Universo 25: el colapso demográfico explicado por ratones

Cada vez más expertos aseguran que vivimos en un sistema en el cual la extracción de alimentos y recursos energéticos es insostenible en un mundo superpoblado. Todas -absolutamente todas- las civilizaciones que han existido en la historia han terminado colapsando tarde o temprano. La única que no lo ha hecho aun es la civilización occidental actual, considerada la civilización más grande de la historia por consecuencia de la globalización. ¿Es posible que haya un colapso demográfico?
El etólogo John B. Calhoun estuvo décadas experimentando los efectos de la superpoblación con ratones. Creaba «mundos» (el los llamaba Universos) utópicos en los que los ratones tenían toda la comida e infraestructuras que necesitaban libres de depredadores, enfermedades y de los rigores climatológicos. Lo único que tenían limitado -evidentemente- era el espacio. El más famoso de estos mundos ideales lo creó en 1968 y fue llamado el Universo 25. Cuatro años después, sus resultados fueron asombrosos y a la vez perturbadores.

John B. Calhoun en  el recinto del Universo 25
– Foto vía Wikipedia

Universo 25

El Universo 25 era un recinto cerrado de 2,5 m2 de superficie y 1,37 metros de altura, diseñado para ser el paraíso terrenal de los ratones: alimento, agua, material de nidificación y lugares para construir nidos ilimitados durante todo el experimento. Las condiciones de temperatura y humedad se mantenían ideales y el recinto se limpiaba completamente cada cierto tiempo. Se comenzó introduciendo 4 parejas de ratones perfectamente sanos y seleccionados para el experimento. Lo que sucedió a partir de entonces, se puede describir en 5 fases.
Fase A: días 1 al 104
Los primeros 104 días fueron de cierta alteración en un nuevo entorno y con nuevos compañeros, pero una vez familiarizados, comenzaron a procrear.
Fase B: días 105 al 315

Esta es una fase de rápido crecimiento en un entorno ideal. Cada 55 días la población se duplicaba. Para el día 315, había más de 600 ratones en el hábitat organizados en 14 grupos sociales con un macho dominante y roles sociales bien definidos para cada uno de los individuos.
Fase C: días 316 al 560

A partir de los 615 individuos la tasa de crecimiento se redujo y la población pasó a duplicarse cada 145 días. Empezaba a faltar el espacio ya que más de 300 machos competían por conquistar y mantener el territorio para poder reproducirse. Ante el estrés de tener que defender la posición constantemente, muchos machos dejaron los territorios y perdieron el atractivo por parte de las hembras, bajando la tasa de reproducción. Las hembras fértiles por su parte trataron de ocupar el rol abandonado de los machos para proteger los nidos. Esta agresividad de trasladó a las nuevas camadas de ratones: el periodo de lactancia se redujo y muchas crías fueron abandonadas o atacadas y devoradas por sus propias madres. La sociedad estaba empezando a colapsar.
La agresividad aumentó y se generalizó. Los machos más débiles quedaron acorralados en el centro del hábitat lejos de los recursos. Estos machos se rindieron a la desidia con una inactividad casi total, pero ocasionalmente, y sin mediar nada, parecían montar en cólera y atacaban en masa a otros ratones. Calhoun llamó a este grupo la Cloaca del comportamiento.
Para el día 520, la población llegó a 2.200 ratones que vivían en un mundo anárquico, violento y casi sin sexo.
A partir del día 560, ya no había más crecimiento: morían más ratones de los que nacían.
Fase D: días 561 al 1471

En esta fase, la violencia entre grupos -y dentro de ellos- es normal y hay canibalismo de crías con bastante frecuencia.
Un grupo de machos se atrincheró en una zona protegida y se dedicaron en exclusiva al cuidado extremo del cuerpo acicalando su pelaje todo el día mostrando una total apatía, sin entrar en peleas y sin mostrar el más mínimo interés por la hembras. Calhoun los bautizó como «los guapos» porque no tenían heridas ni cicatrices.
La mayoría de las hembras que nacen ya no se quedan embarazadas ni tienen comportamientos maternales y pocas crías de las nacidas llegan a la edad adulta. Con este escenario, el día 600 nació el último ratón que se convirtió en adulto.
El día 920, la tasa de nacimiento es cero. En este momento, la edad media de la población es de 776 días, 200 días más que la edad que marca la menopausia en los ratones.
El día 1471 finaliza el experimento. Quedan vivos 27 ratones: 23 hembras y 4 machos. El más joven de todos, tenía 987 días edad, el equivalente a 90 años de vida humana.

Los efectos de la superpoblación en el Universo 25 fueron devastadores

Colapso en la abundancia

Lo más llamativo del experimento es que los ratones tuvieron en todo momento recursos de sobra, incluso en el clímax de máxima población jamás les faltaron agua, comida o lugares de nidificación. La superpoblación eliminó la estructura social y mental de los ratones incluso con abundancia de recursos.
El propio Calhoun dijo que en realidad el colapso se produjo cuando los ratones dejaron de comportarse como ratones, en algo que él llamo «la primera muerte». A pesar de que algunos ratones del Universo 25 fueron extraídos y colocados en nuevos ambientes sanos, su comportamiento ya no cambió. Y cuando se introdujeron ratones nuevos y normales en edad de procrear en el Universo 25, no mostraron conductas reproductivas.
Extrapolar el comportamiento de los ratones a los humanos es cuando menos difícil y arriesgado dada nuestra mucho mayor complejidad. No obstante, hay similitudes que son evidentes y que como poco, invitan a la reflexión.

¿Quizá estemos mas cerca del Ragnarök? …Seguro, pero lo afrontaremos sin miedo, solo nos falta ser conscientes un poco.

 

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