«Lucharán los hermanos, y se habrán de matar,
los primos hermanos cometen incesto,
terrible es el mundo, hay gran adulterio,
días de lanzas y espadas, se raja el escudo,
días de tormenta y lobos, se hunde el mundo,
no habrá hombre ninguno que a otro respete.
Retozan los gigantes, la muerte se avisa
en el canto del Gjállarhörn:
Heimdall sopla fuerte,, el cuerno está alzado,
interroga Odín la cabeza de Mímir.
Tiembla Yggdrasil, mas el fresno está firme,
gime el viejo árbol al soltarse el gigante;
sufren todos en las sendas de Hel,
hasta que lo trague el pariente de Surtr.
¿Qué es de los Aesir? ¿Qué es de los Elfos?
Ruge Jötunheim, los Aesir se reúnen;
gimen los Enanos ante las puertas,
los sabios de las simas.
¿Sabéis aún más, o qué?»
Völuspá
He decidido iniciar este post con un fragmento muy importante de «La Profecía de la völva», para intentar no perder la perspectiva ante el tema que deseo tratar hoy. Es difícil ser imparcial ante lo que me traigo entre manos, y ése es precisamente el motivo de que desee compartir con vosotr@s el resultado de mis investigaciones.
La cosa surgió del siguiente modo: hace unas semanas, teniendo una conversación con Erik, otro de mis hermanos de clan, me comentó algo que me intrigó mucho: dijo haber asistido a una ceremonia odinista en la que participaba una persona que se denominaba a si misma comorökkatruar. Jamás había escuchado aquel término antes, y comencé a indagar sobre el tema. He reunido algo de información, que me ha ayudado a formarme una idea sobre este movimiento pagano, no por desconocido menos legítimo.
Comencemos por la definición de lo que es Rökkatrú. Siempre hemos usado el término «Odinismo» para englobar todas las corrientes religiosas que reconstruyen las antiguas creencias y tradiciones precristianas de los pueblos europeos de raíz germánica. Dentro del Odinismo, se distinguían dos corrientes principales, en función de la importancia que se le diese a una de las dos tribus de dioses: Ásatrú para los que rendían culto preferentemente a los Aesir, y Vánatrú para los que observaban con mayor intensidad el culto a los Vanir. Hasta aquí, todo bastante claro.
Prosigamos. Hablemos ahora del árbol universal, Yggdrasil. En él, se hallan los Nueve Mundos. Debido a sus características y a las energías bajo cuya influencia se hallen, podemos distinguir tres grupos:
1º) los mundos que se hayan en las «ramas» de Yggdrasil, la parte superior y más sublimada, y donde algunos sitúan a tres de los Nueve Mundos: Asgard, Vanaheim y Ljossalfheim. Estos mundos se hallarían bajo la influencia de los Aesir, dioses de conceptos etéreos, como el honor, la justicia, la guerra,…
2º) los mundos que se hallan en el «tronco» de Yggdrasil, su parte media y la más firme de las tres, donde podríamos situar otros tres mundos: Midgard, Nidavellir y Jötunheim. Aquí se observa una mayor influencia de los Vanir, dioses de la fertilidad, la naturaleza,…
3º) los mundos que se encuentran en las «raíces» de Yggdrasil, su base y su sustento, lugares donde reina la oscuridad: Muspelheim, Niflheim y Svartalfheim. ¿Y bien? ¿Bajo qué esfera de influencia se hallan estos lugares?
Efectivamente, aquí es donde entra la corriente Rökkatrú. En lugar de conceder predominancia a los Aesir o a los Vanir, centran su culto en los Jötnar (singular Jötun, «gigante»), y en las deidades monstruosas y los agentes del Caos en el Multiverso, es decir, a los gigantes elementales, a Fenrir, Jormungand y Nidhögg, Hel,… Y, naturalmente, al dios que comanda todas estas fuerzas: Lóki. Sí, habéis leído bien: Lóki. Los seguidores de esta corriente pagana justifican su adoración a Lóki frente a quienes les acusan de locos o irresponsables esgrimiendo la máxima pagana que reza que cualquier dios o diosa es susceptible de adoración.
Naturalmente, es incuestionable su paganismo germano a la hora de concebir el mundo, alejándose del cliché judeocristiano de «Bien absoluto» contra «Mal absoluto», sino que reconocen el conflicto cósmico del Orden contra el Caos. Sin embargo, ellos observan el lado caótico del Multiverso, en contraposición al Orden que representan los Aesir y los Vanir. Al parecer, según he leído (y a falta de una confirmación fehaciente), rechazan seguir el código de las Nueve Nobles Virtudes por ser el paradigma del Orden que los Aesir tratan de mantener, siguiendo su propio código de conducta, cimentado en trece reglas, las cuales he de decir que desconozco.
Otro punto de la filosofía Rökkatrú es el respeto a todos los seres existentes, pues todos tienen su lugar, sean dioses, Elfos, Trolls, Gigantes o Enanos. Extrapolan, pues, ese pensamiento a su vida cotidiana, evitando prejuzgar al resto de seres vivos por motivos de raza, sexo o estilo de vida (en el caso de los seres humanos), o por su aspecto o hábitos alimenticios (en el caso de los animales).
Pero sin duda lo que me resultó más llamativo de Rökkatrú fue el asunto de la adoración a Lóki. Bien es cierto que a Lóki se le ha asociado a diversas esferas de la existencia, como el conflicto o el fuego, pero jamás pensé que alguien invocase su protección y sus bendiciones de manera voluntaria. Indagué en la visión que los rökkatrúars tienen de Lóki, y encontré varios argumentos cuando menos curiosos: dicen que Lóki es, ante todo, sincero consigo mismo, ejerciendo su libertad individual y haciendo lo que quiere sin miedo a fallar o a ser juzgado. Otro tanto me sucedió con su hija Hel, a quien atribuyen la virtud de enseñarnos que nuestros actos siempre repercuten en nuestro entorno, en ocasiones de manera positiva, y en otras de forma negativa, y debemos aceptar esas repercusiones. Así pues, ambas visiones (la de Lóki y la de Hel) se combinan en una especie de norma de conducta: anteponer la sinceridad con uno mismo antes que hacer lo que es correcto. No es necesario decir que semejante idea es opuesta a la esencia misma de las Nueve Nobles Virtudes. Siguiendo por esta línea de pensamiento, un rökkatrúar siempre hará cualquier cosa para evitar una confrontación directa, tomando al pie de la letra eso de que el fin justifica los medios.
Dicen también (ésto no es tan alejado de la corriente general odinista) que una forma de reforzar la autoestima y de creer en uno mismo es ser sincero con tu familia y leal a tu clan. Sin embargo, luego me topé con varias concepciones vitales que ningún/a odinista de la corriente «ortodoxa» aceptaría. Por ejemplo, dicen que, del mismo modo que Angrboda (la giganta que dio a luz varios hijos de Lóki) aceptaba a todos sus hijos con el mismo amor, aunque se tratase de un lobo, o una serpiente, o una niña que era mitad cadáver, así los débiles y los incomprendidos son bienvenidos por parte de Surtr, o Hel, o los propios Jötnar. Justifican, igualmente, la propia debilidad mediante la aceptación de la propia naturaleza.
Así pues, podemos resumir que los practicantes de Rökkatrú ansían la llegada del Ragnarök y procuran facilitar su llegada. Aunque no se declaren abiertamente «anti-Aesir», sí que están contra el Orden cósmico, viendo en los Jötnar un agente del cambio de era, un cambio cíclico e inevitable (y, para ellos, parece ser que deseable). Aún así, se me seguía planteando un interrogante: todo el mundo acepta que el Odinismo es una religión reconstruccionista, y nos basamos en gran medida en evidencias histórico-arqueológicas, pero no se han hallado aún pruebas de que existiese un culto a Lóki, como sí se han hallado de otros dioses como Odín, Thor o Frey. Pues bien, justifican la adoración a Lóki a pesar de la falta de pruebas históricas aduciendo que el Odinismo abrió la puerta a dioses que no eran exclusivamente escandinavos, como el caso de la diosa Nerthus, y a rituales que no eran exclusivamente odinistas, como el caso del Rito del Martillo, y que por tanto no es incoherente la adoración a Lóki.
Pues bien, ahí lo tenéis. Como ya dije, era un tema complicado para mantener la imparcialidad durante la redacción de este artículo. Sé que no lo he logrado del todo, pero vaya por delante que no es mi intención introducir prejuicios en la mente de nadie. Leed, informaos, y después formad vuestra propia opinión. Confío en que permitáis que me reserve mis consideraciones al respecto, pero si queréis saber por dónde van, os invito a releer el fragmento del Völuspá con el que comencé: nada más hay que añadir, pienso yo.
¡Os espero en el próximo post!
Amigo, si te sorprende que los Rökkatrú adoren a Lóki, te va a dar un patatús cuando te enteres de que existen los Lokeanos. Así tal cual. Algunos Rökkatrú también son Lokeanos, pero no todos los Lokeanos son Rökkatrú.
Me parece que tu investigación está bastante incompleta, cuando mencionas que «…podemos resumir que los practicantes de Rökkatrú ansían la llegada del Ragnarök y procuran facilitar su llegada…» estás confundiendo a los Rökkatrú con los Thursatrú: ellos sí adoran al caos puro, lo ansían y buscan facilitarlo. En cambio los Rökkatrú ven a los Jötnar como se vería a los Titanes griegos: son fuerzas primordiales de la naturaleza. Como puedes ver, es una enorme diferencia.
¿Qué implica exactamente Rökkatrú aparte del “culto a los gigantes”? ¿Hay un fundador? ¿Existen parientes Rökkatrú y por qué el Rökkatrúr está en su mayoría excluido de los parientes paganos regulares?
Raven Kaldera es el hombre que generó conciencia pública sobre el hecho de que, de hecho, hay quienes se inclinan a adorar a los gigantes o “Rökkr”, un término bastante nuevo para dioses como Loki, Surt, Angerboda, Fenrir, Hel (aunque discutiblemente). Todos ellos desempeñan papeles fundamentales en el nacimiento del Ragnarök, el “gran salto”/destrucción de los mundos/recreación de los mundos.
En COE, respetamos y veneramos todas las fuerzas de la Naturaleza, las que ponen orden en las cosas y las que llevan a caos, pues nuestro objetivo es estar con la divinidad plena.