Grottasongr

La canción de Grotti

Odín tuvo un hijo llamado Skiold, que es del que descienden los skioldungos. Este vivió y reinó en la parte que ahora decimos Dinamarca, pero que entonces se llamaba Gotland. Skiold tuvo un hijo llamado Frídleif, que reinó en aquella tierra después de él; el hijo de Frídleif se llamaba Fróði, y éste heredó el reino de su padre por el tiempo en que el césar Augusto puso paz en todo el mundo; entonces nació Cristo. Pero como Fróði era el rey más poderoso en todas las tierras del norte, aquella paz se le atribuyó a él en toda la parte donde se habla nuestra lengua danesa 3, Y por eso la gente la llamó la paz de Fróði. Nadie le hacía entonces daño a otro, aunque se topara con el asesino de su padre o de su hermano, suelto o amarrado; tampoco había entonces ladrones ni salteadores, y hubo un anillo de oro que se quedó tirado mucho tiempo en Jalangrsheid,

El rey Fróði fue a Suecia como huésped del rey de allá, que se llamaba Fiólnir. Entonces compró dos siervas que se llamaban Fenia y Menia, y eran corpulentas y fuertes. Por aquel tiempo había en Dinamarca un molino con dos piedras tan grandes, que nadie era lo bastante fuerte para moverlas, y una virtud tenía aquel molino, que la molienda que hacía era cualquier cosa que el molinero dijese que saliera. El molino se llamaba Grotti, Y Hengikiopt el que le dio el molino al rey Fróði. El rey Fróði puso a aquellas siervas en el molino y les dijo que molieran oro, y ellas así lo hicieron, y empezaron a moler oro y paz y bienestar para Fróði:

Pero éste no les concedía descanso ni sueño por más tiempo del que se calla el cuclillo o se tarda en decir un cantar. Se cuenta que entonces cantaron ellas la llamada Canción de Grotti, que dice así:

1    Se encuentran ahora en el palacio del rey
las dos adivinas, Fenia y Menia;
las muy poderosas se hallan con Fróði,
el hijo de Frídleif, sirviendo de esclavas.

2    Allá las llevó al banco del molino,
las puso a moler en la piedra grisácea
ni les daba descanso ni estaba contento
si él no escuchaba el cantar de las siervas.

3    Su canto decían al son del chirriante:
«La tarima dejemos, alcemos las piedras.»
Mandábales él que siguieran moliendo.

4     Girando la piedra cantaban aun
cuando ya los de Fróði, los más, se acostaron;
Luego cantó Menia, en su turno del molino,
la inflexible doncella con voz de trueno

5     Riquezas y paz le molemos a Fróði, le molemos fortuna
toda clase de riquezas en el molino de las delicias;
se sentará sobre oro y dormirá debajo,
y se despertará con ese deseo, pues bien se molió.

6      Ya daño a nadie le hará ni albergará malicia
no llevará a la perdición
ni cortará con afilada espada, incluso aunque el  encontrara
a su desgraciado hermano atado

7      Las manos se detuvieron, descansando; el molino cayó;
Entonces volvió al rey su antiguo plañido:
¡Dormirás nada más que cuando el cuclillo esté en silencio,  no descansarás más
que lo que tarde en cantar esto!

Menia dijo:

8     Fróði, no fuiste del todo sabio, oh, amigo del hombre,
Cuando  trajiste estas esclavas;
Usted nos ha elegido para la fuerza y de apoyo,
No tuviste en cuenta la raza de la que nacimos.

9     Recio fue Hrúngnir, duro su padre,
más Tiazi en fuerza a los dos superó;
de Idi y de Arnir somos parientas, hermanas de Etins
Estos son nuestros antepasados.

10     De las rocas Grotti no habría salido,
jamás de la tierra la losa, la dura,
ni podríamos moler la montaña
si la piedra no fuera bien conocida por nosotras.

11     Nueve los años que en juegos pasamos
criándonos, recias, allá bajo tierra;
realizaban las mozas forzudas hazañas,
movíamos solas las duras montañas.

12     Desde la tierra de los Etins rasgamos las peñas
Así que la tierra tembló, se calmó, y tembló;
Rodamos desde las cumbres las rocas atronadoras,
La losa pesada, para aplastar a los

13     A Svitjod después marchamos nosotras,
las dos adivinas, en busca de guerra:
osos domamos, escudos rompimos,
marchamos a través  de los bancos de niebla.

14     A un príncipe destruimos, a otro elevamos,
le prestamos ayuda a Góttorm el bueno;
sólo hubo paz cuando Knue cayó.
Todos fueron detenidos y capturados

15       Años pasamos en tales empresas,
conociéronnos bien los heroicos guerreros;
Luego sajamos a los héroes con lanzas afiladas,
Heridos y enrojecidos por el fuego.

16       Nos vemos ahora en la casa del rey
con poco favor y sirviendo de esclavas;
con fango en los pies y en el cuerpo con frío
el molino giramos. ¡Mal trato de Fróði!

17        ¡Descansen los brazos! ¡Que pare la piedra!
He molido todo lo que tenía que moler en mi vida
no les daremos a nuestras manos descanso
antes que la molienda no esté terminada a los ojos de Fróði

Fenia dijo:

18       Querrían mis manos un mango más fiero,  un arma mortal.
¡Oh Fróði, despierta!
Despierta, oh Fróði, si quieres oír,
el cantar que recitemos, las viejas canciones.

19      Fuego yo veo al este del fuerte,
llama a los mensajeros, anuncia la guerra;
pronto un ejército aquí llegará
que ha de quemarte, oh rey, tu morada.

20     No más gozarás de tu trono de Hleiðr,
de tus anillas de oro rojo o el buen molino de riqueza.
Démosle al mango, hermana, más fuerte,
no nos arredra la sangre de muertos.

21     La hija de mi padre  con rabia molió,
pues a muchos veía marcados de muerte;
estallaron los pilares, aunque de acero estaban ceñidos
del gran molino ¡Sigamos moliendo!

22     ¡Moliendo sigamos! Que en Fróði se vengue
la muerte de Halfdan el hijo de Yrsa,
Él puede ser considerado su hijo, y también  su hermano.
Las dos sabemos  esto. ”

23      Molieron las mozas con toda su fuerza,
allá les entró su furor de Etins;
los mangos temblaban, se hundió la tarima,
la piedra potente en dos se partió.

24      Y dijo entonces  dijo,
la novia de los Etins de la montañas:
«Mucho las mozas oh Fróði, molieron,
mas ya terminada, quedó tu molienda.»

Y antes de acabar el canto, molieron un ejército contra Fróði, de modo que aquella noche llegó allá un rey del mar que se llamaba Mysing, y mató a Fróði y se apoderó de un gran botín. Entonces acabó la paz de Fróði.

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