Dísablót, fiesta de las Dísir, en honor a Freyja. Los espíritus ancestrales de los fallecidos, al igual que la fylgja, tenían la función de llevar a las personas que fallecían a la tierra de los muertos.
Cuando: Luna llena de febrero (Segunda luna anual)
¿Quién Oficia?: Exclusivamente mujeres, dentro del ámbito familiar.
Elementos necesarios para el ritual:
-Velas, antorchas, luces.
-Plantas tipo, salvia, jacintos, azafrán, especialmente de color violeta.
-Representación de la Diosa Freyja (Estatuilla, etc).
-Ofrendas: Nueces o manzanas (Fruta que representa la inmortalidad).
-Fotografías de nuestras mujeres (abuelas, madres, etc) que han muerto.
Las Dísir es un conjunto de divinidades femeninas que está entroncado con las antiguas “Matronae”, si bien el singular es “Dis” se emplea más comúnmente en su forma plural. El significado de esta palabra es básicamente: “mujer”. Las primeras referencias que tenemos del término nos la facilita Tácito, informándonos de un nombre de lugar: Idiavisio, y las sajonas “idisi”. Las referencias toponímicas escandinavas nos indican que fueron lugares de culto. El Disablót que nos habla las Sagas, “es el sacrificio en honor a las Dísar” mientras que los antiguos anglosajones celebraban la fiesta de módraniht, “Noche de las Madres”. El espíritu de este culto reside en la capacidad de la naturaleza para su renovación y regeneración para que la comunidad tuviera acceso a los recursos de fertilidad y riqueza necesarias para poder subsistir. Esa tarea era encomendada a unos seres protectores de naturaleza neta y exclusivamente femenina.
Para los pueblos del norte de Europa, la fiesta es en honor de las llamadas Dísar, espíritus de todas las mujeres antepasadas de cada familia. En la fiesta de Dísablót, en las casas se encienden todas las luces y se prenden multitud de velas. Las Dísar regresan entonces del mundo de los muertos para proteger a sus familias vivas y asegurar la continuidad de la estirpe.
En cuanto a los Nornas eran los Espíritus de los Muertos (hamingjur) y Espíritus Tutelares (fylgjur). Los Espíritus de los Muertos eran seres sobrenaturales femeninos, generalmente invisibles que acompañaron a los hombres y dirigieron su curso.
Cada persona poseía sus espíritus familiares, quienes se esforzaban en traerle buena suerte; era posible también invocarlos para pedir prestado algún espíritu familiar de otra persona en caso de que alguien deseara correr algún riesgo en su nombre. Los Espíritus Tutelares (fylgjur), por otro lado, normalmente tenían forma de animales que caminaba entre la gente, o al lado de ellos. Cada persona tenía, según la creencia de nuestros padres, uno o más espíritus protectores; y algunas personas tenían la capacidad de ver a los Espíritus Tutelares y así determinar de antemano quién se acercaba. Los Espíritus Tutelares generalmente se asociaban al carácter del individuo en cuestión; Poderosos líderes guerreros habrían tenido osos, toros, y similares espíritus tutelares, gente astuta, zorros; y así sucesivamente. Los seres sobrenaturales de este tipo no se transformaron en objeto de culto y de oración. Han llegado hasta nosotros historias de personas notables a los que estos seres les han ayudado a lo largo de toda su vida y que por tales medios ganaron un discernimiento poco común para regir en los destinos de la sociedad. La fe en Espíritus Familiares y Tutelares persistió a pesar de la implantación del cristianismo, bajo diversas formas de culto, asociadas concretamente a las fiesta de la Candelaria.
El Dísablót es una fiesta específicamente hogareña, donde cada familia honra a sus antepasados femeninos y que solamente puede ser llevada a cabo por mujeres.
Feliz Dísablót.