«…Otro visigodo, cuyo nombre era Agila, había hablado con Gregorio de Tour en 580 y había pronunciado estas notables palabras: “No hables mal de la ley que tu mismo no observas; y en cuanto a nosotros, si bien no creemos en las mismas cosas en que tu lo haces, no hablamos mal de ellas, porque el tener una u otra opinión no debe ser considerado como crimen. Y en verdad tenemos un refrán que dice que ningún mal hace aquel que al pasar entre los altares de los gentiles y la iglesia de Dios respeta a ambos”.[1]
Al poco tiempo de hacer esta afirmación que no era precisamente característica de los católicos del siglo VI, el propio Agila fue “convertido” al catolicismo.
El arrianismo es el conjunto de doctrinas cristianas expuestas por Arrio, un presbítero de Alejandría, que fundamentó sus ideas en la filosofía platónica y que sostenía que Jesús era hijo de Dios, pero no Dios mismo y que estuvo en pugna con el catolicismo para establecerse como la principal corriente del mismo.
Podemos distiguir dos formas de arrianismo:
-El denominado “romano”
Seguido por los antiguos habitantes del imperio romano cuando los paganos neo-conversos entran a formar parte de la Iglesia y muchos de ellos «necesitan» un cristianismo no-sobrenatural, el propio del arrianismo (Cristo es un gran Maestro, pero no es Dios, ni causa la salvación) y del pelagianismo (la naturaleza del hombre está sana, y no necesita de auxilios sobrenaturales para hacer el bien). Surgen, pues, Arrio (246-336) y Pelagio (354-427), como respuesta a la exigencia de estos pseudo-cristianos[1]
-El calificado como “germánico”
Practicado por los germanos cuando entraron dentro de las fronteras del imperio, éstos cuando entran en el imperio son forzados a convertirse al cristianismo, que es la religión oficial del imperio, como una de las condiciones impuestas por los dirigentes romanos. En aquella época había varias tendencias dentro del cristianismo sin que ninguna predominara sobre otra, el arrianismo era la versión mas “amigable” que casaba con la religión de los recién llegados, adoptada por los godos y transmitida por ellos al resto de pueblos germánicos.
El arrianismo “germánico” no fue sino una fe adoptada por razones politicas con el objetivo que de una forma dinámica sustituyera a nivel formal el primitivo culto a Gaut-Odín como elemento de cohesión étnica del pueblo godo con el objetivo de poder entrar en el imperio.
Cuando los godos entran en el imperio en el año 376 huyendo de los hunos, el emperador Valente, que practicaba el culto arriano, les impuso entre las condiciones de entrada, la conversión forzada a cristianismo. Es relevante que casi todas las tribus germánicas la han recibido de los godos, sin embargo, en el área mediterránea el arrianismo marca una diferencia radical con la población autóctona donde se integran dentro del imperio. Lo que quiere decir que el contenido de la fe, de hecho, no significó nada para los godos, y por lo tanto fue irrelevante la elección de la confesión arriana en lugar de la Niceana, ya que también el Arrianismo tenía una larga tradición dentro del cristianismo. La única razón por la que abrazaron ésta fue separarse a sí mismos de los romanos. (Heather 1996, p.313 y ss) Peter Heather, que afirma que, si la conversión hubiese tenido lugar bajo un emperador católico, los godos habrían inventado otra forma de dividirse a sí mismos de los romanos a largo plazo. Él por lo tanto, también aquí ve un símbolo- y herramienta- que se utiliza como un medio de diferenciación entre los godos y los romanos, y por lo tanto también la necesidad de mantener el sentimiento de unidad entre los hombres libres. Esta politica de aislamiento respecto a la población indígena fue reforzada con las continuas restricciones destinadas a impedir los matrimonios mixtos con la parte romana de la población en los reinos góticos establecidos en Italia, Francia y España. Además tenían dobles sistemas de leyes administrativas para los romanos y los godos. Esto contribuyó al aislamiento de la aristocracia goda que poseia la principal influencia entre la población goda y estaba destinada a fortalecer la unidad entre los diferentes grupos góticos en estos reinos.
Está demostrado que el culto se empleó como un elemento de cohesión étnica. Thompson señala que la conversión al cristianismo se llevó a cabo después de que se hubieran asentado en el limes-probablemente durante el período de 382 a 395 cuando vivían en Moesia. En consecuencia, sugiere, qué lo menos importante era que Valente fuera arriano, ya que a su muerte 378 la mayoría de ellos todavía conservaban la antigua fe. (Thompson, 1962, p.505, 517 ss) Wulfila fue exiliado de Gutþiuða muy al principio de su actividad misionera, y por lo tanto sus actividades no afectaron al proceso final de la conversión.
Thompson se inclina principalmente por la idea que los líderes godos que adoptaron el arrianismo, trataron de conseguir una organización eclesiástica propia donde la iglesia romana debería estar al margen de su control, y de esta manera tener una posición más independiente respecto el imperio. (Thompson, 1962, p. 517 y ss) Él también ve la cuestión de la preservación de la etnicidad. A nivel teológico las teorías de J. Zeiller sobre la trinidad arriana son interesantes. Zeiller sugiere la línea de mando para esta iglesia: -Dios, el padre, se situa al mando del Hijo, que a su vez manda el Espíritu Santo, esto debió ser atractivo para la aristocracia goda, que entonces podrían obtener una posición similar dentro su propio pueblo, como un semidiós, y esto, podria ser aceptado por personas que estaban acostumbrados a tales condiciones. Se trataría de mantener las mismas estructuras sociales en un entorno difícil y agresivo como era el interior del imperio con el peligro real de disgregación dentro de su inmensidad (Zeiller 1918, p. 517) Zeiller va pues por el camino correcto.
El arrianismo es la forma natural del cristianismo para un pueblo en el que las iniciaciones eran una practica religiosa común, tanto en el culto de Gaut como de Óðinn, donde los guerreros se iniciaban a través de ellas colgando simbólicamente y siendo perforados con una lanza, ellos mueren, pero son resucitados, como muertos vivientes pero manteniendo la categoría de seres humanos. Su rey se inicia de la misma manera, representando en el culto al dios mismo, y reclama su ascendencia de los dioses, siendo humano a pesar de elo. Dios y Cristo/Jesús son de una naturaleza diferente. Dios es original, Jesús es creado y es el hijo de Dios, él es humano, se sacrifica y es resucitado. Esto es muy natural para un pueblo con este trasfondo mítico. También se demuestra por el hecho de que tan obstinadamente se adherieron a esta fe, y también que lograron difundirla en casi todo el mundo germánico en el siglo VI. Para los godos también, al igual que para otros germanos, que no estaban acostumbrados a sutilezas teológicas, esta fe parecía la versión mas comprensible de la confesión, mucho mas que la los Niceanos. Entre éstos últimos estamos ante un Dios evidente, que junto con su madre, María, dentro de una tríada oriental se pueden combinar con el padre; lo que deriva que el Hijo- en la tradición gnóstica- es el que tiene las propiedades tanto en la esfera de lo espiritual, la parte masculina; como en lo material, el poder creciente de la tierra, la parte femenina. En otras palabras, el hijo, por lo tanto, es el tiene todos los atributos y es todopoderoso. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, por el contrario, aparecen como tres dioses separados. Además de que Dios tiene en la interpretación de la teodicé de Augustin sólo caracteristicas bondadosas.
En esta definición, por lo tanto, la deidad no es todopoderoso, pues se tiene quecompensar con el diablo, como guardián del mal. Sin embargo, a los godos se les enseñó que solo había un Dios Supremo, y que él era todopoderoso, que posee todas las caraterísticas morales, desde el bien al mal, y esto es, la creencia y la forma en que el arrianismo fue entendido por lo menos por los predicadores educados para transferir su conocimiento a los godos. Esto encaja mucho mejor con su religión Odiníca, pues habían transformado su primitiva religión politeista basada en dioses de la fertilidad, entre los cuales su poder era similar al otro, pero dotados de especialización, por otra en la que Odín era el Dios Supremo, que gobernaba al resto de los Dioses, descompensando el sistema de poder residente en todos y cada uno de los Dioses. Al mismo tiempo que los godos fueron alcanzando poder militar y afianzandose frente al imperio, el poder del Dios mágico-guerrero Odín desplazó a las divinidades vánicas, este culto era apoyado por la realeza y la aristocracia guerrera dirigente de la nación, quedando relegada la religión antigua para las capas campesinas y artesanas góticas, que estaban mermadas al estar incorporados a filas todos los hombres sanos capaces de portar armas, mujeres, ancianos y niños, adquiriendo el ejercito un papel predominante en la escala social de esta nación tan militarizada.
En la sociedad visigotica había también cristianos. La mayor parte eran no godos-esclavos o prisioneros de guerra romanos-, pero también algunos godos. Estuvieron representados varios tipos diferentes de la fe cristiana. La más reputada es la congregación dirigida por el obispo arriano Wulfila, que estaban activa ya durante la primera mitad del siglo IV. En su congregación se encuentran tanto godos como otros grupos etnicos. Wulfila es conocido por haber traducido partes de la Biblia al gótico y al mismo tiempo haber inventado una escritura en lengua gótica con un alfabeto propio. A excepción de los arrianos también tenemos a los Audianos y «Católicos» (La Iglesia Católica no fue proclamada oficialmente antes de Teodosio como la única legal y poco después se prohibió el arrianismo en el imperio. A ésta ultima pertenecia el martir S.Saba . (Thompson, 1962, p.506 y ss)
Wulfila nació probablemente en algún lugar 311 en Rumania. El linaje de la familia se remonta a dos generaciones de padres romanos antes de ser capturados del pueblo de Sadagolthina cerca de la ciudad de Parnassus en Capadocia, en Asia Menor. Sus padres eran arrianos y lo criaron en esta fe. A la edad de 30 años fue lector en la iglesia gótica. Fue consagrado al obispo por el obispo arriano Eusebio. No se sabe si ocurrió antes de la muerte de Constantino el Grande en el año 337, cuando Eusebio ocupaba la sede en Nicomedia, o más tarde, 341, en un Concilio en Antioquia después que Eusebio se hubiera convertido en obispo de Constantinopla. La mayoría de los investigadores indican que 341 es el año correcto.
Esto también significa que hubo una congregación cristiana en Gutþiuða mucho antes de este tiempo. Sobre los años 341-348 Wulfila trabajó en Gutþiuða, pero luego se exilió con su congregación y se quedó en Moesia con sus “Godos Menores”. Por aquella fecha debería haber empezado ya la traducción de la Biblia, ya que los servicios religiosos de los godos se celebraron en Gótico. (Thompson 1966, p XIII-XXIII; Wolfram 1969, p.81) Wulfila evidentemente fue un peligro para la etnia gótica y por lo tanto, fue desterrado con sus seguidores. Con el permiso imperial residió permanentemente en Moesia. No tomó parte en las posteriores migraciones góticas sino que se dedicaron pacificamente a la agricultura. Wulfila trabajó toda su vida con la traducción de la biblia y tomó parte en el animado debate político eclesiastico.
Él aparece en un Concilio en Constantinopla en el año 360, cuando los obispos arrianos confirman la decisión anterior del Concilio de Rimini es decir, para cambiar el concepto básico de que «el padre no es de la misma naturaleza que el hijo, para cambiarlo por otro que dijera que «la naturaleza del hijo es similar a la del padre»-esto quiere decir que el hijo es (similar a) el padre, pero no de la misma esencia-, que se reivindica en Nicea. La palabra esencia (ousia) no se debe utilizar, puesto que causaba problemas problemas en el pueblo. Igualmente, la palabra sustancia (hipóstasis) estaba prohibida. (Thompson 1966, p.xiii-XXIII)
Esto significa una aceptación parcial de las demandas de los obispos Niceanos, pero marcándo una clara diferencia teológica con ellos. Wulfila muere en algún momento durante el período de 381 a 83, Participó en un Concilio en Constantinopla 381, donde Teodosio emitió su ley contra la herejía arriana en pro del credo Nicaeano. Asimismo, el Concilio de Aquileia había desplazado a varios obispos arrianos en el año 381 y transferido sus iglesias a los católicos. Antes de morir Wulfila elaboró un credo en 381 para distanciarse claramente de Nicea.
Se ha conservado una carta de su discípulo, el obispo Auxentius:
Él cree en el Dios no creado e invisible, en su Hijo único creado, que ha creado todo, y en el Espíritu Santo, que no es ni dios o señor, pero el siervo fiel de Cristo, no es igual con él, pero subordinado y obediente al Hijo en todas las cosas, como también el Hijo es subordinado y obediente a su Padre en todas las cosas. (Thompson 1966, s. XIII-XXIII)
La actitud de Wulfilas aquí es muy clara: la lucha por el arrianismo continuará. Él no se ha dado por vencido. Wulfila sólo estuvo durante un corto período en Gutþiuða, e hizo la mayor parte de su tralación de la biblia con sus “Godos Menores” en Moesia, no ha influido de manera determinante en la sociedad Visigoda en su conversión al arrianismo, pero su trabajo es importantísimo para la futura lealtad del pueblo godo al arrianismo, pero no por su conversión primaria. Es aquí muy claramente que los arrianos tienen un solo Dios, y que Cristo es su hijo y el Espíritu Santo no es más que un sirviente. La construcción se ajusta al pensamiento germánico como una mano en un guante. Si además consideramos que la biblia estaba su disposición en su propio idioma, era más fácil seguir un camino religioso similar al de la antigua religión Odínica, ya que para interpretar la biblia se deberia conocer latín o griego, además de tener la capacidad de interpretar la Biblia por sí mismo. El conocimiento de la escritura y la lectura probablemente no era muy grande entre los godos.
Es por eso que el arrianismo sobrevivió a todos los ataques de la iglesia católica, y lo que provocó su caída fue la conversión personal de un rey visigodo en el reino español, Recaredo, quien en el año 586 fue persuadido por el Papa a convertirse al catolicismo para ganar influencia en Italia después de la caída del reino Ostrogodo. Esto llevó sin embargo a la caída del reino visigodo, y su decisión fue fatal para los godos, y sobre todo para los Judios, puede ser considerado como una catástrofe.
Uno de los rasgos distintivos de los mandatarios arrianos era el trato con los no-cristianos, los judios en especial, tenían más posibilidades de practicar su religión en sus reinos que en los países católicos. Una excepción, sin embargo es el reino Vándalo en África del Norte, donde la situación política era inestable. En cuanto a las relaciones hacia los católicos, cabe señalar que lo que normalmente se relajó considerablemente, pero en el estado de las formaciones de los visigodos el antagonismo aumentó mucho bajo Eurico en el reino de Tolosa y más tarde también bajo Leovigildo en el reino de Toledo. Ambos parecen haber tenido la intención de crear una iglesia arriana uniforme organizada. Esto se ve claramente especialmente con Leovigildo en el 580. No obstante, nunca realizaron persecuciones, sino que tratáron de persuadir a los católicos góticos y convertirlos y, en el caso de Eurico también incluía sedes obispales vacías, donde se nombró ningún obispo y exilios durante un cierto tiempo de los obispos católicos. (Claude 1970, p.48 y siguientes, 70 y siguientes)
Para los no cristianos, como se ha dicho, era diferente. En Italia Teodorico obligó a la población local a reconstruir una sinagoga destruida, en cuya destrucción ellos mismos habían participado, y protegiendo el derecho de toda persona a tener la propia fe. Tanto en los reinos de Toulouse y Toledo, los reyes godos tenían reuniones periódicas con los representantes de las comunidades judías, y les concedió la libertad de practica de su religión. La misma política se aplicó por los borgoñones. Cuando Belisario puso sitio a Napoles en el 536 con sus tropas Bizantinas los godos arrianos consiguieron apoyo activo de los Judios, tanto con los suministros como luchando en campo abierto. (Wolfram 1989, p.301) No es hasta que Recaredo convitió el reino al catolicismo que los concilios aumentaran la lucha contra los Judios de una manera cada vez más antagónica (Claude 1966, p.77 y ss;. 1970, p.72 y ss) En el año 702 se llegó tan lejos que todos los Judios se declaron como esclavos, y con la característica especial de no tener la oportunidad de ser liberados. El propietario fue considerado responsable de obstaculizar la practicar su culto. Este desarrollo se acelera gradualmente hasta el 702 a través rey Egica, cuando en el XVII Concilio de Toledo en 694, priorizó la cuestión de una conspiración judía con los extranjeros de la misma fe.Explica que ahora ha llegado el momento de convertir a los Judios y extinguir la religión mosaica. (Claude1966, p.190 y ss, 1970, p.81 y ss) Los Judios desempeñaron un papel importante en la infraestructura económica del reino visigodo que más se basaba en la agricultura, y en consecuencia el desarrollo económico se reduce gradualmente. Debido a esta disminución también del control central se debilita y los nobles locales comenzar a actuar en nombre propio en sus territorios. Cuando los árabes se expandieron durante su expansión en el Mediterráneo, por supuesto, todos los Judios les dieron su apoyo, ya que eran vistos como libertadores.
Esto va también va para los sectores no libres de la sociedad visigoda, que configuraban una buena parte de la población. (Claude 1970, p.111 y ss) Los Judios eran un gran grupo, tanto en número y con antiguos y buenos contactos internacionales. El resultado de todo ello es el colapso del reino visigodo en 711. (Claude 1970, p.81 y ss) Un resto de la población visigoda se asimila en la Provenza posteriormente, proveniente de la provincia de Septimania, que contaba con una importante guarnición visigoda para mantener las fronteras de los francos y burgundios y allí el patrimonio Arriano se mezcla con el maniqueísmo, donde los cátaros y podrían haber contribuido en la difusión de los ideales caballerescos a través de los trovadores provenzales.
Sin embargo, la mayor parte de los visigodos permanecen en España y se mezclan con el resto de la población. Bajo los árabes tanto a los judios como a los cristianos se les permitía practicar su religión.
Hubo varias herejías que tuvieron muchos adeptos en la Hispania visigótica, entre ellas estaba la de los Eunomianos, que anclaba sus raices en conceptos cercanos al arrianismo, pero sin mucha influencia en España. El priscilianismo fue la segunda y mas importante, contando un importante número de adeptos dentro de la población hispano-romana, en el siglo VI su baluarte fue el reino suevo de Galicia. Ninguna de estas herejías tuvo impacto sobre el pueblo godo y el código de Leovigildo guarda silencio al respecto.
Alarico abolió la mayor parte de las leyes que había en el imperio en contra de los judios, poseian la categoría de ciudadanos romanos y pagaban impuestos, y en cuestiones religiosas les dejó libertad de culto, su actitud mostraba una liberalidad sorprendente en comparación con la de los monarcas católicos del siglo VII. Las fuentes confirman que esta tolerancia religiosa estaba extendida al conjunto del pueblo godo.
Abolió asimismo las 25 leyes “de paganis” del código Teodosiano(XVI, 10) y no se ocupó de la doctrina pagana como tal. Documentó la existencia de:
-Magos
-Encantadores
-Hombres que invocaban tormentas para estropear las cosechas de la vid
-Los que hacian enloquecer a los hombres invocando a los demonio
-Los que adivinaban el futuro
-Harioli, adivinos que hacían sacrificios nocturnos
Mientras las castas dirigentes de arrianos y católicos se observaban mutuamente con recelo, las prácticas paganas fuera de los muros cuidadanos exasperaban a los obispos católicos, que estaban mas preocupados con el paganismo que en cualquier otra cuestión. En el concilio de Agde en 506, los obispos condenaron bajo pena de excomunión tanto a laicos como al clero que prestara atención a los augurios, adivinaciones o a las predicciones del futuro, que según ellos “estaban muy extendedidas por todo el territorio”, asi mismo prohibian la práctica goda de “cantar los pecaminosos cantos que el pueblo cantaba normalmente ante los difuntos”, como intentar eliminar los bailes y “cantos obscenos” que el pueblo solia organizar los dias de fiesta, en vez de acudir a la iglesia y “cuyo ruido interrumpía el servicio divino”
En el concilio de Narbona del mismo año los obispos “se mostraron horrorizados que muchos cristianos celebraban el jueves como día sagrado y no trabajaban” El día de fiesta para los romanos era el domingo, El jueves era el día de fiesta semanal común para todos los germanos, vemos pues aquí una tradición pagana que los godos conservaban y que queda bien documentada
Un hecho significativo para conocer el alcance de la practica del paganismo entre la población goda lo tomamos de las actas del III concilio de Toledo, asi como del sínodo de Narbona en los cuales se dan instrucciones precisas y específicas a los funcionarios godos(al iudex territorii y al comes civitatis) para que investigasen sobre las practicas paganas realizadas dentro de la población goda, pues en esa fecha estos funcionarios no tenian jurisdicción sobre la población romana.
En un cementerio godo del siglo VI excavado en Estagel(Pirineos orientales) un niño enterrado allí tiene una estaca de hierro clavada en el pecho, difícilmente puede encontrase un significado cristiano alguno[2]
La práctica de clavar los cadáveres, ha sido observada especialmente en las provincias de Segovia y Guadalajara, donde el asentamiento de la población goda fue mayor y por consiguiente se concentra la máxima densidad demográfica de los mismos.
Asimismo tenemos referencia de una práctica pagana recogida en el código de Leovigildo, que por eso sabemos que fue goda, LV., XI, 2,2 “ si quis mortui sarcofacum abstulerit, dum sibi vult habere remedium…”
Podemos afirmar con rotundidad, que los paganos, tanto los romanos como los godos pudieron practicar libremente sus devociones y rendir culto a sus Dioses sin tener ninguna interferencia por parte del estado
Debe tenerse en cuenta que Recaredo en un sentido pleno, siguió la tradición gótica cuando afirmó que él asumía la misión real ante Dios y todo lo que esto representaba. Esto se recoge en una carta que envió al Papa Gregorio el Grande. (Gregorii I, Registrum IX, 227 a, MGH Epp.II, p.721) El único que hasta ahora había reclamado esta posición era el emperador bizantino. (Claude 1970, p.72 y ss) y ahora también Recaredo y sus sucesores trataron de utilizar el culto para mantener la unidad del reino, pero la nobleza no se resigno a esta pérdida de poder a manos de la aristrocracia que apoyaba al rey, y esto dio lugar a una oposición contundente y un y estalláron un elevado número de rebeliones contra el nuevo orden. (Claude 1966, p.77 y ss) Además, después de la conversión al catolicismo no hay diferencia real entre los godos y los no godos. En ese momento Heather ha tratado de explicar la posterior aparición de nuevos grupos de poder, y la fusión entre elementos góticos e hispano-romanos que acabaron con la antigua clase de los hombres libres. Éste afirma que ésta fue la última etnicidad que generó el estado visigótico, los grupos que apoyaron al rey, y que gracias al mismo les concedía tierras libres de impuestos, sin importar si eran godos o de origen romano, y de los cuales todos eran católicos. (Heather 1996, p.313 y ss)
Para los godos, según Heather, existía un concepto que daba dimensión al término gótico y lo distinguía del entorno de otros grupos humanos, algo que empezó en las actuales tierras de Polonia hasta su llegada a España, atravesando toda Europa, esa “alma común” esa cultura y sentimiento de pertenecer a algo que ellos llamaban gótico, no desapareció con la llegada del catolicismo con Recaredo, pero no sabe definirlo. (Heather 1996, p.313 y ss) ¿Podría ser tan simple que en realidad ellos no se consideraban sino GODOS, «humanos esparcidos” ya cuando vivían en el Vístula, y que simplemente continuaban siendo eso?
La unidad étnica fue, disuelta simplemente porque el culto común ya no tenía un estatus independiente propio. Comenzó disolverse cuando Recaredo decidió abrazar la religión católica.
El resultado final, sin embargo, es que el reino se disuelve en 711 y el posterior llamado reino visigodo de hecho es todo un nuevo reino, construido sobre las ruinas del antiguo reino godo de Toledo considerado ya como mítico y ahora, de hecho, apoyado por los españoles, sin que por ello la etnicidad visigoda se hubiese marchado, al contrario, los nuevos reinos reclamaron constantemente al primitivo reino de Toledo como fin último de su construcción nacional, reclamandose herederos del mismo.
Podemos afirmar que lo que cohesionó a los godos desde el principio de su historia como pueblo hasta el final trágico del reino visigodo en España, era el culto común. Los godos eran una liga cúltica. Tragicómicamente, parece ser como si Recaredo y sus sucesores intentaran gobernar con la ayuda del culto, pero fue imposible mantener la primitiva situación étnica de los godos después de haberlos adherido al catolicismo. Éste actuó como un agente disgregador del mismo, confirmando las peores inquietudes del Kindins Athanareiks cuando al finales del siglo IV inició sus campañas para erradicar al cristianismo-en todas su variantes sectarias- del interior de su pueblo, como si de un cancer se tratara, pues pensaba que éste pondría en peligro la unidad, futuro y existencia del mismo, como así fue.
[1] Las nuevas versiones del arrianismo no se fundamentan, por supuesto, en las explicaciones especulativas semiplatónicas de Arrio, aquel presbítero libio-alejandrino. Pero es lo mismo, porque van a dar en la misma conclusión: Cristo es hombre, no es Dios. En la declaración Mysterium Filii Dei (1972), que ya cité (57), se describen perfectamente los rasgos comunes a los «recientes errores acerca de la fe en el Hijo de Dios hecho hombre». Todos los errores que señala esa Declaración de 1972 van por la línea arriana, y hoy se mantienen idénticos.
La persona de Cristo no existe desde toda la eternidad, igual al Padre y al Espíritu Santo. Ha de eliminarse la idea de una persona única en Cristo, de condición divina, que asume la naturaleza humana. La divinidad se manifiesta plenamente en la persona humana de Jesús; pero no por eso Jesús es propiamente Dios, ni su persona única está engendrada por el Padre antes de los siglos. Concluye la Declaración diciendo que «quienes así piensan, permanecen lejos de la verdadera fe en Cristo» –eufemismo para decir que son herejes–, aunque afirmen que Jesús en cierto modo puede decirse que es Dios, en cuanto que lo revela en plenitud.
Pues bien, entre los teólogos católicos actuales son numerosos los neo-arrianos, que «permanecen lejos de la verdadera fe en Cristo». Señalaremos solo algunos, porque la Congregación de la Fe los ha señalado, pero hay muchísimos más.
1980.–El P. Edward Schillebeeckx, O. P. (1914-2009). La Congregación de la Fe, según ya vimos (57), advierte en la Carta a él dirigida en 1980 que,
a pesar de ciertas aclaraciones y rectificaciones logradas en diálogo con la Congregación, permanecían aún límites y ambigüedades en su enseñanza cristológica, concretamente en cuanto a la concepción virginal de María, la relación entre resurrección y apariciones, el origen histórico de la fe pascual, el rechazo de la anhypostasis: «queda el lector vacilante entre los dos sentidos: persona humana, no persona humana».
1998.–El P. Anthony De Mello, S. J. (1931-1987). Ya recordamos (47) la Notificación de la Congregación de la Fe sobre este autor (1998). Arrio se habría espantado oyendo sus afirmaciones: «La filiación divina de Jesús se diluye en la filiación divina de los hombres… Jesús es mencionado como un maestro entre tantos… “¿Es Jesús mi salvador o me remite a una realidad misteriosa que le ha salvado a él?”… “Jesús se encontraba a gusto con los pecadores, porque entendía que no era en nada mejor que ellos”»…
2004.–El P. Roger Haigth, S. J. (1936-). La Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el Cardenal Ratzinger, habiendo examinado el libro Jesus Symbol of God (Maryknoll, Orbis Books 1999; Jesús, símbolo de Dios, Ed. Trotta 2007, 592 pgs.), dirigió al P. Haight una Notificación (13-XII-2004) en la que afirmaba que la obra «contiene afirmaciones contrarias a las verdades de fe divina y católica referentes a la preexistencia del Verbo, la divinidad de Jesús, la Trinidad, el valor salvífico de la muerte de Jesús, la unicidad y universalidad de la mediación salvífica de Jesús y de la Iglesia, y la resurrección de Jesús».
«El Autor propone “una cristología de la encarnación, en la que el ser humano creado o la persona de Jesús de Nazaret es el símbolo concreto que expresa la presencia en la historia de Dios como Logos”» (439). Jesús, por tanto, sería «una persona finita» (205), «una persona humana» (296), «un ser humano y una criatura finita» (262). El término «“verdadero Dios” significaría que el hombre Jesús, en calidad de símbolo concreto, sería y mediaría la presencia salvífica de Dios en la historia» (262; 295). «Afirma también que no sería necesario “que Jesús se haya considerado a sí mismo como un salvador universal”» (211), y «que la idea de la muerte de Jesús como “una muerte sacrificial, expiatoria y redentora” sería solo el resultado de una interpretación gradual de sus seguidores a la luz del Antiguo Testamento» (85). Por otra parte, «afirma que “solo Dios obra la salvación, y la mediación universal de Jesús no es necesaria”» (405). «Según él, además, “es imposible en la cultura postmoderna pensar que… una religión pueda pretender ser el centro, al cual todas las otras han de ser reconducidas”» (333). La Congregación se ve obligada a «declarar que estas afirmaciones contenidas en el libro Jesus Symbol of God del Padre Roger Haight S. J. han de calificarse como graves errores doctrinales contra la fe divina y católica de la Iglesia. En consecuencia, se prohibe al Autor enseñar teología católica en tanto no rectifique sus posiciones en plena conformidad con la doctrina de la Iglesia».
El profesor Haight pasa entonces a enseñar teología en la Union Theological Seminary de Nueva York, un centro no católico, y sigue publicando libros en los que persiste en sus doctrinas. Por eso en enero de 2009 la misma Congregación estima necesario prohibirle dar clases en cualquier institución académica, católica o no, y publicar escritos sobre temas religiosos, aunque no trataran de cristología.
2006.–El P. Jon Sobrino, S. J. , nace en una familia vasca (Barcelona 1938-), ingresa en la Compañía de Jesús a los 18 años, y vive en El Salvador desde 1957. La Notificación de la Congregación de la Fe (26-XI-2006), después de examinar sus libros La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas (1999) y Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (2001), concluye que «las mencionadas obras presentan, en algunos puntos, notables discrepancias con la fe de la Iglesia». No tiene especial interés que enumere aquí al detalle los errores del P. Sobrino que la Notificación cita, ya que vienen a ser los mismos que se describen en la declaración Mysterium Filii Dei (1972), siempre en la línea arriana:
«Diversas afirmaciones del Autor tienden a disminuir el alcance del Nuevo Testamente que afirman que Jesús es Dios» (4)… «En este pasaje el Autor establece una distinción entre el Hijo y Jesús, que sugiere al lector la presencia de dos sujetos en Cristo» (5)… «La comprensión de la communicatio idiomatum que el Autor presenta revela una concepción errónea del misterio de la encarnación y de la unidad de la persona de Jesucristo» (6)… «El P. Sobrino afirma, citando a Boff, que “Jesús fue un extraordinario creyente y tuvo fe. La fe fue el modo de existir de Jesús”… La relación filial de Jesús con el Padre, en su singularidad irrepetible, no aparece con claridad en los pasajes citados [por el Autor]; más aún, estas afirmaciones llevan más bien a excluirla» (8)… Afirma el P. Sobrino: «Digamos desde el principio que el Jesús histórico no interpretó su muerte de manera salvífica, según los modelos soteriológicos que, después, elaboró el Nuevo Testamento: sacrificio expiatorio, satisfacción vicaria» (9)… «Esta eficacia salvífica… no se trata pues de causalidad eficiente, sino de causalidad ejemplar» (10). Es el puro pelagianismo, que el arrianismo exige.
El neoarrianismo actual tiene no pocos apoyos dentro de la Iglesia. Aunque una doctrina teológica que afirma «graves errores contra la fe divina y católica de la Iglesia», en términos del Derecho canónico es exactamente una herejía (c.751), sin embargo, las herejías cristológicas de estos autores –y la de otros muchos afines a ellos– han sido enseñadas y publicadas durante decenios con la aprobación, al menos pasiva, de no pocos Superiores religiosos y Obispos católicos. No son, pues, simples hipótesis atrevidas, lanzadas de modo aislado por teólogos progresistas –que regresan al siglo IV–, sino que han recibido importantes apoyos, consiguiendo por eso amplia difusión.
–El P. Anthony De Mello, S. J., ya lo vimos (47), fue un best seller difundido en el mundo católico durante muchos años. Cuando su doctrina fue reprobada en 1998 por la Congregación de la Fe, protestaron públicamente los Provinciales jesuitas de la India, con el apoyo de los Superiores Mayores de la Iglesia en Asia Meridional. Y la editorial jesuita Sal Terræ publicó en 2003 su Obra completa en dos elegantes tomos.
–El P. Roger Haight, S. J., reprobado por la Santa Sede en 2004, después de muchos años de docencia, no ha sido en absoluto un teólogo marginal insignificante. Ha sido presidente de la Catholic Theological Society of America. Su cristología halla una acogida favorable en importantes medios de su país, como en la revista Commonweal, que publica en 2007 una apasionada defensa, y también ha contado con el apoyo de la revista jesuita America. La Catholic Press Association premia en 1999 su libro Jesús, símbolo de Dios, y en 2005 su obra El futuro de la cristología.
–El P. Jon Sobrino, S. J., al ser condenadas en 2006 por la Congregación de la Fe algunas de sus obras, recibe innumerables elogios y aprobaciones de diversas instancias, especialmente de la Compañía de Jesús.
ACI Prensa informaba (17-V-2007) que «el Presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América, el P. Ernesto Cavassa, S. J., expresó en conferencia de prensa durante la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano [en Aparecida] la esperanza de que la teología del P. Jon Sobrino se verá reivindicada con el tiempo, y que, por tanto, la notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe quedará desfasada históricamente». Él aclaró públicamente que «la notificación a Jon Sobrino no es una condenación sino una notificación». También se solidarizaron públicamente con el P. Sobrino jesuitas de la Provincia de Loyola, y otros de la Provincia argentina de Córdoba. El Centro de estudios Cristianismo y Justicia, de los jesuitas de Barcelona, le elogió y apoyó en un escrito firmado por 25 estudiosos, entre los que destacaba el P. José Ignacio González Faus, S. J. (Valencia 1935-, profesor desde 1968 de la Facultad de Teología de Barcelona).
El arrianismo ha logrado, pues, una notable implantación en la Iglesia. La Instrucción Pastoral «Teología y secularización en España», importante documento publicado por la Conferencia Episcopal Española (30-III-2006), reafirma la fe católica frente a los errores que, según dice, se han difundido en los últimos decenios en España, especialmente sobre el misterio de Cristo (22-35). En efecto, tratando de lo que se ha enseñado y se enseña en una buena parte de los Seminarios y Facultades de teología, Centros catequéticos, parroquias y editoriales de España, dicen los Obispos:
«Constatamos con dolor que en algunos escritos de cristología no se haya mostrado esa continuidad [entre la figura histórica de Jesucristo y la Profesión de la fe en Él], dando pie a presentaciones incompletas, cuando no deformadas, del Misterio de Cristo. En algunas cristologías se perciben los siguientes vacíos: 1) una incorrecta metodología teológica, por cuanto se pretende leer la Sagrada Escritura al margen de la Tradición eclesial y con criterios únicamente histórico-críticos, sin explicitar sus presupuestos ni advertir sus límites; 2) sospecha de que la humanidad de Jesucristo se ve amenazada si se afirma su divinidad; 3) ruptura entre el “Jesús histórico” y el “Cristo de la fe”, como si este último fuera el resultado de distintas experiencias de la figura de Jesús desde los Apóstoles hasta nuestros días; 4) negación del carácter real, histórico y trascendente de la Resurrección de Cristo, reduciéndola a la mera experiencia subjetiva de los apóstoles; 5) oscurecimiento de nociones fundamentales de la Profesión de la fe en el Misterio de Cristo: entre otras, su preexistencia, filiación divina, conciencia de Sí, de su Muerte y misión redentora, Resurrección, Ascensión y Glorificación» (n. 27).
El arrianismo está hoy quizá tan vigente como lo estuvo en el siglo IV, aunque hoy se infiltra en la Iglesia, obviamente, con formulaciones conceptuales y verbales distintas. Las mismas encuestas sociológicas lo comprueban, cuando preguntan a los que se dicen católicos acerca de la divinidad de Jesús. La gran mayoría de ellos, que no son practicantes, se manifiestan apóstatas o arrianos. Pero también no pocos de los practicantes se declaran más o menos arrianos. Esta herejía se da hoy sobre todo en lo países más desarrollados, pero también, a través de la teología de la liberación y de ciertos indigenismos teológicos falsos, se ha ido difundiendo entre los países menos desarrollados, de fe más profunda, ingenua y pura.
El neo-arrianismo ofrece al hombre moderno una versión herética de Jesucristo, en la que puede ser aceptado sin necesidad de la fe teologal católica. Ésta es hoy la más grande rebaja del Cristianismo. Y lleva consigo la negación de la Trinidad, de la virginidad de María, de la presencia real eucarística y de todas las demás verdades de la fe.
Jose María Iraburu Larreta Presbítero diocesano de Pamplona y teólogo español.
Hola! Muy interesante tu blog. Al respecto me gustaría preguntarte qué opinas del libro de Ignacio Olagüe «la invasión Islámica de Occidente». En él se asevera que por ejemplo la «mezquita» de Córdoba no era sino un templo arriano de inicio y amí me dió la impresión tras la lectura del libro y todo lo que implica que lo que nos vendieron como «reconquista» no fue sino una guerra de religión de los católicos pero no contra el islam sino contra la fe arriana principalmente y otras formas de cultos más antiguos que pervivían en la península (para hacer tábula rasa con el catolicismo vamos). También en el libro del misterio de Belicena Villca se habla de la cultura hispano goda como «la más antigua de la tierra» y en el libro de Waldemar Fenn «Gráfica prehístorica de España y el origen de la cultura europea» se postula, según los yacimientos arqueológicos estudiados, a Iberia como solar de origen del alfabeto rúnico y de las primeras formas de escrituras así como de las formas más antiguas de la cultura occidental.
Hola, la obra de Olagüe, LA REVOLUCIÓN ISLÁMICA EN OCCIDENTE, está bien documentada y su argumentación en lo que se refiere al fondo es correcta.
Ahora bien, hay que explicar algunos conceptos:
-No hubo una invasión propiamente dicha del reino Godo, solo una intervención militar extranjera- tropas berebereres norteafricanas, dirigidas por una elite árabe de un numero no superior a los 3000 guerreros-
-La clave para encontrar respuesta a la desaparición del reino godo está sin duda en la guerra civil desatada entre los Godos. No está documentada que la guerra civil tuviera tintes religiosos. La iglesia hispano-goda se habia ido alejando de la ortodoxia romana tanto que si el reino hubiese durado cincuenta años mas, hubiera surgido el primer «protestantismo europeo», las relaciones con el papa eran tensas y de hecho derivaba a concepciones arrianas.
-La reconquista si fue una larga guerra civil, pero ya entre islam y catolicos, no al principio donde la facción Vitiziana se convirtió al Islam, de la misma manera que los godos convirtieron al arrianismo trescientos años antes. El poder en la peninsula estuvo en manos godas-tanto de un lado como de otro- hasta acabada la reconquista.
Creo que es una obra interesante y que propone algunas ideas valientes, pero todo ello debe sder evaluado, complementado y contrastado, en estas cosas no hay una sola «verdad», sino que estas dijeramos que ésta se viste de multiples matices.
Sobre el alfabeto rúnico, solo comentar que el Ibero del norte coincide con él en muchas letras, seguramente la base de los dos está a algún milenio atras en el tiempo.
En 711 se produjo la conquista musulmana. La negación de la conquista por Ignacio Olagüe es considerada un fraude por los especialistas e investigadores profesionales.
https://www.facebook.com/pages/La-conquista-isl%C3%A1mica-de-la-pen%C3%ADnsula-Ib%C3%A9rica/535626583198261
Hay un matiz muy importante, aunque de hecho se produjese la conquista islámica, el poder de la españa musulmana siempre estuvo en manos godas, de la misma manera que en la españa cristiana, solo hubo algo común a ellas, una Gotia inmanente a las dos, algo que trasciende a las Españas, efectivamente la península fue un gran depósito de pueblos indoeuropeos, pero fueron los Godos quien le otorgó su «espíritu», su carta de naturaleza, y eso todavia lo conservamos algunos de sus hijos-por lo menos somos conscientes de ello-
Saludos,
Me encuentro inmerso en la escritura de una novela histórica ambientada en el siglo V d.C. Se agradece enormemente tu labor cultural a través de estos escritos.
Quisiera plantearte tres preguntas:
1) A raíz de sus creencias, ¿sería disparatado que un arriano porte un crucifijo colgando de su cuello?
2) En caso afirmativo, ¿qué objeto, a ser posible metálico, podría portar consigo a modo de colgante un arriano de la época?
3) ¿Cuál es el significado del águila en el arrianismo?
Gracias de antemano.