Las excavaciones arqueológicas en el complejo de Perdigões, en el distrito de Évora, han identificado «una estructura única en la prehistoria de la península ibérica», anunció este martes la empresa Era-Arqueologia, que ha estado trabajando en el sitio durante más de 20 años.
En declaraciones a la agencia Lusa, el arqueólogo responsable de las excavaciones que se llevan a cabo en terrenos pertenecientes a Esporão, António Valera (izquierda), dijo que «se trata de una construcción monumental de madera, de la cual los cimientos permanecen, con un plano circular de más de 20 metros en diámetro».
Según Valera, «esta construcción estaría compuesta por varios círculos concéntricos de empalizadas y alineaciones de grandes postes o troncos de madera que ya han sido expuestos en aproximadamente un tercio de su planta».
En la próxima campaña de excavación, en el verano de 2021, Era-Arqueología espera continuar con los trabajos comenzando por excavar otra estructura, hecha de piedra, que fue construida sobre la estructura de madera 500 o 600 años después, explica el arqueólogo.
«Esta estructura de piedra coincide con el final de la ocupación de Perdigões, pero, por ahora, no sabemos para qué fue realizada», reconoce António Valera. «Podría funcionar, por ejemplo, como remate del complejo, pero aún es demasiado prematuro para apostar en una sola hipótesis. Tenemos que exponer toda la construcción de piedra, estudiarla, documentarla y solo entonces decidir qué hacer para llegar a la siguiente estructura que está por debajo, que sería de madera».
Luego, los arqueólogos evaluarán cómo proceder con este conjunto, que, dada su relevancia científica y su carácter único en Portugal, fue clasificado como monumento nacional en 2019.
“En principio, la estructura que está por debajo, y que se llama ‘woodhenge’ en inglés, es más monumental y más interesante, pero eso no significa que se vaya a sacrificar la de piedra por completo. Solo podemos hacer un levantamiento parcial para conocer mejor la anterior. Tendrá que verse posteriormente”, agrega.
Un Stonehenge de madera
El woodhenge al que Valera se refiere «es una construcción de carácter ceremonial», un tipo de estructura que solo se conoce en Europa Central y las Islas Británicas, y que también se puede llamar timber circle (círculo de madera). «Lo que tenemos en Perdigões, si queremos, es un Stonehenge de madera», dice el arqueólogo, refiriéndose al célebre recinto monumental que se halla en Salisbury, Inglaterra, y que es patrimonio de la humanidad. “Lo que se ve hoy en Stonehenge corresponde solo a un momento en la vida de ese recinto, el cual no siempre fue de piedra y tiene una cronología muy amplia. En tiempos pasados, Stonehenge también tenía postes de madera y fosos, como tenemos nosotros en el Alentejo».
El director de las excavaciones asegura que, independientemente del material sobre el que están construidas, estas estructuras han sido interpretadas como centros rituales y que una de Perdigões es el primero en madera identificado en la península ibérica.
Construida alrededor de 2800-2600 a.C., es anterior al monumento de piedra de Stonehenge (2500 a.C.).
La estructura ahora identificada se encuentra en el centro del gran complejo de recintos de fosos de Perdigões. Valera está algo sorprendido por este descubrimiento, aunque en teoría «tiene mucho sentido que haya surgido», dice.
“Somos parte de una especie de comunidad neolítica europea. Tenemos una historia común: el megalitismo es un fenómeno europeo, con ciertas peculiaridades aquí y allá, ciertos regionalismos, pero con manifestaciones similares. Si estos lugares existen en las Islas Británicas y Alemania, ¿por qué no aquí?».
Calendario solar
El arqueólogo explica que este recinto, que se estudiará con mayor profundidad en los próximos años, tiene «un posible acceso a su interior orientado al solsticio de verano, reforzando su carácter cosmológico», una situación que se repite en otros woodhenge europeos, cuyas entradas están alineadas de acuerdo con las astros, lo que subraya «la estrecha relación entre estas arquitecturas y las cosmovisiones neolíticas».
Estructuras como esta «coinciden con el momento en que las comunidades realizan construcciones más monumentales como una forma de exaltar ciertos aspectos ideológicos y religiosos», agrega António Valera. «Resultan de una necesidad de expresión, de afirmación».
Los arqueólogos saben que hay más líneas de postes de madera dentro del círculo, pero solo entenderán mejor su planta cuando hayan expuesto una buena parte de la estructura. Por ahora, sobre todo, tienen dudas: «Queremos saber cómo funcionaba, qué tipo de ceremonias tuvieron lugar allí, cómo se articuló con las tumbas que existen en Perdigões del mismo período, qué madera se utilizó para crear estas líneas de postes dispuestas en un círculo… En Alemania es común encontrar árboles muy rectos, pero no aquí. Sabemos que ya había pinos, pero los árboles más comunes eran los alcornoques y las encinas… ”.
El arqueólogo también enfatiza que este descubrimiento verá reforzada la ya elevada importancia científica del complejo de recintos de Perdigões en el contexto internacional de los estudios neolíticos europeos, aumentando también su relevancia patrimonial.
El sitio arqueológico de Perdigões, en las afueras de Reguengos de Monsaraz, corresponde a «un gran complejo de áreas circulares y concéntricas definidas por zanjas, que cubren un área de aproximadamente 16 hectáreas y tienen un diámetro máximo de aproximadamente 450 metros», según la información de Era-Arqueología. Este sitio ha sido excavado durante 23 años por la compañía y ha reunido colaboraciones de varias instituciones e investigadores nacionales y extranjeros.
Lo que se ha descubierto hasta ahora nos dice que este enclave estuvo ocupado durante 1400 años, aproximadamente desde el final del Neolítico medio (3400 a.C.) y el comienzo de la Edad del Bronce (2000 a. C.) y «es visto esencialmente como un gran centro de reunión de la comunidad humana, donde se desarrollarían prácticas ceremoniales y se generarían relaciones de identidad, culturales y políticas entre diferentes grupos”.
Su implantación en el paisaje es, según Era-Arqueología, «representativo de su carácter cosmogónico», estando ubicado «en un anfiteatro natural, abierto al valle de la Ribeira del Vale do Álamo, donde se encuentra una de las mayores concentraciones de monumentos megalíticos del Alentejo. Las entradas a los recintos más exteriores, y otras a los recintos más interiores, están orientadas hacia los solsticios o los equinoccios, mirando hacia el horizonte como un auténtico calendario anual de la salida del sol”.