Cantar de Helgi, el hijo de Hjórvard

images (9)Había un rey que se llamaba Hjórvard. Tenía cuatro esposas. La primera se llamaba Alfhild, y con ésta tenía un hijo que se llamaba Hedin; la segunda se llamaba Séreid, y con ésta tenía un hijo que se llamaba Htliniung; la tercera se llamaba Sínriod, y con ésta tenía un hijo que se llamaba Hymling. El rey Hjórvard había jurado que se casaría con la mujer más hermosa de que tuviera noticia. Supo que el rey Sváfnir tenía una hija bella como ninguna; Sigrlin se llamaba.

Idmund se llamaba su jarl. Atli, el hijo de éste, marchó a pedir a Sigrlin para el rey. Todo aquel invierno lo pasó con el rey Sváfnir. A Sigrlin la había criado un jarl de allí que se llamaba Fránmar[1]; la hija de éste se llamaba Álof. El jarl no quiso entregar a la novia, y Atli regresó entonces.

Atli, el hijo del jarl, estaba un día en un bosquecillo[2], y sobre él arriba en las ramas estaba un pájaro que había oído afirmar a los hombres del rey Hjórvard que no había en el mundo esposas más bellas que las que éste tenía. El pájaro cantaba aquello, y Atli escuchó lo que decía. El pájaro dijo:

1     « ¿Tú viste a Sigrlin,       la hija de Sváfnir,
la más bella niña         en mundo feliz?
Aquí, sin embargo,             en Glasislund[3],
las esposas de Hjórvard     por lindas pasan.»

Atli dijo:

2    « ¿A Atli querrás,       oh pájaro sabio,
al hijo de Idmund,    contar más cosas?»

El pájaro dijo:

«Querré si el budlungo[4]    en ofrenda me da
de la casa del rey   lo que yo me escoja.»

Atli dijo:

3     No para ti    a Hjórvard te escojas,
tampoco a sus hijos o esposas bellas,
esposa ninguna       del gran budlungo.
¡Trato de amigos    ambos hagamos! »

El pájaro dijo:

4  «Un templo querré, altares muchos,
vacas del rey,         las de cuernos de oro[5],
a cambio que Sigrlin          duerma en sus brazos
y al príncipe ella    gustosa acepte[6]

Esto ocurrió antes de que Atli hiciera su viaje. Pero cuando regresó y el rey le preguntó qué noticias traía, él dijo:

5  «Sin provecho ninguno      nos dimos pena;
fatigamos corceles  en alta montaña,
debimos después    vadear el Sémorn[7];
la hija de Sváfnir     negada nos fue,
la adornada de anillas,        que tú pretendías.»

Gudrun_and_the_spearEl rey mandó que se hiciese el viaje otra vez; ahora fue también él. Pero cuando llegaron a lo alto de la montaña vieron en Svavaland[8] incendios y grandes polvaredas de caballos. Bajó el rey la montaña y entró en el país y acampó para hacer noche junto al río. Atli se quedó haciendo guardia, y atravesó aquel río. Vio una casa. Un gran pájaro estaba de vigilante sobre la casa y se había dormido. Atlí mató con su lanza a aquel pájaro y dentro de la casa encontró a Sigrlin, la hija del rey, y a Álof, la hija del jarl, y a las dos se las llevó consigo. Era el jarl Fránmar quien había tomado la apariencia de un águila y con su magia las había salvado del ejército enemigo.

Había un rey que se llamaba Hródmar y que también había pedido a Sigrlin. El había matado al rey de Svavaland, y había saqueado e incendiado el país.

El rey Hjórvard se casó con Sigrlin, y Atli con Álof.

Hjórvard y Sigrlin tuvieron un hijo grande de cuerpo y bien parecido. No hablaba; no se le había dado nombre. Estaba él en la loma[9], cuando vio nueve valkirias a caballo, y una había entre ellas hermosa como ninguna. Esta le dijo:

6          «Tardarás, oh Helgi,     en ganar anillas,
oh fiero manzano[10]     y los campos de Ródul[11] »
-¡pronto el águila grazna![12]–   si siempre callas
aunque mucho sea,   señor, tu valor»

Helgi dijo:

7          «Con el nombre de Helgi,      ¿qué me darás,
reluciente muchacha,      qué de regalo?[13]
Piénsalo antes           que nada digas,
pues a ti solamente     te quiero tener.»

La valkiria dijo:

8          «Espadas sé yo           en Sigarsholm[14];
son, menos cuatro,      cinco decenas;
una entre todas           hay la mejor,
mal pincho de guerra,       que de oro se adorna.

9          En su puño la anilla[15], maldad en su punta
y en medio el valor     que a su dueño le presta;
de sangre en su hoja   se pinta una sierpe,
en las guardas su cola      enrolla un dragón[16]

Había un rey que se llamaba Eylimi; su hija era Svava. Esta era Valkiria, y cabalgaba por los aires y sobre el mar. Fue ella la que le dio su nombre a Helgi, y muchas veces lo asistió luego en las batallas.

Helgi dijo:

10        «No eres tú rey,          oh Hjórvard, sabio,
oh punta de hueste[17],  aunque gloría tengas;
casas tú quemas          de grandes hombres
que mal ninguno         jamás te hicieron.

11        Hródmar, mientras,    anillas goza
que tuvieron un día    parientes nuestros;
a seguro su vida     el príncipe[18] ve,
de los muertos la herencia      él se la goza.»

Hjórvard respondió que le daría a Helgi un ejército, si quería vengar a su abuelo materno. Helgi fue entonces por la espada que Svava le dijo. El y Atli se pusieron entonces en camino y mataron a Hródmar y realizaron muchas grandes proezas. Mató al gigante Hati[19], que allá andaba por una montaña.

                                                                    • • •

Helgi y Atli atracaron sus barcos en Hatafjord[20]. Atli se quedó haciendo guardia la primera mitad de la noche. Hrímgerd[21], la hija de Ha ti, dijo:

12        « ¿Qué bravos son ésos          en Hatafjord?
Escudos por       tiendas tienen[22].
Atrevidos venís,         sin miedo os veo.
¿Quién es, decid,     vuestro rey?»

Atli dijo:

13        «Helgi se llama,          señor al que nunca
podrás dañar         con tus mañas;
hierros defienden       los barcos del príncipe,
ellos de brujas      nos guardan[23].

Hrímgerd dijo:

14        « ¿Y tú, mal bicho,     cómo te llamas?
¿Cómo te dicen los hombres?
Te honra tu rey,          pues puesto te tiene
en proa, la hermosa, del barco[24]

Atli dijo:

15        «Atli me llamo,           tu fiero enemigo,
con rabia a las brujas odio;
la húmeda proa           a menudo ocupé
viejas nocturnas[25] matando.

16        ¿Y tú, come-muertos, cómo te llamas?
Nómbrame, ogresa, a tu padre.
¡Así nueve leguas       en tierra te hundas
y un pino del pecho te nazca! »

Hrímgerd dijo:

16        «Hrímgerd me llamo,   fue Hati mi padre,
gigante el peor que yo sé.
¡Muchas las mozas      que él se robaba!
Mas Helgi después lo mató.»

Atli dijo:

18        «Los barcos del rey    tú, bruja, paraste
apostada a la entrada del fiordo;
a Ran [26] sus guerreros darle querías,
¡La lanza a través lo impidió[27]»

Hrímgerd dijo:

19        « ¡Loco tú, Atli,         te digo que sueñas!
Te aprietas ceja y pestaña[28].
Mi madre los barcos   del jefe paró:
yo hijos de Hjórvard[29] ahogaba.

20        Anda y relincha,         Atli castrado[30]:
¡Hrímgerd su cola levanta![31]
Al trasero a ti  se te fue el corazón,
aunque suenas a padre caballo.»

Atli dijo:

21        «El caballo que soy    lo vas tú a ver
como baje yo a tierra;
triturada, Hrímgerd,   te voy a dejar,
bien recogida esa cola.»

Hrímgerd dijo:

22        « ¡Baja, oh Atlí,          si es que te atreves!
En el golfo de Varin luchemos;
te haré de costillas,     guerrero, arreglo
como te atrape en mis garras.»

Atli dijo:

23        «No iré sin que antes  los hombres despierten
y guardia le hagan al rey;
puedo pensarme         que tú, mala bruja,
aquí bajo el barco salieras.»

Hrímgerd dijo:

24        «Despierta, oh Helgi, y págale a Hrímgerd;
la muerte le debes de Hati;
con ella una noche      el príncipe duerma,
así se dará por pagada.»

Helgi dijo:

25        «Lodin[32] te goce —a los hombres repugnas—,
el ogro que en Tólley habita,
el sabio gigante           más malo del yermo.
¡Ese de esposo te cuadra! »

Hrímgerd dijo:

26        «Mejor, oh Helgi,       a aquella querrías
que puerto esta noche os buscó[33];
la enjoyada doncella     gran fuerza tiene;
aquí vino ella del mar y ella amarró vuestra flota.
¡Su solo poder     a mí me impide
matar a los hombres del rey! »

Helgi dijo:

27        «Escucha, Hrímgerd,  mi pago tendrás
si al príncipe bien le respondes:
¿Una y no más            los barcos salvó
o eran en número muchas?»

Hrímgerd dijo:

28        «Nueve tres veces,     mas una a su frente,
la blanca mujer bajo el yelmo;
sus caballos brincaban,           de sus crines caían
rocío en los valles profundos,
granizo en los altos bosques;
de ahí se sacan su cosecha los hombres.
¡Horrible me pareció todo aquello que vi! »

Helgi dijo:

29        « ¡Mira el levante![34]    Helgi, oh Hrímgerd,
runas de Hel te grabó[35].
Por tierra y por mar    van salvos los barcos,
salvos los bravos del rey.»

Atli dijo:

30        « ¡Ya amaneció!         Hasta el fin de tu vida,
Hrímgerd, retúvote Atli:
¡De señal para el puerto         grotesca quedas,
ahí como piedra clavada! »

                                                                     • • •

imagesEl rey Helgi era un gran guerrero. Fue a donde el rey Eylimi y le pidió a su hija Svava. Helgi y Svava se prestaron los juramentos y se tuvieron grandísimo amor. Svava se quedaba en casa con su padre mientras Helgi salía a luchar. Svava seguía siendo valkiría como antes.

Hedin vivía en casa de su padre, el rey Hjórvard de Noruega. La víspera de Jól,[36] Hedin volvía del bosque solo a casa y se encontró con una bruja; iba ella montada sobre un lobo y llevaba serpientes como riendas[37]; le pidió a Hedin que la dejara ir con él. «No», dijo él. Ella dijo: «Pagarás esto cuando bebas y jures.»

Por la noche se echaron los juramentos: se sacó el puerco para el sacrificio, pusieron los hombres sus manos sobre él y luego bebieron pronunciando sus juramentos. Hedin echó el juramento de que haría suya a Svava, la hija de Eylimi, la muy amada de su hermano Helgi, y tanto se arrepintió de aquello, que se marchó para el sur del país por perdidos caminos, y se encontró con su hermano Helgi.

Helgi dijo:

31        « ¡Salud, oh Hedin!    ¿Qué novedades
contarnos puedes,       di, de Noruega?
¿Por qué del país        huyendo saliste
y solo, señor,        a vernos vienes?»

Hedin dijo:

32        «Torpe desgracia        peor me ocurrió:
para mí me elegí         a la hija de reyes,
jurado dejé      que a tu esposa tendría.»

Helgi dijo:

33        « Libras de culpa!       Verdad, oh Hedin,
hagamos los dos         el gran juramento:
convocado a la isla[38]   me tiene un rey,
allá yo iré        cuando pasen tres noches;
dudas tengo    si vivo regrese.

¡Podríase entonces     que así se cumpliera! »

Hedin dijo:

34        «Digno, oh Helgi,       a Hedin lo dices
de tanta bondad,        de regalos muchos:
¡Bien tú pudieras        teñir tu espada
en vez de dar paz       a un tu enemigo![39]»

Esto dijo Helgi porque pensó que estaba marcado de muerte y que habían sido sus fylgias[40] las que se le habían presentado a Hedin cuando éste vio a la mujer que montaba un lobo.

Había un rey que se llamaba Alf, hijo de Hródmar; él le había puesto campo[41] a Helgi en Sigarsvéllir[42] para tres noches más tarde. Entonces dijo Helgi:

35        «Montada en un lobo —oscuro estaba—
aquella mujer  le ofreció compaña:
sabíalo ella      que en Sigarsvéllir
el hijo de Sigrlin         muerto sería.»

Allá tuvieron muy gran pelea, y Helgi recibió entonces una herida mortal.

36        Helgi a Sígar   en busca mandó
de la hija, la sola,  que Eylimi tenía
«Pronto en camino   dile que se ponga
si al príncipe quiere  encontrar con vida

Sígar dijo:

37 «Helgi aquí            me mandó cabalgara
y hablase, Svava,        contigo en persona:
Antes que al rey         se le agote el aliento
verte desea      el excelso nacido.»

Svava dijo:

38   ¿Qué fue de Helgi, del hijo de Hjörvard?
¡Dolor terrible  ahora me llega!
Si el mar, lo atrapó o la espada lo hirió
Yo su castigo daré al culpable

39    Aquí de mañana en Frekastéin43
el budlungo cayó el mejor bajo el sol;
toda la victoria será para Alf
aunque en esta ocasión, razón no ha sido

40        « ¡Salud, oh Svava!    Reprime tu pena;
por última vez en el mundo nos vemos:
tiene el budlungo        sangrantes heridas,
en mi pecho la espada tocó corazón.

Hedin dijo:

43        « ¡Bésame, Svava!      Que no verás tú
que a Rógheim vaya   ni a Rodulsfiol
sin que antes yo vengue         al hijo de Hjórvard,
budlungo que fue       el mejor bajo el sol.»

Helgi y Svava se cuenta que tuvieron una segunda vida.[43]


[1] Era frecuente, y de ello dan constante testimonio las sagas islandesas, que los grandes señores confiaran la crianza de sus hijos a algún amigo o pariente suyo, por lo general de rango inferior.
[2] Se va a contar ahora retrospectivamente cómo fue que el rey Hjórvard vino a saber de la hermosa Sigrlin.
[3] El soto de Glásir (un árbol) (?)
[4] budlungo: Hiórvard (cf. Cantar Primero de Helgi, nota 15).
[5] De vacas de dorados Cuernos se habla también en El cantar de Trym, 23.
[6] Parece forzoso deducir que Hjórvard. no admitió estas condiciones impuestas por Fránmar -pues no otro debía ser aquel pájaro- y que fue por esto por lo que su propuesta de matrimonio fue luego rechazada
[7] Un río.
[8] «La tierra de los suevos.»
[9] Como simple pastor (cf. Los Dichos de Skírnir, nota 11). Al igual que Beowulf y otros muchos héroes germánicos, también el taciturno hijo de Hjórvard fue, pues, en sus primeros años un joven nada brillante y que poco prometía.
[10] No es la primera vez que encontramos nombres de árboles para designar a un hombre.
[11] Los campos de Ródul (el sol): las tierras, los dominios.
[12] Como buen ejemplo a seguir se cita el del águila. Diligente, como lo es ella, debe ser el héroe y comenzar pronto a realizar sus hazañas.
[13] Era costumbre que al ponerle a alguien nombre, o sobrenombre, también se le entregase algo como regalo. A esto se alude explícitamente en la Edda Menor, p. 165. Cf. También El Cuento de Rig, 45 y Cantar Primero de Helgi, 8.
[14] «El islote de Sígar.»
[15] Servía· esta anilla, que a menudo tenían en su pomo las espadas escandinavas, para hacer pasar por ella una correa con que se aseguraba el arma en la muñeca.
[16] En términos parecidos se describe la espada «Estacón» en el Beowulf, vv. 1458-60.
[17] En la antigua formación de combate germánica, la llamada “línea de puerco” el jefe ocupaba la punta de avanzada central “la jeta”
[18] Hródmar.
[19] «El que odia.»
[20] «El fiordo de Hatt.»
[21] «Gerd la de la escarcha.»
[22] La tripulación de los barcos vikingos se resguardaba normalmente durante la noche bajo un toldo que se montaba abordo. Pertrechados y dispuestos a entrar en combate en cualquier momento, los guerreros de Helgi solo se cubren con escudos
[23] Era idea corriente que el hierro protegía de malos espíritus.
[24] Solía ocupar la proa, cuando no el propio jefe del barco alguno de sus más destacados guerreros.
[25] Kveldriaur, literalmente «las cabalgadoras de la noche», las brujas.
[26] Ran: señora del mar y personificación suya.
[27] ¿Un lanzazo que atravesó a la bruja? ¿Una operación quizás, de carácter mágico para conjurar el peligro?
[28] ¿Como persona que duerme o delira?
[29] Nada sabemos de quién pueda ser este Hlódvard.
[30] Cf. Cantar Primero de Helgi, 40.
[31] CE. Los Dichos de Hárbard, nota 21.
[32] «El peludo.»
[33] Svava, la valkiria protectora de Helgi.
[34] Por allí asoma ahora el sol, bajo cuya luz quedan petrificados tanto los enanos como los gigantes (cf. Los Dichos de Alvis, 35).
[35] Grabarle a alguien las runas de Hel es causarle su muerte.
[36] Tradicional fiesta pagana que se celebraba durante los días del solsticio de invierno. Con la introducción del cristianismo se asimiló a la Navidad. Esta se llama todavía hoy «Jul» o «Juletide » en Escandinavia.
[37] De esta misma guisa se presentó la giganta Hyrrokkin en los funerales de Bálder (d. Edda Menor., p. 86).
[38] Esto es, citado para un desafío. El ritual combate singular con que los escandinavos dirimían sus diferencias (el hólmganga, literalmente «ida a la isla») se celebraba en efecto sobre algún pequeño islote en medio de un río o próximo a la costa, bien a la vista de los espectadores. Colocados allí sobre una piel o manto extendidos sobre el suelo, o bien en un espacio de similar extensión que se delimitaba con palos de avellano, los dos contendientes alternativamente se asestaban sus golpes con espadas cortas y los paraban con sus escudos de madera. No más de tres escudos sucesivos podía emplear cada uno de los combatientes. El desenlace era frecuentemente mortal.
[39] Bedin admite que su hermano habría estado en su derecho si hubiera querido matarlo.
[40] La creencia en las fylgias (fylgjor, «las acompañantes») está bien testimoniada en la abundante literatura de las sagas. La fylgia era una especie de espíritu tutelar que llevaba consigo cada hombre, pero que ocasionalmente, mientras él dormía, podía abandonarlo tomando entonces forma propia, generalmente la de algún animal. Caso típico en que esto sucedía era cuando el hombre, como feigr matrr, quedaba emplazado por su destino para una próxima muerte. Su fylgia podía entonces aparecérsele a algún otro y ofrecerle su compaña.
[41] Hafdi von saldan, literalmente “le había avellanado el campo” Recuérdese que Helgui habia matado antes a Hródmar.
[42]  Los campos de Sígar

[43] Reencarnados en Helgi el Matador de Húnding y Sigrun.

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