1 Bien es sabido que hombres! antaño
reunión tuvieron. ¡ Para pocos fue bueno!
En secreto tramaron,
quebranto de aquello les vino,
y también a los hijos de Giuki,
que en traición cayeron.

2 La suerte se echó de skioldungos,
marcados de muerte quedaron;
mal hizo Atli, aunque sabio era,
derribó gran pilar, buscóle él mismo su pena.
Mensajero envió a sus cuñados,
que prestos viniesen.

3 Sabia la esposa atenta se estaba,
las palabras oyó que en secreto dijeron;
en aprieto se vio, advertirlos quería
-de seguro a la mar se harían-,
mas no les podía allá ir.

4 Runas grabó que engañaron a Vingi ,
el de daños ansioso, y él las llevó;
partieron después los emisarios de Atli
tras el fiordo de Lim,
donde los fieros vivían.

5 Acogiéronlos bien, encendieron los fuegos,
el engaño no vieron cuando ellos llegaron;
recibieron los dones que la hermosa envió,
los colgaron de un poste sin más mirarlos.

6 Vino Kostbera, la esposa de Hogni,
mujer muy sagaz, y a los dos saludó;
gozosa Gláumvor también,
la casada con Gúnnar,
del modo debido atendía a los huéspedes.

7 Invitaron a Hogni, si ir con él prefería .
i La doblez era clara, si en guardia estuvieran!
Que sí dijo Gúnnar, si Hogni quería;
lo que el otro dispuso Hogni aceptó.

8 Hidromiel las muchachas trajeron,
de todo abundancia se tuvo;
pasándose estuvo el cuerno
hasta ya que se hartaron.
A gusto los siervos lecho se hicieron .

9 Era sabia Kostbera, entendida en runas,
los signos leyó a la luz del fuego;
callada la lengua en la boca retuvo:
tan confusos estaban que no se entendían.

10 Luego con Hogni en su cama acostóse;
la reina soñó, no lo tuvo secreto,
cuando ya despertó al rey se lo dijo:

11 «¡Marchar te propones, oh Hogni,
mi consejo escucha!
Jamás con las runas se sabe,
mas en otra ocasión ve tú;
las runas leí que envió tu hermana.
¡No la muy blanca esta vez te invitó!

12 Una cosa me extraña -aún no lo entiendo-,
cómo la sabia confusas runas grabó:
puestas están que parecen decir
que los dos moriréis si es que allí vais.
O ella saltóse una runa u otros lo hicieron.»

Hogni dijo:

13 « ¡Agoreras son todas! No es ese mi modo,
no veo yo el daño antes de hecho;
oro cual rojo fuego el rey nos dará.
¡Jamás temo yo, aunque horrores me anuncien!»

Kostbera dijo:

14 «Haréis mal camino si es que allí vais,
no bien recibidos seréis esta vez;
soñé, oh Hogni, y no te lo oculto:
¡Bogaréis contra viento , o es sólo mi miedo!

15 Tu sudario veía ardiendo en fuego,
por mi casa las llamas altas se alzaban.»

Hogni dijo:

16 «Estas colchas de lino, que en poco las tienes,
quémense ahora. ¡Ese el sudario que viste! »
Kostbera dijo:

17 «Veía aquí dentro un oso, los postes rompía,
agitaba sus garras, espanto nos daba;
a muchos nos tuvo en sus fauces,
mal le podíamos.
¡No era allí poco el estruendo que había!»

Hogni dijo:

18 «Habrá vendaval, acecha mal tiempo;
si el oso lo viste blanco,
del este vendrá la tormenta.»

Kostbera dijo:

19 «Veía aquí dentro un águila,
sala a través volaba
– ¡en peligro nos vemos!-,
salpicábanos sangre a todos.
En su modo lo vi: la apariencia era de Atli.»

Hogni dijo:

20 «Epoca es de matanza.
¡ Esa la sangre que vemos!
De bueyes tratarse suele
cuando se sueña con águilas.
¡Leal es Atli, por más que tú sueñes!»
Terminó la conversa, acabada quedó.

21 Despertaron los nobles , lo mismo dijeron,
asustaron a Gláumvor sus torvos sueños;
pero Gúnnar… de distinta manera.

Gláumvor dijo:

22 «Levantada tu horca veía,
te llevaban a ahorcar;

serpientes a ti te comían vivo,
ocaso vi yo de los dioses. ¡Explícame el sueño!

24 Sangrienta una espada veía en tu cota clavada.
¡Mal se le cuenta el sueño
al cercano pariente!
Traspasándote a ti una lanza veía
con lobos aullando a ambos extremos.»

Gúnnar dijo:

25 «Perros de caza son esos, los muy ladradores;
ladrar suelen ellos ya antes que lanza vuele.»

Gláumvor dijo:

26 «Veía aquí dentro un río, sala a través corría,
poderoso rugía, en los bancos pegaba,
a los dos las piernas él os rompía,
incesante torrente. ¡Algo se anuncia!

28 Muertas mujeres veía
que aquí en la noche vinieron;
mal atavío era el suyo,
te querían consigo llevar,
que pronto a sus salas con ellas fueras.
¡Tus disas, te digo, no más te ayudan! »

Gúnnar dijo:

29 «Tarde se habla, está decidido:
partir debo yo, pues partir acordamos.
¡Mucho muy claro indica
que cortas vidas tendremos!»

30 El alba llegó, se dijeron ya todos
dispuestos a alzarse;
retenerlos algunos quisieron.
Cinco partieron -el doble de hombres
en casa tenían-, mal calcularon:
Snévar y Só1ar, los hijos de Hogni,
y Órkning también, que con ellos marchó,
árbol gozoso de escudo ;
hermano era él de su esposa.

31 Fueron con ellos al fiordo las bien ataviadas;
retenerlos querían las bellas,
mas ellos igual zarparon.

32 Gláumvor palabras habló, la esposa de Gúnnar,
a Vingi le dijo lo que ella pensaba:
«No sé si nos vais a pagar
como bien nos guste.
¡Mal viaje el del huésped, si algo le ocurre! »

33 Así juró Vingi, poco a su bien atento:
« ¡ Llévense ogros a aquel que os mienta!
¡ En la horca que cuelgue
quien trame en tregua!»

34 Bera palabras habló, en su pecho gozosa:
« ¡Venturosos partid, ganad victoria!
¡Como os digo os vaya! ¡Que nada lo impida! »

35 Respondió allá Hogni -a los suyos amaba-:
« ¡Consolaos, oh sabias, no importa qué ocurra!
Así dicen muchos y mal va luego.
¡ Poco depende del modo
como de casa se salga!»

36 Se siguieron mirando hasta ya separarse;
por sendas distintas los quiso el destino.

37 Poderosos remaron
-en dos partióse la quilla-,
para atrás se estiraban con gran coraje;
rompiéronse trincas de remos,
se quebraron toletes.
Se alejaron del barco sin antes atarlo.

38 Algo más tarde -hasta el fin contaré-
divisaron la hacienda que fue de Budli;
chirriaron las verjas que Hogni empujó.

39 Vingi palabras habló – ¡mejor que callara!-:
« ¡Alejáos de esta casa! ¡Engaño os aguarda!
Pronto os habré de quemar,
muertos seréis sin demora;
fue con engaño que os hice venir;
como aquí os quedéis os levanto la horca.»

40 Hogni palabras habló -huir no pensaba,
él nada temía y probado quedó-:
« ¡Asustamos no quieras, que no has de lograrlo!
¡ Mal te irá como sigas hablando!»

41 Para Vingi se fueron y al Hel lo echaron,
con hachas le dieron y luego murió.

42 Atli a los suyos llamó, se pusieron las cotas,
dispuestos marcharon. V alla por medio tenían
Se lanzaron injurias
todos a un tiempo furiosos:
« ¡ Teníamos plan de quitaros las vidas!»

Hogni dijo:

43 «Poco se ve que el plan lo pensarais:
no estáis prevenidos, a uno os matamos,
lo echamos al Hel. ¡De los vuestros era!»

44 Se llenaron de rabia cuando eso oyeron;
movieron sus dedos, asieron sus lanzas,
dispararon con fuerza, de escudos cubiertos.

45 Vínose dentro a saber lo que fuera ocurría,
un siervo en la sala a gritos lo dijo.

46 Furor a Gudrun le entró al oír la desgracia;
de collares estaba adornada, arrancóselos todos,
de sí la plata arrojó, las anillas hizo pedazos.

47 Entonces fuera salió, abrió de pronto la puerta;
de nada temíase ella,
bien recibió a los llegados;
por última vez les habló a los niflungos,
verdaderas palabras, muchas, les dijo:

48 «Preveniros quise, que en casa os quedarais.
¡Nos puede el destino! ¡Por fuerza vinisteis!”
Sabia diciendo trató de ajustados,
mas no consintieron y nadie aceptó.

49 Vio la muy noble el juego cruel que jugaban;
resolvióse a la lucha, el manto quitóse;
espada desnuda empuñó,
defendió a sus hermanos,
combatíase duro donde ella mandobles daba.

50 Por tierra la hija de Giuki
a dos valerosos echó;
al hermano de Atli hirió,
de allá fue luego llevado,
animosa en la lucha cortóle una pierna.

51 Pegó contra el otro, que ya no se alzó,
lo mandó para el Hel.
¡No vacilaron sus manos!

52 Combate tuvieron el mucho famoso,
no otro glorioso habrá
como aquel de los hijos de Giuki;
cuentan que ellos, niflungos, en tanto vivieron,
espadas usaron, cotas rajaron,
yelmos hendieron, de brío animados.

53 Pelearon lo más del día hasta hacerse la tarde,
al alba temprana, a la media mañana;
fiera batalla tuvieron,
la sangre corrió por el llano;
dieciocho mataron antes que presos fueron
los dos muchachos de Bera
y de ella el hermano.

54 Habló el animoso , aunque lleno de ira:
“¡Horrible visión es ésta!
¡ Vosotros sois las causantes!
Eramos treinta, señores valientes,
y once quedamos. ¡Gran descalabro!

55 Eramos cinco hermanos
cuando a Budli perdimos,
ya están con Hel la mitad, que dos han caído.

56 Bravos cuñados tengo -no he de ocultarlo-,
y pérfida esposa, que nada me alegra;
poco sosiego tenemos desde que tú 26 nos viniste:
me mataste parientes, me quitaste mis bienes,
mandaste a mi hermana al Hel,
que es mi pesar más grande.»

Gudrun dijo:

57 « ¡Cállate, Atli, que tú empezaste el primero!
Me quitaste a mi madre,
por sus joyas le diste muerte;
en la cueva dejaste muriera mi prima prudente.
¡ Risa me da que tus penas cuentes!
i A los dioses doy gracias si males te vienen! »

Atli dijo:

58«¡Aumentadle, jarlar, su gran dolor
a la egregia señora! ¡Eso deseo!

i Haced como héroes que Gudrun llore!
¡Mucho yo quiero que ella padezca!

59 A Hogni coged, hincadle cuchillo,
ya el corazón sacadle del pecho.
A Gúnnar terrible a la horca atadlo,
haced esa hazaña, dadlo a las sierpes.»

Hogni dijo:

60 « ¡Haz a tu gusto! ¡Sin miedo espero!
Animoso me vas a encontrar,
en trances peores me he visto;
capaces de poco fuisteis
estando nosotros ilesos,
mas ya tan heridos estamos
que puedes hacer como quieras.»

61 Allá dijo Beiti -de Atli era él despensero-:
«A Hialli cojamos, a Hogni dejemos,
acabémoslo a él, que de suyo se muere.
¡Nunca en su vida de nada sirvió! »

62 Corriendo espantado salió el guarda-ollas –
¡asustarse sabía! -, por todo rincón trepó;
de aquella disputa maldijo
que él con su vida pagaba,
de aquel negro día en que cerdos dejaba,
lo mucho en su vida que él poseyó.

63 Al pinche de Budli cogieron, cuchillo sacaron,
antes que punta sintiera
gritó el miserable esclavo;
bien por el campo dijo
que él echaría el estiércol,
las faenas más sucias haría
con sólo que no lo mataran;
ésa aunque fuese su vida,
por ella rogábales Hialli.

64 Hogni medió – ¡pocos lo harían!
haciendo que vivo el siervo escapara:
«¡Mejor puedo yo jugar este juego!
¿ Por qué soportamos oír chillidos? »

65 Agarraron al héroe, ya no tuvieron
los bravos guerreros por qué demorarlo;
Hogni rió -lo oyeron los hombres-
¡Probar su bravura supo,
bien el suplicio aguantó!

66 Gúnnar el arpa cogió,
sus ramas de pies la pulsaron;
la supo tocar tan bien
que allá las mujeres lloraron
y hubo de hombres sollozos,
de aquellos que atentos oyeron.
A la noble 28 en su aprieto llamaba.
¡ Rotas saltaron las vigas!

67 Murieron los héroes entonces, al alba temprana;
valientes fueron en vida hasta su última hora.

68 En mucho Atli se tuvo
después que a los dos acabó;
su pena a su esposa le dijo con no poca sorna:
«Ya amaneció, oh Gudrun,
muertos te han sido parientes;
algo de culpa tú tienes en que ello ocurriera.»

Gudrun dijo:

69 «Gozoso sus muertes, Atli, declaras,
dolor te vendrá cuando bien tú sepas;
no acaba aquí esto -yo te lo digo-,
desdicha tendrás para siempre,
si antes no muero.»

Atli dijo:

70 «No digo que no, mas otro recurso
mejor yo veo – ¡ocasión no se pierda!-:
consolarte querré con siervas,
con joyas preciosas,
con plata cual blanca nieve
que escojas tú misma.»

Gudrun dijo:

71 «No será ello, que no quiero yo,
paces he roto con menos motivo;
terrible llamáronme un día,
ahora más fiera seré;
podía yo mucho aguantar con Hogni viviendo.

72 Juntos en casa los dos nos criamos,
juegos jugábamos, bajo el soto crecimos,
dábanos Grímhild oro y collares;
jamás me podrás pagar mis hermanos muertos
ni cosa hallarás que contenta me ponga.

73 Es de mujeres el sino
acatar el poder de los hombres;
si las ramas se secan se pierde la fruta,
el árbol se cae si abajo lo cortan.
¡Dueño y señor en todo eres tú, Atli, ahora! »

74 Pronto en aquello creído el rey confiado quedó.
i La doblez era clara, si en guardia estuviese!
Taimada era Gudrun, su intento ocultó,
se fingió sin cuidado. ¡Jugó a dos escudos!

75 Allá a sus hermanos Gudrun
les hizo el festín funerario;
por sus hombres Atli también lo dispuso.

76 No hablóse ya más, la cerveza se hizo.
i Mal el banquete después acabó!
Mantúvose firme la altiva,
en la gente de Budli pegó,
terrible venganza fue
la que ella tomó de su esposo.

77 Llamó a sus pequeños, los puso en el palo;
se asustaron los fieros, mas no lloraron,
a su madre abrazaron, qué es lo que haría.

Gudrun dijo:

78 «Mejor no sepáis, os voy a matar,
os quería librar de vejez desde hace ya tiempo.»

Sus hijos dijeron:

«Sacrifica a tus hijos si quieres,
que nadie lo impide,
mas corta será tu alegría, y vas tú a verlo.»

79 Muerte la astuta dio a los dos hermanos,
no les tuvo piedad, les cortó las cabezas.
Preguntó luego Atli dónde jugando
los niños se fueron, que no los veía.

Gudrun dijo:

80 «A Atli iré yo a decírselo ahora,
entera respuesta tendrás de la hija de Grímhild;
perderás el contento, Atli,
cuando bien tú sepas.
¡Tú mismo tu mal te buscaste
matándome a mí mis hermanos!

81 Casi nada he dormido después que cayeron,
cruel te juré la venganza,
ahora cumplida la tengo;
nuevas al alba me diste que bien recuerdo,
iguales ahora a la tarde las vas a tener para ti.

82 A tus hijos perdiste, la cosa peor;
sus cráneos los miras, te sirven de copas,
sangre de ellos te eché en tu bebida.

83 Sus corazones cogí, los asé en la ramilla
y después te los traje, ternera te dije que eran
¡Culpable te ves: nada dejaste,
con gusto mascaste hincando las muelas!

84 De tus hijos ya sabes
– ¡pocos tu suerte desean!-;
la parte que tuve mal me contenta.»

Atli dijo:

85 «¡Oh Gudrun cruel que tal cosa hiciste,
de tus hijos la sangre echarme a beber!
i Parientes mataste, la cosa peor!
¡No me dejas respiro con tantos horrores!»

Gudrun dijo:

86 «A ti todavía matarte quisiera,
nunca un rey como tú sufrirá lo bastante;
tú hiciste el primero espantosas maldades
como nunca en el mundo los hombres vieron;
ahora a lo ya conocido más añadiste.
¡ Horrible la cosa que has hecho!
¡Te pides tú mismo la muerte! »

Atli dijo:

87 «En la pira quemarte debían muerta a pedradas,
que sufrieras así lo que has merecido.»

Gudrun dijo:

« i Al alba mañana dite esas penas!
¡Muerte mejor quiero yo que me lleve!»

88 Juntos en casa siguieron, rencor se tenían,
se trataban con odio, sin gozo se estaban.
Crecióle la rabia a Hníflung, proeza pensó;
a Gudrun le dijo lo mal que a Atli quería.

89 Vínole a ella a la mente el suplicio de Hogni,
ensalzó su valor, si venganza tomaba.
Muerto fue Atli sin más tardanza,
lo mataron el hijo de Hogni
y la misma Gudrun.

90 Habló el animoso del sueño arrancado
-pronto la herida sintió, inútil dijo vendarla-:

«¡Decidme en verdad quién mata
al hijo de Budli!
¡No poco me han hecho, mi vida se acaba! »

Gudrun dijo:

91 «No te lo oculta la hija de Grímhild:
hágolo yo, y el hijo de Hogni un poco, que pierdas la vida y tu herida te mate.»

Atli dijo:

92«Mal está en ti que esta muerte hagas,
no se traiciona al que en uno confía.

93 A pedirte, Gudrun, fui yo porque así me dijeron;
eras tú viuda famosa, de todos llamada la brava;
verdadero salió, comprobado lo vemos;
te viniste conmigo, con muchos de escolta,
y tuvimos aquí vida grandiosa.

94 Nos llenaban de honores los hombres de rango,
abundaba e! ganado, de todo gozamos,
de grandes riquezas que a muchos dimos.

95 Mucho te di, te di muchas joyas,
treinta esclavos, siete siervas muy buenas
-así yo te honraba-, y encima con plata.

96 Todo esto dijiste que nada valía
si fuera quedaban las tierras
que Budli en herencia me dio;
fuiste muy larga, jamás satisfecha;
siempre llorando a tu suegra tenías;
nunca ya luego felices nos vi.»

Gudrun dijo:

«¡Mientes, Atli, aunque poco me importa!
No soy yo dócil, mas mucho es tu orgullo;
tú y tus hermanos, de niños,
siempre de gresca estabais;
la mitad de los tuyos al Hel partieron;
malogróse lo bueno que tanto había.

98 Nosotros, hermanos osados, éramos tres;
nuestra tierra dejamos, partimos con Sígurd,
cada uno en su barco adelante fuimos,
al este la suerte nos quiso llevar.

99 Al rey primero matamos, ganamos las tierras,
fe nos prestaron los hersar,
señal de su miedo;
libramos del bosque a aquel que quisimos,
al que nada tenía fortuna le dimos.

100 Muerto fue el huno, cambió todo pronto,
tomó la muchacha angustiada
nombre de viuda;
suplicio en vida yo tuve
a la casa de Atli viniendo.
¡ Un héroe mi esposo fue,
duro fue luego perderlo!

101 Del ting, que sepamos, tú nunca volviste
con pleito ganado, el contrario hundido;
lo aguantabas tú todo, te echabas atrás,
callado quedabas.»

Atli dijo:

102« ¡Mientes, Gudrun! Mas poco con esto
ninguno ganamos, todos perdimos.
Ahora, oh Gudrun, dispón por bondad
lo que gloria nos dé, cuando afuera me saquen.»

Gudrun dijo:

103 «Compraré yo el barco, caja pintada,
encerado sudario que envuelva tu cuerpo;
de todo me he de ocupar,
como amigos que fuéramos.»
104 Murió luego Atli, lo lloraron parientes.
Cuanto dijo cumplió la noble de alcurnia.
Gudrun sapiente se quiso matar,
pero viva siguió hasta otro momento.

105 Venturoso quien hijos iguales los tenga,
como aquellos tan fieros que Giuki engendró.
¡Famosos por siempre sus hechos serán
por toda la tierra, donde ellos se cuenten!