Utensilios Seidr
Nebulosa, elusiva e indefinida, la religión de los vikingos precristianos ha sido objeto de debate durante largo tiempo. Los textos de la época pagana acerca de las creencias espirituales de los vikingos no han llegado hasta nosotros, y los registros más recientes que han sobrevivido proceden de autores cristianos. Están por lo tanto contaminados por una visión del mundo cristiana y opiniones antipaganas. La magia de los vikingos, sin embargo, es en cierto modo un campo de estudio de interés secundario. Aunque profundamente entrelazada con las creencias paganas nórdicas, es en muchos aspectos aún más indefinida a causa de la antigua costumbre vikinga de sacrificar ritualmente sus objetos mágicos.
En 1894 fue descubierta una vara metálica curvada en la tumba de una mujer de los siglos IX – X hallada en Romsdal, Noruega. Los académicos han debatido su función durante años, pasando de una teoría a otra, como las de que era “un anzuelo para pescar o un espetón para asar carne”, antes de darse cuenta en el 2013 de que probablemente se tratara de alguna forma de varita mágica. La curvatura hacia el extremo superior de la vara fue aparentemente realizada justo antes de depositarla junto a los restos de la mujer, con la probable intención de neutralizar sus propiedades mágicas. Esta vara en particular encaja en el molde tradicional de una vara Seiðr si nos basamos en descubrimientos anteriores datados en los siglos IX y X. Es larga (unos 90 cm), es de hierro (lógico si tenemos en cuenta los materiales que circulaban en la Edad del Hierro nórdica) y presenta “empuñaduras adosadas” para facilitar su manejo.
Vara metálica vikinga considerada una posible varita mágica. Fotografía: Administradores del Museo Británico
Es importante observar que era muy común en la tradición funeraria vikinga quebrar o doblar armas y otros objetos antes de depositarlos en las tumbas. Aunque las razones exactas de esta práctica se desconocen, expertos como Thomas DuBois y Neil Price opinan que dichas alteraciones formaban parte del propio ritual funerario. Las armas de un guerrero, por ejemplo, o la varita mágica de una bruja en este caso, eran inutilizadas o desprovistas de su poder por la fuerza, ya que el guerrero no podría seguir luchando ni la bruja practicar su magia.
Espada vikinga doblada ritualmente ( Astrid Westvang / Flickr )
La vara se encuentra actualmente en el Museo Británico de Londres, y la comisaria de su exposición Sue Branning cree que era empleada como bastón mágico en los rituales Seiðr de las naciones nórdicas precristianas. El Seiðr era uno de los tipos más habituales de magia practicados en el mundo nórdico durante la época pagana, y su presencia aparece profusamente documentada en las sagas islandesas. (Aunque nuevamente, debemos recordar que estas sagas fueron escritas por autores cristianos, no por quienes practicaban aquella magia). El Seiðr no era la única forma de magia practicada en el antiguo mundo nórdico, aunque al haber sido descubierta la vara en la tumba de una mujer es más que probable que fuese utilizada en rituales de este tipo. Aunque los hombres desempeñaban un papel más destacado que las mujeres en el mundo vikingo, el Seiðr era un tipo de ritual que rara vez practicaban los hombres. De hecho, a menudo era considerado indigno de un hombre practicar el Seiðr ya que (según la antigua mentalidad nórdica) era una forma mágica de engaño, lo que se interpretaba al parecer como una ocupación enteramente femenina.
Según las tradiciones que dictan las sagas, el Seiðr era empleado “para responder principalmente a situaciones de crisis y [era] practicado por un especialista religioso (habitualmente una mujer) a petición de un cliente y dentro del contexto de una reunión comunitaria. El ritual apelaba a cierto tipo de auxiliares espirituales, ya fuera para obtener información adivinatoria o como ayuda para controlar las mentes y voluntades de otros.” Esta práctica se encontraba estrechamente vinculada al dios Odín en su faceta de dios de la guerra, así como a Freyja, diosa de la fertilidad. Debemos observar aquí que no es la primera vez que Odín y Freyja aparecen juntos; también se reparten las almas de los guerreros rescatadas por las valkirias entre sus dos reinos.