La rama “Indo” de los pueblos Indoeuropeos

El periodo védico comprende el espacio histórico-temporal desarrollado entre los años 1500 a. C. y 300 a. C. por el cual pasaron las civilizaciones asentadas en el rio Indo, las mismas que a la postre poblaron y conformaron el vasto continente que hoy conocemos como India. Durante el 1500 a. C. los emplazamientos humanos originales del subcontinente indio enfrentaron grandes cambios en su cultura y costumbres: las tierras y valles junto al río Indo vieron la llegada de una gran migración humana proveniente del norte del continente. Esta gran masa humana se ubicaba originalmente en las estepas ucranianas.

Lo que sí sabemos es que esta masiva movilización aria y su posterior asentamiento trajo al continente un sinnúmero de cambios en lo religioso, cultural, económico y, en definitiva, impactó todo aspecto de la vida tal como se conocía en aquella época. Uno de los principales y grandes aportes a la humanidad que ocurrieron en este periodo fue la escritura de los más sagrados y antiguos textos de los indoarios, los Vedas. Los Vedas son un conjunto de libros que compilaban himnos compuestos a los dioses; el primero y principal es el Rig-Veda.

Los pueblos indoarios

Origen
Se tienen fuentes de civilizaciones ocupando las tierras del Indo desde el año 3000 a. C. Estos asentamientos de extensos grupos humanos fueron conocidos como los Harappa. Durante casi 1500 años tuvieron control de las tierras y oportunidad para crecer y evolucionar en muchos aspectos.

Se sabe de su organización y son famosas algunas ciudades por su desarrollo y planificación urbana, tal es el caso de Mohenjo-Daro. Su economía se basaba en la metalurgia, el comercio marítimo y en el cultivo y la explotación de la tierra; dependiendo del tamaño de la ciudad, eran dirigidas por Rajás o, de ser más grandes, por Maharajás. Esta civilización fue decayendo poco a poco por razones hasta hoy desconocidas, y solo sabemos de ellos gracias a que llegaron a desarrollar un sistema de escritura con símbolos grabados en sellos de cerámica.

Joven Tocaria en el norte de Paquistán

Llegada de los Arios
La decadencia de esta civilización, cerca del 1500 a. C., dejó las puertas abiertas para la conquista y ocupación por parte de otro grupo humano: los Arios. Los arios eran tribus que desarrollaron su civilización al norte del actual continente europeo. Las frías y no siempre amables estepas de Ucrania vieron el florecer de estos asentamientos, y cuando ocurrió el declive de los Harappa, entraron al subcontinente indio y con cierta facilidad tomaron posesión de las tierras a lo largo del río Ganges y el río Indo. Esta migración indoeuropea, nor-india o como la mayoría de los autores coincide en llamar, “indoaria”, marcó el comienzo del periodo védico, que toma su nombre de los Vedas, libros sagrados que fueron escritos durante este periodo bajo la influencia de la nueva cultura dominante.

Esvástica, museo de Teherán

En 1894, el conservador del Departamento de Antropología Prehistórica del Museo Nacional de Estados Unidos afirmó: «Se cree que la esvástica es uno de los símbolos más antiguos de los arios; se estima que representa a Brahmá, Visnú y Shiva». Este ejemplar está datado en el I milenio a. C. y fue hallado cerca de la región iraní de Guilán. En la actualidad se encuentra en el Museo Nacional de Irán.

Características
Āryāvarta (Sánscrito: आर्यावर्त, literalmente «morada de los Aryas», Pronunciación sánscrita: [aːrjaːˈʋərtə]) es un término para las partes del norte del subcontinente indio en los antiguos textos hindúes como Dharmashastras y Sutras, refiriéndose al área del subcontinente indio poblada por tribus indoarias y donde predominaban la religión y los rituales indoarios. Los límites de Āryāvarta se extendieron a lo largo del tiempo, como se refleja en las diversas fuentes, como la influencia de la ideología brahmánica se extendió hacia el este en tiempos postvédicos

Āryāvarta.Sánscrito: आर्यावर्त, literalmente "morada de los Aryas",

La entrada de los indoarios al subcontinente indio supuso una transculturización importante para los habitantes originales. Los nuevos pobladores trajeron e introdujeron sus propios dioses, su lengua y sistema de escritura particular, además de su tecnología. Si bien es cierto que estos nuevos grupos, nómadas por necesidad, no eran rivales para los Harappa en cuanto al desarrollo urbano y organización de centros poblados, tenían su propia organización de grupos humanos que fueron perfeccionando una vez establecidos en los territorios ocupados.

El mapa o distribución política de los primeros años en la vida de los nuevos asentamientos indoarios iniciaba en los llamados vish, que eran una subdivisión de los yana (que se traduce como “grupo de gente”). Subía en la escala los grama o aldeas y un paso más arriba se encontraban los rashtra o provincias. Los Harappa eran ajenos a este tipo de divisiones, ya que sus ciudades eran manejadas como un todo y protegidas por un solo gobernante, Rajá o Maharajá.  Otro cambio crucial heredado al continente indio fue el trabajo del metal, la forja del hierro. Esta tecnología permitió que paulatinamente se dejara de lado —o se usara en menor proporción— el metal mayormente implementado por la civilización original: el cobre. Se entró así a la Edad del Hierro en el subcontinente.

Cultura

Los indoarios, conquistadores y nuevos dueños del territorio, eran de piel clara, y ojos azules mientras que los Harappa lucían una tez oscura. Por solo ese motivo se consideraban superiores a los habitantes autóctonos y esa razón fue suficiente para la creación de un sistema de castas o varnas, que textualmente se traduce como “color de piel”.

Hacia el final del periodo estaban bien diferenciadas cuatro castas o varnas: los brahamanes o sacerdotes sagrados, los Kshátriyas o valientes guerreros, los Vaishyas o comerciantes, y los sudra o trabajadores. Estos últimos conformaban la inmensa mayoría de la población.

A finales del período rigvédico, la sociedad pastoral aria comenzó a expandirse desde la región noroccidental del subcontinente indio a la llanura occidental del Ganges. La estructura social se caracterizó tanto por predominio social de las culturas indoarias, como también por la exclusión de los pueblos indígenas cuyas ocupaciones se etiquetaron como impuras.

Como podemos suponer, poco a poco la lengua y el sistema de escritura del conquistador se fue imponiendo. El sánscrito fue la lengua que desplazó al idioma del indo (del cual se conocen unos 20 caracteres y 500 signos) y que intentó unificar los muchos idiomas que se pueden identificar a lo largo y ancho del subcontinente.

Vedas

Con la introducción del sánscrito se inició también la fase de la documentación del periodo en los nuevos territorios y con ello se dio pie a la elaboración de manuscritos que recogieron informaciones de todo tipo. Los dioses tienen un papel protagónico en esos manuscritos. Nacieron los Vedas, los libros más antiguos de la cultura india; estos han llegado a nuestros días y no han dejado de ser sagrados en esa cultura.

Esos sagrados libros son himnos o cantos, recolectados y pasados de generación en generación, dedicados principalmente a los dioses, a rendirles culto y a indicar cómo se debe actuar para obtener los favores de ellos. El Rig-Veda, señalado como el primero de todos y cuya etimología traduce “estrofa sagrada-conocimiento”, es también un grupo de cantos en los que se destaca al pueblo indoario noble y superior. El libro se estructura en 1028 himnos y se reparten en un total de 10 libros o mandalas.

Economía

Para los habitantes autóctonos de la región, la agricultura y el comercio eran la base de la economía que vio florecer una civilización pujante. Para los indoarios, la base de la economía era el ganado, que por aquella época era abundante y aún sacrificable. La siembra y explotación de la tierra se mantuvo como un comercio paralelo y complementario al principal, que consistió en la compra y venta de ganado vacuno y sus productos. Puede decirse que la economía propia del periodo védico combinó tareas ligadas a la agricultura con aquellas vinculadas con el pastoreo.

El sistema de castas Varna

La palabra Varna significa color. El sistema está basado en la literatura hindú y clasifica a los indios en cuatro clases principales originarias de la sociedad védica india.

 

Religiosos o profesores (Brahmins),
Gobernantes o guerreros (Kshatriyas)
Artesanos o mercaderes (Vaishyas)
Trabajadores o sirvientes (Shudras)

Aquellos que no se pueden clasificar en ninguna categoría son los “intocables” (Dalit). En algunas lenguas se les llama también “parias”, que en tamil significa tamborilero, pero ellos detestan este nombre porque tiene connotaciones negativas. Las tres castas superiores se inician al final de la pubertad y esta acción es considerada como un segundo nacimiento. Los Shudras no tienen iniciación porque solo nacen una vez.

El asunto racial en India es, en gran medida, social, como herencia de la invasión indoaria, en la que los invasores autodenominados Arya impusieron una segregación racial mediante rígidas leyes religiosas para evitar el mestizaje con la población aborigen que los superaba en número, cosa que lograron en gran medida durante 900 años, que es el tiempo que duró la civilización védica. Así, las castas bajas tienden a ser de un tono bastante oscuro, mientras que las castas altas, con más ascendencia indoaria, son de piel más clara.

El término hindú para casta, varna, distinguía entre el aryavarna (literalmente, «color noble») claro y asociado a la nobleza, de los invasores blancos, y el oscuro dasavarna (literalmente «color enemigo») de los aborígenes dravídicos preindoeuropeos, llamados los dasyu o dasas («enemigos»). Las castas eran totalmente impermeables y solo procreaban entre ellas. Las familias más nobles constituían las castas altas, mientras que las familias «plebeyas» y los descendientes de los indígenas sometidos constituían las castas bajas.

Si prestamos atención al significado de varna, es decir, color, vemos que se trata de una diferenciación étnica. Así pues, los Brahmanes se asocian con el color blanco, vinculado a la pureza y, de acuerdo con el hinduismo, salieron de la boca y el cráneo de Brahma. Representan la inteligencia y se trata de un conjunto constituido por sacerdotes, médicos e intelectuales, situados en la cúspide de la pirámide. Según la creencia, el siguiente grupo o Kshátriyas asociado al color rojo, representante de la energía, salió de los brazos de Brahma y está formado por reyes y guerreros. La tercera casta o Vaishyas está vinculada al color amarillo o color de la tierra y se cree que salió de los muslos de Brahma, este grupo está formado por dueños de tierras y comerciantes. El último nivel o Shudras representados por el color negro, tonalidad asociada a la oscuridad, según el hinduismo salieron de los pies de Brahma para trabajar para la casta anterior, así pues, lo forman trabajadores y campesinos. En la parte más baja de la sociedad hindú se encuentran los dálits u oprimidos, denominados también intocables, carentes de casta al igual que ocurre con las poblaciones tribales.

Estos aborígenes eran pueblos de lenguas dravídicas y de otros grupos y se hallaban sobre todo en las selvas del sur de India. Los drávidas eran considerados por los arios como subhumanos, espiritualmente impuros y animalizados.

La reencarnación en las castas

La base de toda la moral hinduista está en la idea de que cada casta tiene su propio deber (dharma). Al morir el cuerpo, el alma afronta su destino (karma) transmigrando a un cuerpo inferior o superior. Los hinduistas creen que. quienes siguen fielmente la senda del deber (dharma), en la próxima reencarnación renacerán en la siguiente casta superior. La persona que viole su deber dhármico, renacerá en el vientre de una madre paria o incluso nacerá en alguna especie animal.

Como ejemplo de esta instauración del sistema de casta podemos leer en el Bhagavad Gîtâ. El Canto del Señor, dentro de capítulo I, las siguientes estrofas que representan el aislamiento racial de cada grupo étnico que vivía en la India y que tenía por objetivo preservar la pureza racial de los Aryas, que eran infinitamente inferiores en número y así conservar la existencia de su pueblo en medio de las poblaciones invadidas.

40           Con la destrucción de la familia,
perece el Dharma[1] que la rige;
destruidos los Deberes eternos,
el incumplimiento del Dharma se apodera de toda la familia.

41           Cuando en la familia predomina
la ausencia del Dharma, oh, Krishna[2],
se corrompen sus mujeres;
corrompidas las mujeres, oh Vârshneya,
surge la mezcla de las castas.

42           La mezcla de las castas
es el infierno de la familia
y de aquellos que la han destruido[3],
pues sus antepasados decaen,
privados de las ceremonias
de las ofrendas y del agua funerarias[4].

43           Por el crimen de aquellos
que destruyen a la familia,
provocando la mezcla de las castas,
perecen los eternos Deberes de la casta,
los eternos Deberes de la familia.

44           Y nos han enseñado, oh Jânardana,
que el infierno es la morada para siempre
de aquellos hombres
en cuyas familias los Deberes sagrados han sido
destruidos.

Bhagavad Gîtâ. El Canto del Señor.
Capítulo I
El abatimiento de Arjuna
Fernando Tola, 1977

[1] Dharma. El término Dharma comprende la totalidad de las leyes, normas, obligaciones, tradiciones que rigen la vida del hindú desde que nace hasta que muere, de acuerdo con su casta.

[2] Krishna

[3] Se hace presente en esta estrofa la importancia que tiene el sistema de castas en el pensamiento hindú.

[4] Referencia al culto de los muertos, uno de los principales deberes familiares, del cual depende la felicidad do los muertos en su vida en el más allá.

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