En Iria Flavia nació Prisciliano, aquel sacerdote que pretendía armonizar las viejas creencias célticas con el naciente cristianismo, por lo cual fue declarado hereje y “santamente” ajusticiado. Iria fue también el lugar donde, según la tradición, arribó el navío que transportaba el cadáver del apóstol Santiago. En su iglesia de Nuestra Señora de Adina estuvo la sede episcopal, antes de trasladarse a Compostela. Y en su cementerio aparecieron numerosos sarcófagos, suevos y visigodos de los siglos V-VIII.
Esto sarcófagos muestran signos que nada tiene que ver con el universo cristiano: La runa Algiz, uno de los sagrados signos de la religión germánica, la historiografía les llama: “Pata de Oca”, y los hay sencillos o dobles. Es decir, hablando con propiedad, nos encontramos con la “runa de la vida”. Signo muy apropiado, para los sarcófagos de fieles que esperan renacer. Aún se utiliza a veces la expresión «canto del cisne», que significa «anuncio de una muerte», y se debe a la creencia de que los cisnes saben cuándo van a morir y lo anuncian por medio de un canto determinado ¿Por qué se usan nuestros símbolos ancestrales en este contexto? Algiz, es una runa de protección Esta runa expresa un complejo arquetípico muy extenso. Por una parte, significa, como eihwaz, «tejo» o «arco de tejo» y, por lo tanto, «defensa y protección». Por otra parte, está relacionada con distintos animales sagrados como la oca y el cisne. Los antiguos germanos creían que algunos animales tenían la capacidad de comunicarse directamente con los dioses.
En magia, se utiliza para optimizar la canalización de energía, para mejorar la comunicación con la divinidad y también con los seres inteligentes no humanos (como, por ejemplo, los animales domésticos). Esa facultad de conexión con los dos mundos la hace única entre el conjunto de las runas.
Por lo tanto, Algiz anuncia información privilegiada recibida directamente de los dioses y, más concretamente, la protección resultante de esta forma de comunicación. Aunque acechen peligros inminentes, seremos avisados con el tiempo necesario para poder salvarnos (nosotros mismos, nuestros bienes o a nuestros seres queridos).
Su aparición anuncia la posibilidad de captar nuevas ideas regeneradoras, conocer nuevas personas poderosas o recibir influencias muy positivas que nos ayudarán a resolver nuestros problemas. Al mismo tiempo, Algiz nos aconseja desplegar bien la antena y estar atentos a todo tipo de mensajes subliminales que el cosmos pueda enviarnos. Tal vez un retazo de conversación escuchada en un comercio, un eslogan publicitario o un objeto hallado por la calle que nos recuerde la forma de otra runa contengan la información que necesitamos. Y también es sumamente probable que aparezca de pronto una persona desconocida y nos eche justo la mano que necesitamos en el momento más oportuno.
Otra runa Alguiz la encontramos en el Crucifijo de Puente de la Reina, obra del siglo XIV, Su importancia radica en lo poco habitual de su iconografía ya que la forma de la cruz de
Cristo es de «pata de oca» es decir del travesaño vertical surgen dos ramas arbóreas en forma oblicua trazando una especie de ypsilon, cuyo simbolismo se ha asociado al árbol de la vida. Se asocia con el sacrificio de Odín en Yggdrasil, la cruz es literalmente un trozo de arbol sin elaborar, en oposición de las trabajadas representaciones de la época.
Si el Cristo crucificado lo hace en una cruz normal, es el iniciado que está en camino de alcanzar su total elevación; si el Cristo crucificado en una cruz Tau, T, es el iniciado que alcanzado la plenitud de su evolución; el Cristo sobre una Pata de Oca o lo que es igual, el signo de la vida, no es otra cosa que el hombre iniciado que ha trascendido a su propia elevación, habiendo alcanzado así el Reino de la Vida,
En Puente de la Reina, al empezar el camino de Santiago, es el mismo Odín, «el que conoce el Camino», quien se nos aparece, quien, para experimentar el Poder de las Runas permaneció colgado de un árbol durante nueve días y nueve noches, como una revelación de la Fuente Creadora. De Odín, el Creador celestial, a Odín, el Comunicador terrestre… «Yo soy una ofrenda a mí mismo» (Eddas poéticas. S.XII)
Los chamanes nórdicos asociaban esta runa con el cisne, al que consideraban un mensajero entre «los dos mundos» que transmitía la sabiduría divina. Es una runa de arraigamiento, protección y conexión.
Runas.
La Oca y los signos con que esta se representaba, tales como su «mano» palmípeda símbolo de la capacidad operativa del espíritu sobre la materia, estaban profusamente relacionados con los Compañeros Constructores que los habían tomado por distintivo de reconocimiento, al extremo de nombrarse entre ellos como los «jars».