«El hombre tiene ilusiones como el pájaro alas. Eso es lo que lo sostiene»
El Odinismo considera que la religión es una observación cuidadosa de ciertos factores dinámicos que son concebidos como «poderes»: espíritus, demonios, energías, ideas, entre otros. La actitud religiosa nos ayuda a experimentar la dimensión de lo «numinoso»; aquello que es independiente de la voluntad del individuo y tiene una fuerza de atracción significativa. Fuera de Odín no hay nada. Odín está presente en todo, pero particularmente en el alma humana.
“El individuo que no tiene puesta su esperanza en lo Dioses no puede resistir por sus propios medios los ataques físicos y morales del mundo. Para lograrlo necesita la evidencia de la experiencia interna y trascendente, que es la única que puede protegerle de ser absorbido irremediablemente por la masa
La esperanza es el auténtico eje de la existencia. Es una suma de ilusión por completar nuevos proyectos, de expectativas de un futuro siempre enriquecedor y de fe en trascender las propias limitaciones. La esperanza es el resumen de la confianza que tenemos en nosotros mismos y en los demás, el lazo que une, en una sucesión productiva y satisfactoria, el presente, el pasado y el futuro, las Nornas que representan la totalidad del destino unen los tres estados. Es la auténtica columna vertebral de la vida y la felicidad, que constituye ese fin abstracto que perseguimos, y que no es un estado ideal, sino saber comprender esta realidad: la existencia es una suma de proyectos. No siempre tendremos éxito, pero la esperanza nos dará ánimos para superar las adversidades y los fracasos. El hombre moderno es un enfermo depresivo en potencia, donde la esperanza se pierde en un mar de ideas confusas y con ella se rompe el puente que une las diferentes etapas de la vida.
El Odinismo deviene como un instrumento que viene a aclarar las dudas vitales, el hombre moderno siente que la vida no merece la pena, que el esfuerzo de vivir es agotador y no tiene sentido. Las metas que ofrece la sociedad de consumo no sirven en sí mismas, son en realidad un medio de bienestar físico pero nada más.
«La esperanza es el sueño del hombre despierto.»
Aristóteles
La ilusión por realizarnos en este mundo de una manera plena, completa el círculo. Esperanza porque las cosas deben un mejor e ilusión para alcanzarlas. Asatru es el camino del guerrero. Durante cada día que pasa se nos prueba, a menudo con dureza, es en esos momentos donde la luz brilla mas fuerte. Cuando parece que no hay esperanza, nuestra fe en nuestros Dioses y Ancestros nos alumbra cuan faro brillante. No hay un camino fácil: «A menudo los senderos aparentemente sencillos, nos llevan a la ruina y al caos.
Odín es un verdadero médico del alma, que nos ofrece un camino para recuperar la fuerza interior que a veces perdemos y que es imprescindible para seguir adelante, le podemos llamar esperanza, pero es la misma esencia del empuje vital del ser humano.
El rechazo del impulso religioso es la base de la neurosis de nuestro tiempo.
C. G. Jung
Es difícil vivir sin dinero y más aún sin salud, pero es imposible vivir sin ilusiones. El ser humano no puede vivir sin ilusiones porque entonces nuestra existencia sólo es un cúmulo de obligaciones sin sentido, de esfuerzos malgastados, de falsas responsabilidades, de insatisfacciones permanentes de trampas constantes… que terminan por agotarnos. Perder las ilusiones es como perder la brújula, la fuerza que nos mueve. Las ilusiones en todos los momentos de nuestras vidas, deben constituir el eje que dé sentido a nuestros movimientos. Uno de los primeros aspectos que debemos cuidar cuando se ha perdido la ilusión, es volver a encontrar nuestra misión, esa meta que justifica nuestros esfuerzos y la utilidad a nuestro trabajo o sacrificio. Todos tenemos una misión y el día que la persona no lo sienta así, será el principio de su desaliento y solo le quedará la desesperanza. Los Asatru lo sabemos y cada día hacemos lo necesario para que la esperanza crez y crezca.