En todo Hombre hay dos polos que pugnan por dar forma y orientación a su alma. Es de mano del propio Hombre que una de esos polos termina por prevalecer…
Son el polo del Espíritu y el polo del Materialismo y del Nihilismo. De la muerte o de la vida eterna, a la cual solo se llega a través del Valhalla.
Nuestra época es la del Reino del Nihilismo. La de la caída en la ignorancia, la ofuscación, el miedo y la esclavitud. El reino de cantidad en contraposición a la espiritualidad germánica.
Sin embargo, esta será también la época de la Forja. La de la preparación de un Nuevo hombre para un Nuevo tiempo.
Un Hombre que mirará de nuevo más allá de la vida mundana y que hará del Espíritu la corriente central de su Ser; y de la Trascendencia, el Origen y Destino de su singladura vital. Pero sin dejar de vivir plenamente nuestra existencia en la Tierra, un mundo de lucha, de combate por el Ser, alabando la vida, pero sin caer en su antítesis, en su sombra oscura.
Queremos construir un Hombre por forjar y que es en sí mismo el sentido de toda verdadera lucha una vez arribamos a la Edad Oscura.
Su presencia entre nosotros será el anuncio de una Revolución como nunca antes vieron los ojos de los Hombres y de los Dioses
Siembra, anuncio y profecía de la Revolución.