajos del relleno (Poz-98266: 68.2% CI 540AD – 601AD; Poz-98267: 68.2% CI 536AD −604AD), haciendo que el pozo sea el 14C más antiguo. característica eslava temprana fechada en Chequia y Austria (Jelínková, 2012). Por lo tanto, el hueso con inscripciones rúnicas es claramente contemporáneo del asentamiento eslavo temprano en este sitio y no se origina en el Período de migración anterior.

Además, utilizamos OxCal en los datos de radiocarbono disponibles para investigar la cronología entre los asentamientos de los primeros eslavos y lombardos, que se cree que fueron la última tribu germánica en Europa central-oriental con su éxodo a lo que hoy es Italia en 568. AD históricamente descrito y respaldado por ADN antiguo (Amorim et al., 2018). Fuentes escritas romanas y bizantinas informan que los lombardos estuvieron involucrados en batallas y en eventos de reasentamiento y toma de tierras, inicialmente en el Danubio medio en la Baja Austria o en Moravia, y luego en Panonia (Pohl, 1997). Nuestras estimaciones, que son muy concordantes con estimaciones anteriores sobre datos parcialmente diferentes ( Kaizer et al., 2019), indican que los lombardos abandonaron sus cementerios antes de 566 d.C. (IC 68,2%, Fig.3 ), en línea con su salida históricamente conocida en 568 d.C., y que los asentamientos eslavos aparecieron en Moravia del Sur después del 556 d.C. (IC 68,2 %) . %). Por tanto, esta transición cultural es anterior a la fabricación del fragmento de hueso con la inscripción rúnica (Fig. 3).

Figura 3. Modelado bayesiano de datos de radiocarbono. Se utilizaron datos de sitios lombardos y eslavos tempranos excavados en la República Checa (CZ), Austria (AT) y Panonia (Pann: Eslovaquia y Hungría) y del hueso de ganado con inscripciones rúnicas de Břeclav-Lány.

En el lado ventral del fragmento, se inciden seis letras de la fuþark más antigua (Fig. 4), pero la inscripción probablemente comenzó en la sección que ahora falta. Las inscripciones profundamente grabadas son auténticas según se confirmó mediante microscopía óptica y electrónica de barrido: su estado de conservación coincide con el de la superficie circundante y se superponen rasguños accidentales y grabado de raíces de plantas postposición (Fig.5). Las inscripciones grabadas se diferenciaron aún más de todas las demás trazas, ya que estaban ligeramente redondeadas y muy probablemente coloreadas intencionalmente, como lo indica una alta presencia de hierro (Fig. S2). La superficie del fragmento de hueso mostraba estrías paralelas organizadas que indican un suavizado de la superficie (Fig. S1-S2). Debido a la fractura, las dos primeras runas están incompletas, pero lo más probable es que fueran una t (ᛏ) seguida de una b (ᛒ) con amplios espacios, una característica típica de las inscripciones del sur de Alemania. Los restantes son e (ᛖ), m (ᛗ), d (ᛞ) y o (ᛟ).

Figura 4. Seis runas del fuþark antiguo en el hueso rúnico. Foto de Vojtěch Nosek.

Figura 5. Superposición de incisión artificial original e impacto radicular posdeposición. Izquierda: imagen de microscopio electrónico de barrido (SEM) de la sección superior de la runa o(ᛟ). Derecha: imagen de microscopio de luz reflejada con un aumento de 200x de la sección marcada con un cuadrado rojo a la izquierda. Arriba: imágenes originales. Abajo: imágenes con líneas de color que indican el impacto de la raíz (azul) y la incisión original (rojo), incluidos los residuos del fondo de la incisión fuera del alcance del impacto de la raíz. La zona punteada resalta el fondo de la incisión original, identificado por su coloración rojiza y blanquecina a juego con el resto de la incisión. Foto de Ludmila Kaňáková-Hladíková y Jindřich Štelcl. 

El tallador probablemente no tenía mucha experiencia y produjo runas con proporciones distorsionadas: el ᛗ tiene un bastón izquierdo alargado, y el ᛞ es más ancho que las otras runas y sus diagonales, cortadas en segmentos, no llegan a la parte superior del bastón. La rama descendente derecha del ᛗ y el pentagrama izquierdo del ᛞ se intentaron varias veces.

Las runas (tbemdo) reproducen seis de las últimas ocho runas del viejo futhark (tbemlŋdo), lo que sugiere que el hueso exhibió originalmente todo el abecedario, pero no está claro por qué el tallador omite la L y N runas. Sorprendentemente, este es el primer hallazgo que contiene la parte final del fuþark más antiguo en las inscripciones del sur de Alemania, ya que ninguno de los otros se extiende después de la l- runa (Düwel y Heizmann, 2006).

Para confirmar el fragmento era de ganado europeo (Fig. 6), generamos aDNA bibliotecas de secuenciación indexada individualmente, que someten a enriquecimiento objetivo taxonómica (Mitchell et al., 2016A) (en ACAD, Uni Adelaide). Esto produjo 3190 lecturas de mapeo exclusivo del mitogenoma del ganado taurino (excluyendo el bucle d), cubriendo el 92,1% a 14,1x. Por el contrario, solo 201 lecturas se asignaron de forma única contra el mitogenoma humano, principalmente en regiones altamente conservadas, lo que sugiere una baja contaminación humana. Como se esperaba para el ADNa auténtico, las lecturas mapeadas fueron cortas (71 pb en promedio) y mostraron una acumulación de sustituciones de C a T en el extremo 5 ‘(> 15% en las dos primeras bases). En un árbol filogenético inferido con RAxML v8.2.11, el mitogenoma consenso del fragmento óseo fue anidado entre el ganado europeo

Figura 6. Identificación taxonómica del hueso rúnico informado. Árbol filogenético de genomas mitocondriales de bovinos europeos (naranja), uros (verde), bovinos de oriente medio (azul) y taxones externos (gris). Las estrellas indican nodos con soporte de arranque > 80%. (Para interpretar las referencias al color en la leyenda de esta figura, se remite al lector a la versión web de este artículo).

5. discusiones y conclusiones

Aquí presentamos un fragmento de hueso con inscripción rúnica descubierto en el sitio de Břeclav-Lány en Moravia del Sur, Chequia. Documentamos este raro artefacto haciendo un amplio uso de los avances tecnológicos recientes que no se habían aplicado anteriormente a los elementos rúnicos. Estos incluyeron el uso de microscopía electrónica de barrido para autenticar las inscripciones rúnicas y la datación directa del fragmento a partir de una muestra diminuta de polvo de hueso de la sección interior. De esa muestra de polvo de hueso, también logramos extraer ADN. El ADN estaba muy mal conservado, pero gracias a las técnicas de enriquecimiento de ADN dirigidas al genoma mitocondrial de los mamíferos, el artefacto se identificó sin ambigüedades como de origen bovino.

Desde una perspectiva rinológica, la inscripción descubierta se atribuye fácilmente al corpus del sur de Alemania, aunque probablemente tallada por un artista sin experiencia. Lo que sorprende, sin embargo, es el contexto arqueológico del hallazgo: es el primer elemento rúnico descubierto en un contexto no germánico, es decir, en un asentamiento de la cultura de Praga generalmente asociado con los primeros eslavos.

Por lo tanto, el hallazgo da fe de una interacción directa entre los grupos etnolingüísticos eslavos y germánicos que presumiblemente se diferenciaron en Europa Central durante el siglo VI. Pero el contexto de este hallazgo no informa sobre la naturaleza de esta interacción. Dada la importancia cultural de las runas para los germanos, pero no para los eslavos, parece poco probable que el hueso fuera traído por comerciantes germánicos. En cambio, las runas pueden haber sido grabadas por personas de origen germánico que permanecieron en la región después de la partida de los lombardos, o que luego inmigraron. Sin embargo, solo hay evidencia anecdótica de inmigrantes raros (Haury y Dewing, 1914-1928) y no hay evidencia convincente de la supervivencia de elementos germánicos en territorios eslavos, excepto en la cuenca de Panonia. Koncz, 2015).

Cabe la posibilidad que las runas puedan haber sido grabadas por un eslavo. Si el conocimiento rúnico se transfirió de los pueblos germánicos a los eslavos, debe haber sucedido en Europa Central, a juzgar por las formas rúnicas. O puede haber persistido en la región como resultado de la continuidad de la población entre lombardos y eslavos. A diferencia de otros lugares (Brather, 2004), los asentamientos germánicos y eslavos se sucedieron de cerca en la región y los diferentes grupos etnolingüísticos podrían haberse fusionado hacia el final del Período Migratorio (Koncz, 2015). Se cree que esto sucedió en los Balcanes, donde los lugareños y los no locales no se pueden distinguir arqueológicamente y el término «eslavos» puede haberse utilizado como un término general para los grupos que viven en la frontera del Imperio Bizantino (Curta, 2001).

Si bien nuestro hallazgo no permite desentrañar estas u otras hipótesis, desafía una fuerte dicotomía entre los pueblos germánico y eslavo temprano y da fe de al menos alguna forma de contacto directo. Además, cuestiona si el primer contacto de los eslavos con la escritura fue de hecho a través de Constantino († 869 d. C.) y Método († 885 d. C.) que crearon un alfabeto para escribir textos litúrgicos en «eslavo» para su misión a los grandes eslavos de Moravia. No hay evidencia contundente de ningún escrito en lengua eslava antes de eso (Cubberley, 1996), sin embargo, el monje del siglo IX Chrabr mencionó que los eslavos paganos usaban “líneas y cortes” para contar y predecir (en su tratado Sobre las letras). Se supone que se refiere a contar signos más que a un alfabeto (Cubberley, 1996), pero podría referirse al uso del alfabeto rúnico por algunos eslavos, lo que implicaría que las runas no se limitaban estrictamente al mundo germánico.

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